Muster entrena pese a estar lesionado en 1989
El Talentoso Sr. Muster
Talento es una palabra que se asocia con algo supuestamente
innato, elegancia y sin esfuerzo. Lo define en el tenis Roger Federer. Pero
como dijo otra leyenda del tenis, 39 veces campeones de Grand Slam como Billie
Jean King: “La persistencia es un talento”.
Y en el tenis, nadie dio vida de forma más visceral a este término que Thomas Muster.
Los argumentos de Muster eran grandes golpes de fondo, una gran forma física y una intensidad competitiva al nivel de otros legendarios zurdos como Jimmy Connors o Rafael Nadal.
A principios de 1989, Muster ya había ingresado en el Top 20 y había ganado cinco títulos ATP Tour, todos sobre tierra batida.
Con la intención de demostrar que era capaz de ganar en cualquier superficie, Muster llegó en enero a las semifinales en la pista dura del Abierto de Australia. Continuó mostrando un gran tenis en Miami en marzo. En la semifinal, Muster se rehizo de dos sets en contra frente a Yannick Noah para ganar una plaza en la final frente a Ivan Lendl en un torneo designado de manera no oficial como el quinto Grand Slam.
La victoria ante Noah significa que Muster asaltaba el Top 10 por primera vez. Y con la gira sobre tierra batida a la vuelta de la esquina, sus posibilidades de seguir ascendiendo se asomaban en el horizonte.
Pero llegó la tragedia. Cuatro horas después de ganar a Noah, mientras buscaba en su coche, fue atropellado por un conductor borracho, que le provocó una lesión en los tendones de la rodilla izquierda. Esto conllevó cinco meses de rigurosa rehabilitación. Un vídeo icónico muestra a Muster en silla de ruedas, con la pierna levantada, haciendo series de derecha.