De hecho, en este primer día de competición ya se ha proclamado el CAMPEON de este torneo, y lo más singular es que lo ha hecho retirándose en primera ronda.
Estoy hablando de Alejandro Davidovich.
Todos los que han asistido al partido de Alejandro con Juan Reina, disputado en la tarde del viernes, ya saben a que me refiero.
Aunque para ser más correcto y para que todos los que no estaban presentes lo entiendan describo al detalle lo ocurrido y el motivo por el cual el título de CAMPEON moran de este torneo se ha reconocido a Alejandro.
No creo que sea necesario presentar a Alejandro Davidovich: todos los apasionados del tenis juvenil de la región y del país saben perfectamente quien es y, sobre todo, lo que vale en una pista de tenis.
También muchos conocen, algunas facetas de su carácter, tal vez arrogante y desenfadado típico de un adolescente que sabe que tiene un auténtico talento para el tenis.
LOS HECHOS: hace meses Alejandro tuvo una importante lesión en una rodilla y por lo que me cuentan después de una intervención quirúrgica y el relativo periodo de rehabilitación y curación ha vuelto a entrenarse y por fin a competir.
En este Campeonato de Andalucía muchos ojos expertos esperaban la vuelta de Alejandro tal vez imaginando una posible final con Lucas Franco.
Pues las cosas no han ido como esperaban. Ya desde el primer momento se notaba que algo no iba bien, Alejandro llegó al club con su rodilla protegida por un vistoso vendaje notándose desde los primeros peloteos una cierta dificultad de movimiento.
Ya desde los primeros juegos, los presentes notaban que algo raro estaba pasando, en cada paso o movimiento de Alejandro su cara describía unas señas de dolor y conforme iban disputándose los juegos hasta terminar el primer set más se hacía evidente esta situación de dolor creando tal vez una situación subrealista. Es a partir de este momento, empezando el segundo set cuando todos los espectadores pudimos ver y comprender realmente que tipo de sangre es la que circula en el cuerpo de Alejandro.
El partido o mejor dicho la lecho que presenciamos ya no era entre Alejandro y Juan. El partido real se estaba disputando entre Alejandro y su lesión.
Cada paso, cada movimiento era una evidente tortura y en la cara seria de Alejandro se veía el dibujo del dolor y sobretodo se reflejaba el fantasma de una lesión que no quiere ser un recuerdo.
Tanto es el dolor que ha sufrido y tanta ha sido la fuerza y la determinación de Alejandro ha no querer abandonar el partido.
Diez, veinte o cincuenta veces la gente de su entorno le ha invitado a abandonar, ha salir de la pista. Pero nada Alejandro no iba a dejarle ganar fácil este partido a su lesión.
Más de una vez se ha secado las lágrimas y otra vez salía a dar espectáculo con la maestría de sus golpes, sus dejadas y su saque demoledor, todo esto casi sin moverse. Las lágrimas de Alejandro de esta tarde, no han sido las lágrimas a las que nosotros como padres de jugadores estamos acostumbrados. Las lágrimas de nuestros hijos son lágrimas de disgusto por un partido perdido o por una bola dudosa.
Las lágrimas de Alejandro eran las lágrimas de un hombre luchando y sufriendo contra algo que le atormenta desde hace meses y le impide hacer lo que mejor sabe: jugar al tenis.
Esta tarde los que hemos visto el partido no tenemos duda la sangre que circula por el cuerpo de Alejandro es la misma que la de los antiguos gladiadores.
Con su actitud quería dejar bien claro a su lesión cual es su sitio: sin duda Alejandro tu sitio es la pista.
Antonio Pesare
Antonio con esta narración nos esta demostrando a pesar de los "pesares" que tienes un corazón de oro, con comentarios, opiniones o relatos como este demuestras que vives y amas este maravilloso deporte.
Nuestro humilde blog se siente muy orgulloso de contar contigo.
Al igual que tú y todos los que asistimos a los hechos narrados, lloramos y con un nudo en la garganta aplaudimos con rabia a nuestro Alejandro, como si de esta forma pudiéramos llevarlo a la gran final que tantas veces ha disputado y que de buen seguro en un futuro seguirá jugando y ganando.
ANDATENIS
