Conoce los efectos negativos que trae consigo la práctica de
tenis con una sensación de angustia y trata de neutralizarla con estos
consejos.
Por Carlos Coll
No es un secreto que la fortaleza mental y el dominio de las emociones en el tenis conforman un factor clave en el desarrollo de tu tenis. El hecho de que sea un deporte individual, te exige un mayor control sobre ti mismo, algo que no es nada sencillo de lograr.
Existe un montón de jugadores que, cuando entrenan o pelotean y golpean a la pelota relajados, exhiben un tenis de alto nivel; sin embargo, cuando disputan un partido, su rendimiento baja notablemente. Uno de los principales motivos de que esto suceda es la ansiedad.
Cualquier persona que juegue al tenis va a tener momentos en los que sienta ansiedad o angustia en un partido. No obstante, no todo el mundo es capaz de sobreponerse a esa sensación para poder seguir jugando y disfrutar de este deporte. Por ese motivo, vamos a ver a continuación algunas claves muy interesantes que nos pueden ayudar a superar esa barrera emocional.
Enfócate en el presente
Concéntrate en lo que está sucediendo en la pista ahora
mismo. No te quedes anclado en un error ni tampoco empieces a imaginar lo que
debes conseguir para ganar, remontar o mantener una ventaja. De esa manera,
estarás descuidando lo que acontece en el presente y perderás la concentración
en los puntos que disputas.
Equilibrio mental
Cada persona es un mundo, pero todos debemos tener un
objetivo común cuando estamos en una pista de tenis; estar físicamente
relajado, pero concentrado en el juego al mismo tiempo. De esta manera, podremos
golpear la pelota de una forma natural, pero sin renunciar a estar metidos en
el partido y pensando en la manera en la que podemos obtener mejores
resultados.
Calentamiento normal
En los momentos previos a un partido, no vas a ganar o
perder sensaciones ni vas a coger la forma física necesaria para afrontarlo;
eso es algo que deberías haber adquirido con un entrenamiento regular en las
semanas previas. Entonces, antes de empezar un partido, haz un calentamiento
normal y no trates de recuperar o adquirir un nivel muy alto si realmente no
vienes con la preparación adecuada, porque eso te va a generar ansiedad. Acepta
los recursos de los que dispones y trata de aprovecharlos al máximo para
obtener el mejor resultado posible.
Sin prisas
Cuando tienes ansiedad, vas a tratar de acortar los tiempos
y de terminar todo cuanto antes. Tu cabeza está bloqueada y sientes un agobio
que te va a llevar por la senda de los errores. En esos casos, conviene buscar
la forma de deshacer ese nudo, relajarte y rebajar las revoluciones. Está bien
adoptar ciertos rituales o costumbres (alinear las cuerdas, utilizar una
toalla, etc.) que te ayuden a dispersar un poco tu mente y desenfocarla de esa
clave negativa.
Controla tu respiración
En estas situaciones de ansiedad, se produce mucha tensión
física y mental, llegando incluso a producir una respiración arrítmica.
Entonces, cuando algo así te esté sucediendo, busca la manera de recuperar la
calma a través de respiraciones profundas y controladas, tratando de hacer
borrón y cuenta nueva y quitándole importancia a la situación que estás
viviendo en la pista.
Aprovecha los cambios de lado
Cuando una estrategia no esté funcionando como esperabas, no
intentes pensar demasiado entre punto y punto, porque no vas a poder mantener
la concentración en los intercambios que tienes que afrontar a continuación.
Trata de reconfigurar tus ideas en los descansos, cuando cambies de lado.
Mentalidad positiva
Lo más fácil cuando las cosas no salen como estabas
esperando es incurrir en la autocrítica. En mitad de un partido, esto no ayuda
absolutamente a nada, sino todo lo contrario. Por eso, es importante que
dispongas de algún recurso mental para no caer en esa dinámica y buscar siempre
la manera de salir adelante, de enfocarte realmente en disfrutar con lo que
estás haciendo; recuerda que estás jugando al tenis principalmente por
diversión. Si no tenemos esa idea en la cabeza, es mucho más fácil que la ansiedad
haga acto de presencia.