El castellonense pone la guinda a su victoria ante Djokovic
en semifinales y vence en la final a Thomas Berdych para sumar el primer título
de la temporada y el noveno de su carrera
El gran regusto que Roberto Bautista dejó al sorprender en
semifinales al número uno del mundo, Novak Djokovic, no fue casualidad ni flor
de un día. El castellonense está de dulce y lo demostró cerrando la semana
abrochando el título de Doha, de categoría ATP 250, venciendo en la final al
checo Thomas Berdych por 6-4, 3-6 y 6-3.
Era una final especial para Bautista, que no alcanzaba el
último obstáculo de un torneo desde el torneo de Dubái el año pasado, cuando se
impuso a Lucas Pouille para el que fue su segundo y último entorchado del año2018
fue para el tenista un año marcado por las lesiones y los problemas personales
-su madre falleció el pasado mes de mayo-, que privaron al tenis de ver al
mejor Bautista. Alejado en el número 24 del mundo y como tercera raqueta
española en el ranking, el de Castellón ha emergido por encima de los mejores
del mundo y ha pedido paso.
Se descubrió ante los que le habían olvidado y dio un golpe
de autoridad al remontar un set y 'break' adverso ante Djokovic, dos veces
campeón en Doha y quien acumulaba una racha de trece victorias en tierras
cataríes.
La exigencia física y mental del encuentro no hicieron mella
en el de Castellón, quien salió con las mismas ganas al cemento para medirse a
otro clásico del circuito, el checo Berdych. El que en su día fuera finalista
en Wimbledon 2010 se pasó siete meses en la enfermería y en su vuelta a las
pistas, se plantó en la final del primer torneo de la temporada.
Con su derecha y su saque siempre a punto, Berdych, ahora
número 71 del mundo, empezó forzando a Bautista y tuvo una oportunidad para
romperle el servicio. Perdonó y el español recuperó lo que le hizo fuerte ante
Djokovic, la derecha, la fiabilidad en los intercambios y el saque contundente.
Quebró el potente saque del checo y pese a malgastar los tres primeros puntos
de set, amarró el 6-4 en el marcador y puso tierra de por medio.
Terreno que recuperó Berdych en el segundo parcial,
demostrando que iba a vender cara su piel. Infligió una rotura a Bautista y
condenó el partido a un tercera manga, en la que solo hubo un tenista. El
español dejó clara su efectividad y mayor ritmo de competición y pasó por
encima de Berdych, le rompió una vez el saque y firmó su primer título de la
temporada, noveno de su carrera, con un sólido 6-3.
Los 250 puntos sumados le permiten, además, ascender al
número 23 del mundo, justo por encima de Pablo Carreño.