Cuando se trata de hablar de un deporte con más de 77.000
licencias federativas en nuestro pais, no podemos permitirnos ser
demasiado generalistas. Es evidente que, con tan elevado número de practicantes
nos encontraremos ante multitud de casos y situaciones diferentes.
DESDE EL CLUB:
Desde los clubes existe la queja de que la crisis económica
que hemos atravesado o que estamos atravesando ha restado incorporaciones, lo
que hace muy difícil mantener los estándares de calidad. Pero yo les animo a
hacer la lectura contraria: invirtamos en profesionales de calidad que marquen
la diferencia y que realmente nos destaquen en un momento en el que al cliente
le cuesta acudir. En esta balanza, tristemente los perjudicados suelen ser los
mejores profesionales que demandan mejores sueldos, y en ultima instancia las
alumnas y alumnos que, efectivamente pagan menos, pero su calidad técnica,
táctica y física se ve claramente afectada, llevándoles a su peregrinación del
club en club e incluso al abandono de la práctica del tenis.
De cada tres alumnas y alumnos que recibo a principio de
curso, dos vienen de diversos clubes anteriores desilusionados buscando una
atención que no han recibido. ¿Esto por qué pasa? ¿Es problema solo de los
chicos o realmente se puede hacer algo desde los clubes para que esto no
suceda?
No podemos negar que en las diferentes Comunidades existen Escuelas y clubs con gran tradición y otros que aún siendo nuevos están trabajando muy
bien. Pero esto no parece suficiente para retener a su cantera. Vemos en algunas comunidades que las chicas y chicos de los clubes pertenecen a los mismos hasta
bien entrada la madurez, como norma general, mientras que en otros es la
excepción, y está reducido a clubes centenarios. Es evidente que nos hace falta
una revisión en este sentido ya que este cambio permanente de entrenadores
perjudica tanto a las jugadoras y jugadores como a las familias y a los propios
clubes.
DESDE LOS ENTRENADORES
En mis más de 30 años de experiencia en el mundo del tenis
me he encontrado con multitud de situaciones: chicos que buscaban aprender,
otras que buscaban iniciarse en este mundo, los que querían llegar a ser
tenistas profesionales, los que buscaban ser entrenadores de tenis, y muchos de
ellos que ya estaban dispuestos a dejar este deporte por su hastío, su demanda
de atención o por ¨ser los malos del grupo¨ como ellos suelen contarme.
Al preguntarles por qué les gusta el tenis o por qué quieren
jugar al tenis, me encuentro multitud de respuestas. Pero lo que les
caracteriza a todos ellos es su pasión y su amor por este deporte.
Muchas veces nos olvidamos de lo difícil que es el tenis, lo
difícil que es aprender la técnica y ponerla en práctica en las competiciones.
Si Añadimos que la competición es uno de los factores mas estresantes para las
chicas y chicos, imaginad poner en práctica todos los fundamentos técnicos que
se les enseñan. Esto hace ver situaciones bastante difíciles de asimilar como
entrenadora. Jugadoras y jugadores insultándose a si mismos, tirando las
raquetas contra las vallas, lanzando las bolas fuera de la pista, insultando al
contrario, llorando…..
Hace unos años este comportamiento no era tan habitual, al
menos no en los torneos donde el objetivo era iniciarse en la competición.
Hemos convertido entre todos el tenis de base en una mala copia del tenis
profesional, donde la presión y el único objetivo es ganar como sea.
El resultados son niños que actúan en los “gestos “como
profesionales, copiando de éstos manías, saltitos, etc (todos los entrenadores
me están entendiendo) pero que como jugadores están totalmente vacíos de los
valores de un deporte como el tenis, que si se caracteriza por algo es por el
fairplay.
¿Son el reflejo de nuestra sociedad? ¿O hemos perdido la
conexión padres-entrenadores- jugadores?
En definitiva, una situación con gran potencial pero mucho
por corregir