Hoy compartimos este artículo de uno de los mejores coach del mundo del pádel, Martín Echegaray, en el que reflexiona sobre ese debate tan habitual entre tenis y pádel a nivel profesional.
«La pregunta es clara y si no pudiéramos matizarla, es
decir, si la tratásemos como a una pregunta de respuesta cerrada (sí/no), en mi
opinión la respuesta sería entonces claramente un sí.
A lo largo de mi vida con el pádel he escuchado esta
pregunta muchas veces, aunque normalmente como afirmación contundente: el pádel
es un deporte para tenistas frustrados. Incluso un periodista me pidió una vez
mi opinión al respecto. La verdad es que, lamento decirlo por mis colegas
padelistas, yo estoy de acuerdo con esta cuestión. Es más, yo soy un
caso-testigo.
Pero profundizando un poco en el análisis -y justificándome-
quizás los padelistas lleguen a perdonarme. Incluso tal vez alguno comparta mi
visión. En primer lugar, deberíamos definir bien a qué llamamos un tenista
frustrado. Digamos que se trata de quién no ha llegado a posiciones altas de
los rankings (ATP o WTA). El problema en este caso es que entonces el deporte
con mayor cantidad de tenistas frustrados será el propio tenis, en el que esos
tenistas seguirán insistiendo, ya sea por puro placer o bien porque son
técnicos y es su trabajo, y seguirán compitiendo de tanto en tanto.
¿Será tan malo para un deporte ser algo así como un
«depósito» de deportistas frustrados en otras modalidades? Porque a decir
verdad en el pádel no sólo tenemos tenistas frustrados como yo, sino todo tipo
de gente que no llegó -o quizás sí- a lo que quería en otro deporte. Y también
están los que se apuntan a un bombardeo y no por ello habría que tildarlos de
frustrados crónicos. Incluso hay gente que parece estar frustrada de
nacimiento, y el pádel al menos le servirá para cambiar circunstancialmente la
cara.
En cualquier caso, creo que es una gran ventaja -para el
pádel- ser una actividad física en la que gentes de tan distinta condición
encuentran su momento de gloria, diversión, o lo que sea. La verdad es que yo
en mi infancia, y al igual que mucha gente, quería ser astronauta, y
humildemente no creo que ni la NASA ni la Agencia Espacial Europea se hayan
perdido nada sin mí, o que por ello deban culpar al tenis -mi preferencia de
pequeño- de haberse perdido a algún potencial Neil Armstrong. Y por lo tanto
creo también que el tenis -o mejor dicho los tenistas- no deberían cargar las
tintas contra el pádel por cuestiones similares.
A nivel amateur-aficionado, cada vez más personas practican pádel
En los últimos años se ha podido ver cómo el pádel gana adeptos precisamente por tratarse de un deporte más moderno y sobre todo más social, es decir, entre los jugadores no profesionales se encuentra más extendido, mientras que las federaciones de tenis pierden miembros. Es decir, que: vemos que el crecimiento del interés por el tenis se va frenando mientras que en el caso del pádel crece a nivel exponencial.
Pero ya hablando más seriamente, es verdad que el pádel tiene ciertas ventajas además de ser más sociable por jugarse siempre en pareja, el tenis dobles en muy raras ocasiones se juega y mucho menos se compite, también posee más facilidad en cuanto a su práctica, lo cual es notable para un deporte de raqueta, y esto puede causar que mucha gente lo prefiera al tenis. Pero repito, en cuanto a su práctica. Porque el deporte blanco tiene múltiples virtudes que probablemente nosotros los padelistas no disfrutaran nunca. Y no pasa nada.
Ustedes, ¿a quién quieren más, a Papá o a Mamá? ¿Prefieren
el tenis o el pádel? Creo que la primera pregunta, a modo de ejemplo burdo, es
ridícula; y la segunda, innecesaria. Mi respuesta a ambas es: «ambos», o en el
segundo caso, quizás, «depende».
Como conclusión final entonces, bienvenidos sean al pádel
todos aquellos que deseen divertirse. No se necesitan habilidades especiales,
aunque si Ud. dispone de alguna, seguro que le servirá. Y si trae consigo
determinadas frustraciones, en este deporte las aceptaremos y le aseguramos
que, en el peor de los casos, no se incrementarán. Porque si usted se frustrara
con el pádel, pasaría a ser un caso de estudio, y le recomiendo que considere
hacérselo ver por un profesional».