Málaga, 29 de agoste de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Esta frase resume un espíritu forjado en la historia: el de
resistir y no rendirse.
Desde la larga reconquista hasta la guerra de la independencia contra Napoleón, España ha mostrado una voluntad de permanecer incluso frente a fuerzas mayores.
Esa herencia no solo se expresa en batallas, sino también en la preservación de lenguas, costumbres y tradiciones que han sobrevivido al paso de los siglos.
Aunque la historia también registra derrotas y divisiones,
lo esencial es la capacidad de levantarse. No claudicar no significa no caer,
sino volver a empezar con orgullo y dignidad.
Nos viene de herencia: el español no claudica.
Todos sabemos lo difícil que es la carrera para hacerse
profesional del tenis.
Como bien explica Álex Corretja en una entrevista en Tennis
Planet, si quieres ser tenista tienes que pagar el peaje. Pagar el peaje es
entrenar a los diez años cuatro horas diarias, a los dieciséis ocho horas
diarias, viajar toda tu vida, estar en miles de hoteles y aeropuertos, dejar a
tu familia y pensar que el avión se puede estrellar.
En este último torneo, jugado en el Real Club Jolaseta en
julio, el Rafa Nadal Tour by Santander 2025, torneo solidario a beneficio de la
Fundación Rafa Nadal, en el que he estado como director del torneo junto con el
director del circuito J. F. Fernández, de la Academia Rafa Nadal, durante nueve
días, he podido comprobar en los niños y niñas de las categorías alevín,
infantil y cadete —que han venido de todos los clubes, federaciones y academias
de España— que nuestros pequeños tenistas no claudican.
He comprobado cómo casi todos ellos han sabido crecer con el
“no claudico” de Rafa Nadal y con el “no claudico” en la creación de Carlos
Alcaraz. Ya saben aguantar un peloteo largo, profundo y pesado como hacía Rafa,
pero ahora han añadido las dejadas, las subidas a la red, las voleas, el riesgo
y la creación de Carlos.
Creo que vamos a tener en un futuro unos cuantos jóvenes que
lo van a hacer muy bien en el circuito profesional y todo gracias a esos
entrenadores que, sin ser conocidos, hacen un excelente trabajo y siempre lo
hacen sin claudicar.
Saludos. Jorge Mir Mayor

