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miércoles, 21 de agosto de 2024

Emilio Sánchez Vicario habla de la mala salud en la actualidad del tenis español, de Alcaraz y de Nadal

 




Fernando Murciego


¿Emilio, Cómo ves la salud del tenis español? ¿Hay que preocuparse?

 

Llevábamos 40 años siendo el principal productor de jugadores del mundo, pero ya no. Honestamente, yo sabia que iba a pasar esto, escribí un artículo con varios datos hace algunos años y se ha cumplido casi todo. La realidad es que, desde aquel momento, han cambiado los términos: España ha pasado de tener catorce top10 a tener seis, mientras que Estados Unidos ha pasado de tener seis a tener catorce. Ahora seremos la sexta potencial mundial, que sigue estando súper bien teniendo en cuenta los presupuestos de cada país. Pero esto son solo los top100, hay que mirar también lo que hay hasta el top200, el top500, los juniors, los cadetes, los infantiles, los alevines, etc. Si miras abajo de la pirámide, donde España es más potente, ves que cada vez menos jugadores hacen esa transición al profesionalismo.

 

¿Por qué?

Son varios motivos, por ejemplo los que se van a estudiar a Estados Unidos, que son cada vez más. Antes había mucho grupo de competición entre los 16-18 años, se hacían varios torneos internacionales, pero hacía falta un coach que viajara con tres alumnos por el mundo. Era en esa etapa, de los 15 a los 18, cuando había que hacer la inversión de conocimientos y de apoyo. ¿Cuándo se llevó Ferrero a Alcaraz su casa? A los 15 años.

 

Pero Carlos es uno entre un millón.

Vale, pero hizo el esfuerzo en plena transición. Ahora es todo muy bonito, ahora es uno entre un millón, pero había que hacer lo que hizo Ferrero. Antes había 80 Ferreros que hacía eso, ahora no los hay, es el final del camino. 


Ahora, como se están haciendo más torneos, ganarán más partidos y conseguirán el nivel para estar ahí, en unos años veremos la evolución. Alejandro Moro, por ejemplo, perdió en primera ronda del Challenger de Madrid, pero luego se va a Munich, pasa la previa y gana a Dominic Thiem. Si le da por ganar un par de partidos más el nivel se multiplica y ya se mete entre los mejores 150 del circuito. Luego, con un poquito de suerte en un par de torneos, se pone top100. Ya está, ya tenemos otro más ahí metido.

 

¿Alejandro Moro fue alumno tuyo?

Entrenaba con nosotros, a los 18 le ofrecieron irse a Estados Unidos, pero no quiso. Lleva cinco años dando tumbos, pero es uno de los pocos que hay en esa franja del ranking. Lo normal en la élite es tener entre 2-3 entrenadores, más el fisioterapeuta, más el preparador físico, el primo, el perro y vete a saber cuántos más.

 

¿Se puede dar la vuelta a la situación?

Se necesita más vivero, más gente queriendo ser tenista. La gente mira mucho arriba, solo se fija en el top100, pero el problema del tenis español está abajo, lo que necesitas es meter gente en los torneos. Necesitas a gente que te pase las previas, que tengan la mentalidad del tenista, la confianza y las cualidades para avanzar.

 

¿Ha hecho algo mal la RFET?

Mal no, porque nunca ha habido estructura. Lo que tenemos ha salido de la fuerza de los clubs, las escuelas siempre han estado llenas, ahí es donde se inventaron las fórmulas para poder desarrollarse. Por ejemplo, el entrenador que viaja con un grupo de chicos y les acompaña a los torneos. Ahora las escuelas se han vuelto más sociales, hay mucha más gente, pero a mayor éxito… menos me dedico a los de arriba, porque supone más esfuerzo. En Suecia pasó lo mismo, tuvieron veinte top 100 y ahora no tiene ninguno.

 

Desde luego, no existe un caso más dramático.

Tenían las escuelas repletas, a todos los niveles, para empezar a nivel alevín, pero ahí se acababa todo. Eso pasó también en Australia, has de tener en cada escalón de la pirámide la gente apropiada que te ayude a pasar al siguiente. Si yo tengo mi escuela llena y así me va bien, pues ahí nos quedamos. Muchos entrenadores de competición que teníamos en las escuelas ahora están en el circuito, pero el jugador español es un jugador sin recursos, no puede pagar lo que pagan los extranjeros. Un buen grupo de entrenadores españoles, capacitados para hacer esa transición, ahora trabajan con tenistas extranjeros.

 

¿Qué han hecho bien en Estados Unidos para este crecimiento?

Cambiaron en su día, pero ahora están volviendo a ir hacia atrás. El nuevo presidente de la USTA ha recortado todo lo que tenía que ver con desarrollo y grupos de competición. Aparte, ellos tienen dinero para lo que quieran, pero son dinámicas de los directivos, ellos toman sus decisiones, pero las consecuencias no se verán hoy. Ahora mismo Estados Unidos tiene diez años más de tenis, este presidente saldrá elegido varias veces, le veréis mucho en rondas finales del US Open, pero veremos en una década cómo evoluciona todo.

 

Pero sigue sin llegar el relevo de Andy Roddick.

Ganar un Grand Slam es muy difícil, pero tienen muchos jugadores para competir por ello. Si el tenis es la prioridad de estos jugadores y continúan por este camino, seguro que tendrán alguna oportunidad. Luego podrán ganar o no, pero en el circuito ya les ves cogiendo mucha fuerza en los ATP 500 y los Masters 1000.

 

Teniendo una mentalidad tan ganadora, no creo que conformen con eso.

Insisto, ganar un Grand Slam es muy difícil, necesitas reunir muchas cosas. También es verdad que en Estados Unidos los malcrían de algún modo, tienen todo desde muy jóvenes, les dan todo lo que piden, les pagan todo, por eso están reduciendo la inversión. Hay que controlar estas cosas, generar cierta necesidad en el jugador. Por ejemplo, ¿de qué sirve que ahora le paguen una millonada a Taylor Fritz? Quizá alguien que esté #500 del mundo lo necesite más, es a estos a los que hay que ayudar.

 

Es una locura lo que cambió el tenis en los últimos 30 años.

No creo que haya cambiado tanto, en realidad seguimos teniendo al jugador que construye y el jugador que destruye.

 

Ahora está de moda destruir.

Hemos tenido épocas peores. Ahora Djokovic no te falla una, Rafa no te fallaba una, ambos construían a su manera. Federer construía también. Toda esta escuela de jugadores que no cometían muchos errores sigue ahí, jugando a una velocidad mucho más alta no fallan. Restan y no fallan. Claro que hay jugadores más erráticos, pero creo que esta época de construir tendrá su mayor impacto con las nuevas generaciones, con Joao Fonseca y esta camada. Son jugadores que tienen una forma de jugar muy completa.

 

¿Alcaraz?

Alcaraz es un producto de esta generación que ha durado veinte años, es una herencia total de Federer y Nadal, ellos han sido su espejo. Los grandes jugadores de cada época no eran grandes por cómo jugaban, sino por la cabeza que tenían, siempre se adaptaban a cada situación.

 

Manolo Santana.

Santana fue un pionero, le pegaba de una forma que nunca se había visto. Se le acercaba Ralston a la red y le metía un globo liftado que el otro ponía cara de no entender nada. Son gente que se adapta siempre a las circunstancias para estar ahí, son más inteligentes que los demás. Alcaraz no gana por su juego, gana porque tiene una cabeza privilegiada.

 

Ahora está en un momento complicado.

Cuando tú tienes 20 años hay momentos donde no entiendes muchas cosas, teniendo todo el juego que él tiene es normal que necesite tiempo para aprender, está en esa etapa de aprendizaje para consolidar todo su juego. Tiene demasiadas herramientas para salir de las situaciones, mira cuando ganó el US Open, estuvo varias veces con match ball en contra, algunos salvado con bolas a la línea, fue una locura. Alcanzará una consistencia total gracias al juego que tiene, cuando empiece a dominar podrá ganar como quiera, pero si en momentos clave tomas decisiones equivocadas, entonces pierdes. Lo mejor del tenis es que es un deporte justo: si tú haces bien las cosas que tienes que hacer y aspiras a la excelencia, ganarás mucho. Si empiezas a hacer cosas que no tocan, perderás mucho.

 

Algunos ya le han tomado la medida.

En cuanto te desordenas un poco para jugar esos diez puntos clave de cada partido, el de delante encontrará la manera de incomodarte. Si tú juegas muy bien de cara al público, pero en los puntos importantes haces cosas que no tocan, el otro estará ahí. Fíjate como hora ya están más atentos a las cruzadas, el vestuario es cruel, en cuanto encuentran un pequeño agujero en tu tenis van al cuello. Mira Federer, cuando Djokovic le empieza a ganar a Rafa atacándole el drive, él empieza a hacer lo mismo. La gente habla, comenta, en el vestuario se estudia todo. En Estados Unidos se le vio trabajando para ser más estable, por eso ganó Indian Wells, porque la calidad la tiene. Ahora la mala suerte es que se ha hecho daño, pero en tierra batida tendrá más oportunidades. Hay mucha gente que quiere lo que él tiene, si se duerme en los laureles le van a quitar el sitio.

 

¿Qué crees que pasará?

Él tiene pinta de no dormirse, por eso está entre los tres mejores del mundo. El tenis es así, te está probando todo el rato, hasta cuando no juegas.

 

¿Y qué hacemos con Rafa? ¿Podremos darle un homenaje a su altura?

Rafa se dará él mismo su homenaje, no te equivoques. Si no se hace daño, Rafa acaba ganando. Sabe jugar esos puntos, sabe valorar al rival, no dar el partido por perdido, entrena siempre para rendir dentro de la pista. Nunca le han regalado nada, siempre ha ganado cada punto, es increíble cómo se puede ser tan determinado y consistente en algo. ¿Cuántos lleva, catorce Roland Garros?

 

Catorce.

Y ¿Eso qué es? Eso solo lo puede hacer una cabeza privilegiada, y en los últimos años lo hizo con menos físico, es decir, con mejor cabeza todavía. En cualquier torneo de tierra de los que venga ahora, si tú le preguntas a los 64 del cuadro contra quién no quieren jugar, el número 1 es Rafa. Para ganar a Rafa, antes debes aceptar que tienes que pasar por el infierno.

 

¿Volveremos a ver algo así?

Un tío que te gana 14 Roland Garros, ni existió ni va a existir. Roland Garros es el malo final del juego, el torneo más difícil de ganar. Federer ganó uno y Djokovic ha ganado tres, ¡estos dos tipos son de otro planeta! La pista en el tenis te puede ayudar o no, pues la única que no te ayuda es la de Roland Garros. En 2008, cuando Rafa le gana a Federer aquellas dos finales seguidas, Federer hizo 25 aces en Wimbledon, son 25 puntos sin jugar. ¿Sabes cuántos hizo en la final de París? Un ace, teniendo el mismo saque. Pero allí la pista te frena, así que el otro la puede devolver. A esos 25 aces, súmale los saques que restó mal, o que restó y se la dejó a huevo, o que restó y le subió a volear… pueden ser 100 puntos sin jugar. ¿En Roland Garros? Uno.

 

Los 14 Roland Garros son 14 infiernos, es otra dimensión. No me imagino otra barbaridad igual, tendrían que cambiar muchas cosas, que alguien descubra un golpe que nadie más pueda hacer, alguien con un físico descomunal o una cabeza superior a las demás. A lo mejor dentro 20 años, con la evolución del genoma humano, se puede jugar toda la vida, para siempre. O como en Fórmula 1, que decían que jamás pasarían a Michael Schumacher, pero antes se hacían 10 carreras y ahora hacen 25, en tres años eres el mejor de la historia. Tendría que cambiar el circuito.

 

Que hubiera ocho Grand Slams por año.

Por ejemplo, aún así será difícil que alguien pueda repetir algo así.

 

Nunca se sabe, Emilio.

Yo no lo veré, eso seguro (risas).







2009-2017, "LA ÉPOCA DORADA DEL TENIS MALAGUEÑO", ¿DAVIDOVICH?. Álbum de tenistas malagueños.