Rafael Nadal luchará este domingo por su Undécimo título en
Roland Garros. Sí, han leído bien: Undécimo. Un número mayúsculo. A base de
repetirse la historia, parece que es fácil. Si así fuera, ya habría otros con
esos registros. La gesta es galáctica, sólo al alcance del más grande sobre la
tierra. Roger Federer, quizá el mejor de siempre, lleva dos años huyendo de
este Grand Slam amparado por un reglamento que se lo permite. Por algo será.
Nadal se midió en semifinales al duro Juan Martín del Potro, un brillante
jugador que no tiene un palmarés a la altura del número uno por culpa de las
lesiones. En forma fue capaz de ganar el US Open en 2009, en una época en la
que Nadal y Federer apenas dejaban las migajas. Este viernes tuvo a Nadal
contra las cuerdas en el primer set, pero no supo materializar varias bolas de
ruptura… Y se acabó.
Rafa aguantó la tormenta hasta que tuvo una oportunidad, que
sí aprovechó sin compasión. Nadal te machaca con su juego, pero también te mina
la moral con su resistencia. Tras superar ese primer parcial, el partido fue
más rodado. El balear se topará ahora en la final con un viejo conocido,
Dominic Thiem, el peor rival posible. El austriaco ha propinado a Nadal sus dos
últimas derrotas sobre tierra batida: en cuartos de final de Roma 2017 y, más
recientemente, en esa misma fase de Madrid 2018. Después de este último
partido, un periodista preguntó a Rafa: ‘¿Thiem es tu bestia negra?’. A lo que
Rafa respondió: “Me ha ganado hoy, pero en Montecarlo le metí 6-0 y 6-2”. Thiem
es un hueso, sin duda. Pero nadie dijo que ganar en París fuera fácil, aunque
lo hayas hecho diez veces antes. O si no, pregúntenle a Federer.