La rumana Simona Halep, 26 años, se había tomado con mucha
paciencia y filosofía el sambenito de
perdedora de finales importantes. “He
perdido tres de Grand Slam y nadie se ha muerto, así que todo está OK”,
señalaba con tanta ironía con acidez ante el continuo recuerdo a las derrotas
en París de 2014, ante la rusa M aria Sharapova, y 2017, cuando dejó escapar un
favorable 6-4 y 3-0 frente a la letona Jelena Ostapenko.
Tampoco logró el premio gordo esta temporada en el Open de
Australia, se lo arrebató la danesa Caroline Wozniacki. Y buena parte de las
15.000 personas que llenaron el Estadio Philippe Chatrier temieron que la
número uno mundial se quedase una vez más a las puertas cuando cedía 3-6 y 0-2
ante la estadounidense Sloane Stephens, 25 años y vigente campeona del Open
USA.
“Tengo más experiencia, me siento más relajada”, significó
Halep, arropada por su entrenador australiano Darren Cahill y los rumanos
Virginia Ruzici y Ion Tiriac. Y cuando se vio al borde del abismo, dominada por
la talentosa adversaria, Simona se quitó de repente todos los complejos, se
olvidó del escenario y de la relevancia del título. Era a todo o nada, y se
lanzó a por el partido con decisión, dando un punto de agresividad a su tenis
como hiciera en ‘semis’ frente a Garbiñe Muguruza.
Encadenó cuatro juegos para adelantarse 4-2 en la segunda
manga, y no hubo paso atrás tan siquiera cuando reaccionó la americana (4-4),
que había ganado las seis finales profesionales disputadas previamente.
Liberada de nervios, Halep tiene todo para ser una campeona de Roland Garros. Y
ya lo es porque ató la traidora presión y desplegó su arsenal de condiciones
para imponerse por 3-6, 6-4 y 6-1 en 2h.03’.
El palmarés de campeonas de Roland Garros
Simona Halep entra en el palmarés de un Grand Slam, que
marca un antes y un después en la carrera de un tenista. Sucede a su ahora
mánager Virginia Ruzici, la mejor en 1978 tomando el relevo de Ilie Nastase
(1973).
Es su decimoséptima corona en el circuito profesional,
séptima en tierra batida y segunda de la campaña, que abrió triunfando en
Shenzhen. Finalista en Roma antes de París, se embolsó 2.200.000 euros y
recibió la Copa Suzanne Lenglen de manos de la tres veces campeona española
Arantxa Sánchez Vicario (1989, 1994 y 1998).
Simona Halep alcanzó la gloria en su cuarta final de Grand
Slam. En realidad tampoco llega tan tarde. Una tal Chris Evert conquistó Roland
Garros en 1974 tras un 0-3 en finales ‘grandes’. Cierto que sólo tenía 20 años,
pero cerró su carrera con siete trofeos en París, 18 de Grand Slam.
Lloró de emoción Halep, que a continuación subió a la grada
para festejarlo con sus familiares y miembros del cuerpo técnico.
“Soñaba con este momento desde que empecé a jugar a tenis.
Cuando estaba ‘break’ abajo en el segundo set, pensé ‘Ya ha pasado, tengo que
relajarme y disfrutar del partido’, y remonté”, subrayó Halep.