El italiano encara la recta final del año con grandes retos
pendientes
El 2025 de Jannik Sinner está siendo un curso de enorme madurez competitiva, marcado por el perfeccionismo de quien ya no busca demostrar que puede ganar, sino que quiere dominar.
Su año ha sido impecable,
con dos títulos grandes (Abierto de Australia y Wimbledon), además de la corona
en Pekín.
Al final del verano, Sinner cayó ante Carlos Alcaraz en la
final del US Open y perdió el trono del PIF ATP Rankings. Desde entonces, la
pelea entre ambos es total: cada semana, cada torneo, cada punto cuenta.
Alcaraz recuperó el liderato mundial y Sinner se ha visto obligado a recalibrar
objetivos para el cierre de temporada. La recta final —de Basilea a París,
pasando por las Nitto ATP Finals y la Copa Davis en Bolonia— ofrece grandes
desafíos que pueden decidir no solo su año, sino también su lugar en la historia
inmediata del tenis
1. Recuperar el No. 1 del PIF ATP Rankings y acabar el año
en la cima
El primer gran objetivo de Sinner es recuperar lo que
durante más de un año fue suyo: el No. 1 del mundo. Y no será sencillo. La
lucha por el trono está más viva que nunca, con Alcaraz por delante y con
muchos puntos aún en juego. El italiano necesita un cierre de curso
prácticamente perfecto: rendir al máximo en Basilea, en el ATP Masters 1000 de
París y, por supuesto, en las Nitto ATP Finals.
Aunque defiende los 1500 puntos de ganador invicto del
torneo que reúne a los ocho mejores del año, Sinner tiene margen para sumar
tanto en Basilea como en París para intentar recortar distancias con un Alcaraz
que ahora mismo le aventaja en más de 1000 puntos.
El contexto es distinto al de 2024, cuando Sinner cerró la temporada con una ventaja abrumadora gracias a su título en Turín. Esta vez, el margen es estrecho y la exigencia, brutal. “El número uno no es una obsesión, pero sí una motivación. Me gusta sentir que dependo de mí”, explicó en Pekín, cuando la lucha con Alcaraz se reactivó tras la gira asiática. Esa frase resume su carácter: metódico, equilibrado, sin alardes, pero siempre con un propósito.
En lo tenístico, el italiano ha seguido evolucionando. Su
servicio es mejor y su porcentaje de primeros, más alto que nunca; ha mejorado
su lectura al resto -si es que eso era posible- y su capacidad para cambiar
ritmos sin perder el control del punto. Si consigue mantener ese nivel en pista
dura bajo techo —donde ya demostró en 2024 que puede dominar a cualquiera—,
tiene opciones reales de recuperar el No. 1 antes de final de año. Para
hacerlo, no le bastará con sumar: tendrá que resistir la presión constante de
Alcaraz, un rival que no concede tregua ni mental ni emocionalmente.
2. Revalidar título en las Nitto ATP Finals
Pocos torneos simbolizan tanto para Jannik Sinner como las
Nitto ATP Finals. Turín es su casa, su escenario y su termómetro emocional.
Allí, en 2024, levantó el título más importante de su carrera, venciendo a
Taylor Fritz en la final y culminando una semana perfecta en la que no cedió un
solo set. Doce meses antes, en 2023, había llegado también al partido decisivo,
pero perdió ante Novak Djokovic tras una batalla que marcó su crecimiento.
Volver a Turín en 2025 tiene, por tanto, un valor simbólico
enorme: es el lugar donde confirmó su condición de estrella ante los ojos de su
gente y donde ahora quiere certificar su reinado. “Jugar en casa me da energía,
no presión. Me motiva ver esas caras, sentir esa atmósfera. Ganar allí es
especial”, dijo recientemente. Y lo será aún más si la lucha por el No. 1 llega
viva a esa semana.
Las Nitto ATP Finals no son solo una cuestión de tenis: exigen inteligencia táctica, recuperación física y una gestión emocional de campeonato. Cada partido es contra uno de los 8 mejores del año, así que cada punto pesa. Sinner, que domina los ritmos en pista cubierta como pocos, parte entre los favoritos naturales. Su saque, su precisión desde la línea de fondo y su solidez bajo techo lo hacen tremendamente peligroso en condiciones rápidas.
Ganar en Turín por segundo año consecutivo no solo ampliaría
su palmarés: enviaría un mensaje claro. Lo colocaría al nivel de los grandes
campeones que han podido repetir victoria en el evento: Roger Federer, Novak
Djokovic, John McEnroe o Pete Sampras… y consolidaría su posición como uno de
los referentes más estables de la nueva generación.
3. Ganar tres veces seguidas la Copa Davis
El último reto del año tiene un componente distinto: la Copa
Davis, que se disputará del 18 al 23 de noviembre en Bolonia. Italia ejercerá
de anfitriona en la Final 8 por primera vez, y Sinner será nuevamente el gran
líder de un equipo que ya conoce la gloria tras conquistar la Ensaladera las
dos últimas temporadas (2023 y 2024). En consecuencia, Italia busca convertirse
en el primer país desde Estados Unidos (1968-1972) que se alza con la victoria
en la Davis tres años consecutivos.
Y Sinner busca ser de nuevo el símbolo nacional que lleve a
su equipo hasta esa meta. “Representar a Italia es algo que siempre me
ilusiona”, dijo el campeón de cuatro títulos grandes hace unas semanas.
Italia, dirigida por Filippo Volandri, volverá a contar con
un equipo temible, combinando talento, experiencia y espíritu colectivo. La
Davis, más que una cuestión de ranking, es un asunto de orgullo y energía. Si
Sinner logra liderar de nuevo a su país hasta el título, cerrará un círculo
perfecto: tres veces seguidas campeón de la Ensaladera.