miércoles, 20 de julio de 2016

Apuntes sobre Psicología Deportiva. ¿Creamos niños tenistas excesivamente frágiles? (de cristal)



Los tiempos cambian demasiado rápido para mi gusto.
Los hábitos que antes tenía una sociedad hoy en día se modifican sin darnos tiempo a asimilarlos. Y en medio están los chicos y su educación.
La cultura del esfuerzo y el sacrificio, esa que nos enseñaba a valorar lo poco o mucho que teníamos, gradualmente la estamos haciendo desaparecer.
Amamos a nuestros hijos y los cuidamos y protegemos de todo peligro y dolor, no queremos que experimenten desilusiones y hacemos lo posible para que tengan al alcance de su mano todo cuanto les haga falta.
 Pero, ¿está bien hacer todo esto?
Veamos en el ambiente de nuestro deporte qué situaciones se dan frecuentemente:
-Los chicos de hoy no valoran las cosas como mencionaba antes. Si un chico rompe su raqueta, el padre le comprará otra de inmediato para que no pierda ningún entrenamiento.
-Si un chico quiere la raqueta de Federer la tendrá, a pesar de estar usando una raqueta que no tenga más de 6 meses de antigüedad.
-A un alumno se le recrimina falta de esfuerzo en el entreno. A continuación, el padre vendrá a decirnos que su hijo está desmotivado en las clases.
-Un grupo de amiguitos que comienzan juntos las clases de tenis, es separado dentro del formato de la Escuela de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Acto seguido el entrenador será señalado por no mantener unido al grupo y empujar sutilmente a algunos chicos (los menos hábiles) a probar otros deportes.
-Regularmente durante las clases los padres interrumpirán (sin mala intención, está claro) con una serie de sugerencias y preguntas a los chicos: ¿Tienes calor? Ponte la gorra. Bebe agua. Mueve las piernas! ¿Quieres algo de comer? ¿Estás cansado? Todas estas frases lo que hacen es distraer al alumno y no dejarlo tomar decisiones por sí mismo.
El problema se agiganta cuando los entrenadores caemos en la complacencia y cedemos terreno ante requisitorias de padres sin tener en cuenta principios y criterios razonables con los que debemos manejarnos.
En otros tiempos los chicos venían a devorarse el entreno. Hoy en día da la sensación de que hay que ir personalmente a buscarlos al sofá para que comiencen la sesión. Ante estas situaciones los entrenadores tenemos que adaptarnos y saber cómo motivar, educar, enseñar, corregir, exigir y hacernos respetar.
Todo, en definitiva, va apuntado a formar a nuestros jugadores de la mejor manera posible demostrándoles lo valioso que es conjugar esfuerzo, implicación y deseo.

Martín Rocca Coco

2009-2017, "LA ÉPOCA DORADA DEL TENIS MALAGUEÑO", ¿DAVIDOVICH?. Álbum de tenistas malagueños.