En unos tiempos en los que las Academias de Tenis de Competición surgen de la nada por aquí por allá, este asunto será tema de un artículo en otro momento
Nos gustaría poner en valor importancia de las ESCUELAS DE TENIS DE BASE, esas que normalmente crecen al amparo de los Clubes, grandes o pequeños, y que, para mí, son el pilar fundamental de este nuestro deporte.
Sin tenis de base no hay tenis de competición. Este debería ser uno de los mandamiento incuestionables de Clubes, Federaciones, Estamentos, Profesionales, Padres, y de todo aquel o aquella que esté estrechamente relacionado con el mundo del tenis.
Cada día vemos más claro, el tenis de Alta Competición es una odisea, una esperanza, un anhelo, a veces hasta una utopía, pero para llegar a él, es necesario la formación de los niños y niñas de las Escuelas, y esta formación empieza a cortas edades, y debe ser bien estructurada, lúdica en sus inicios, porque si no, los niños cambiarán de deporte, necesitan diversión a la vez que formación. A veces, sacrificamos demasiado tenis de base en la búsqueda del tenis de competición, de sus resultados, de un reconocimiento, de una portada.
Creemos necesario, más bien es fundamental, el que los Clubes fomenten la creación y/o desarrollo de sus Escuelas de Base, con unos programas bien dirigidos y que primen no sólo las habilidades técnicas, sino aquellas que sirvan para la formación de la persona y el deportista.
En una sociedad en la que parece que sólo se premia al vencedor, nos gustaría poner en valor a todos aquellos niños que cada día van a “clase de tenis” y no a “entrenar”. Esos que no cambian de raqueta cada temporada, los que sonríen porque disfrutan y no sólo cuando ganan, aquellos que se apuntan a tenis porque van sus amigos. No premiemos sólo el ganar, sino el disfrutar. Al igual que hay que darle la importancia que merecen a aquellos docentes que trabajan con la base, sin a veces el reconocimiento de algún resultado a nivel competitivo, con a menudo poco apoyo, pero que día a día renuevan la ilusión de muchos niños y niñas por el tenis.
Las instituciones públicas deberían tener un papel preferente y referente en el desarrollo del tenis de base. Federaciones, Ayuntamientos, Fundaciones Deportivas Municipales, etc. etc. tendrían que impulsar programas para acercar el tenis a todo el mundo. Jornadas de tenis en la calle en los diferentes distritos de las capitales de provincia, clinics en localidades de menor población, cursos para formar a técnicos de estas localidades, charlas y conferencias sobre no sólo los resultados de la competición, sino sobre los valores del tenis, del tenis de base.
Parece que las Escuelas Municipales sólo pueden existir en grandes núcleos urbanos. No estamos de acuerdo, allá donde haya una pista polideportiva, niños y adultos con ganas de aprender y alguien con deseo de enseñar, podrá crearse una Escuela de Tenis. Sólo hay que querer, entre todos se puede.
Hemos tenido y tenemos, espero que tengamos, la inmensa suerte de que España es cuna de grandes tenistas, todos los y las conocemos, con unos resultados espectaculares, que han hecho que el tenis español cope portadas por dichos logros, pero también me gustaría que se nos conociera y reconociera por el trabajo en las escuelas de base, por los programas de enseñanza, por las actividades de promoción del tenis, en una frase, por ayudar a la difusión del tenis.
Hagamos que nuestro deporte llame a la puerta de todo el mundo, y no esperemos que vengan a buscarnos. Cuanto más sano sea nuestro tenis de base, más opciones tendremos de tener un tenis de competición sólido, mejor estructurado, y más numeroso. Base, base y más tenis de base.
