La preparación física en el tenis tenis puede marcar la diferencia entre llegar al nivel profesional o quedarse a medias. No hay que subestimar su importancia. Su papel para prevenir lesiones es clave para tener éxito y no sufrir lesiones de por vida. Jose Manuel, experto en preparación física de tenistas nos desvela su enfoque.
Un aspecto fundamental a considerar en el tenis es su carácter asimétrico. Dicha característica es el motivo principal de lesiones. En la columna vertebral, la cadera, las rodillas o la articulación escápulo-humeral por desequilibrios entre el lado dominante y el no-dominante (desbalances y descompensaciones contra-laterales). Como por la descompensación de fuerzas entre músculos agonistas y antagonistas (desequilibrio de fuerza y flexibilidad).
Si lo que hacemos tanto entrenadores como preparadores físicos de tenis es entrenar exclusivamente de forma específica, aumentaremos el riesgo de lesiones. Y los aspectos negativos anteriormente citados serán aún mayores.
Con el entrenamiento únicamente específico (fuerza, velocidad,….) en los que intervengan las articulaciones de igual forma que con acciones de golpeo y desplazamientos (altísimamente repetidas en entrenamientos y competición), lo único que conseguiremos será sobrecargar y debilitar dichas articulaciones, pudiendo acarrear problemas en las inserciones musculares, ligamentosas y tendinosas de las mismas, más por deterioro que por carencia o falta de fortalecimiento.
Mayoritariamente en los tenistas, dichos desequilibrios aparecen o se ven más marcados en los rotadores internos y externos del hombro. La musculatura de la parte baja de la espalda y, principalmente, en las inserciones músculo-tendinosas que confluyen en la cadera y en el pubis, tales como aductores, isquiotibiales, abdominales y erectores espinales. Pudiendo concluir en graves lesiones como la ruptura del manguito rotador, lumbalgia, pubalgia o conflictos del nervio supraescapular, entre otros.
Este sería el objetivo primordial de cualquier programa de preparación física en tenistas
En cualquier edad y nivel debe ser contrarrestar esos
efectos negativos de desbalances de fuerzas antagónicas y de desequilibrio
osteomuscular. Producidos por las características de asimetría que conlleva
este deporte.
Un buen programa de fortalecimiento previo general y de la musculatura contra-lateral y antagonista cuyo objetivo sea equilibrar y compensar las fuerzas de choque y contención. Además del fortalecimiento de los músculos y articulaciones que van a ser sobreexigidos posteriormente en entrenamientos específicos y competición. Debería ser la base y un aspecto de vital importancia a la hora de iniciarse en la práctica del tenis. A partir de aquí, el siguiente objetivo bien podría ser la mejora del rendimiento físico.
Con la búsqueda de resultados a cualquier precio lo que conseguiremos es que éstos sean a corto plazo y desaparezcan de forma rápida, a causa de las lesiones por el desarrollo exclusivo de las cualidades físicas y el entrenamiento puramente específico, por lo que resulta un grave error dejar de lado completamente el entrenamiento general que siente las bases para posteriormente realizar, sin temor a producir lesiones en los tenistas, un buen entrenamiento específico.
Conclusiones:
El preparador físico debe tener claro el objetivo concreto
de cada uno de los ejercicios, tanto generales como específicos, y conocer los
beneficios que cada uno de ellos puede reportar al deportista, sean para
prevenir lesiones y como fortalecimiento como para potenciar la ejecución de
los diferentes golpes.
Tanto él como el entrenador deben conocer y diferenciar entre los ejercicios que sirven como potenciación de una acción como los que sirven para prevenir lesiones y fortalecimiento.
No siempre los ejercicios que son interesantes para esto último ofrecen lo primero, y a veces un mismo ejercicio puede utilizarse para ambas cosas, es decir, debe saberse el momento de la preparación en que se utiliza uno para un fin y el momento en que se utiliza para otro distinto, sin olvidar que el tenis tiene unos patrones, unas características específicas y unos condicionantes espacio-temporales especiales que no se pueden olvidar. Hay que ajustarse al deporte en el que nos encontramos y al deportista que tenemos.
Y no lo olvidemos:
“ÚNICAMENTE SOBRE UNA BUENA BASE DE PREVENCIÓN DE LESIONES SE PUEDE CIMENTAR EL ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO”
José Manuel Herrera, (Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte)