Málaga 28 de octubre de 2025
Por Jorge Mir Mayor
A lo largo de la historia del tenis, hay muy pocos jugadores
que logran conectar con las personas. Pero de vez en cuando, aparece alguien
especial, alguien que trasciende el juego. Ese es Carlos Alcaraz.
No solo conecta con algunas personas, sino con la mayoría.
Porque en cada golpe, en cada punto, entrega una parte de sí mismo. Y al
hacerlo, despierta algo en los demás.
Esa conexión es pura magia.
Carlitos no juega al tenis, crea arte en la pista. Su
imaginación convierte lo imposible en natural y su talento transforma cada
partido en una obra única, llena de emoción y belleza.
Tiene esa luz que no se entrena, ese don que solo poseen los
fuera de serie.
Y nosotros, los que tenemos la suerte de verlo, podemos
saborearlo, admirarlo y sentirnos parte de esa maravilla que es verlo jugar.
Saludos. Jorge Mir

