José Roses, desde Zaragoza, 6 de julio de 2023.
Buenas tardes desde Zaragoza,
Hoy jugamos cuartos de final contra el vencedor de Club de Tenis Barcino y U. E. Tenispain, de Barcelona y Madrid, respectivamente. Tras dos victorias ante el Real Club de Tenis La Coruña y Club de Tenis Laietá, los chicos se sienten bien, jugando cada día con más soltura y deseando pelear hasta el final. No dan nada por perdido, así son los chavales.
A lo que vamos. En este torneo, en el que se está viendo un nivel bastante alto de tenis, hemos observado como aparecían varios ojeadores de universidades americanas dispuestos a cazar talento español. Universidades de muy buenos resultados tenísticos en los campeonatos estatales y nacionales de su país. Y aquí es donde voy a poner el dedo en la llaga hoy.
Hay bastantes jugadores que, llegado el momento de acabar el bachillerato, o antes incluso para los primeros del ránking, se plantean su futuro a nivel tenístico, pero también académico, cosa esta última que cada vez preocupa más, probablemente debido a la irrupción de la opción americana.
Los chicos, sobre todo los que disponen de una buena clasificación I.T.F. junior, afrontan una disyuntiva que puede ser importantísima para su futuro. El intentar probar a jugar como profesionales o el marchar a Estados Unidos, jugar por una universidad a la vez que cursan estudios de alguna carrera que les pueda convencer, aunque, dicho sea de paso, el nivel de estudios es bastante inferior al español y europeo.
El intento de pasar al profesionalismo ya no se trata únicamente de una cuestión de talento, físico, psicología y demás variables que inciden en el rendimiento de un tenista, sino que también es una cuestión, desgraciadamente, de dinero.
Una temporada viajando por todos los rincones en los que se pueda competir en torneos de 15.000 y 25.000$, que son los primeros a jugar, suponen aproximadamente unos 50.000€ más o menos, todo incluido, viajes, hospedaje, comidas, gastos de entrenador, encordados, imprevistos, etc etc. Mucho dinero, ¿no?.
Ellos si se quedaron y se les ve felices |
A mí me lo parece. Hay que disponer de muchos recursos para aguantar las temporadas necesarias hasta comprobar si el ránking del jugador evoluciona o es mejor abandonar la idea de ser profesional a alta escala y vivir del tenis, el sueño de cualquier niño tenista. Por el contrario, la opción de intentar la aventura americana es cada vez más apetecible para muchos de nuestros júniors.
La estructura del tenis universitario del país, con divisiones según nivel de juego y resultados, amplitud de cobertura de todo tipo de becas, trato personalizado para los integrantes de los equipos deportivos de cada universidad y, la posibilidad de que el coste económico no sea tan elevado, hace que las familias se planteen esta posibilidad como mucho más factible que hace unos años.
Ellos si se fueron y también son felices |
No hace falta jugar extremadamente bien al tenis, puedes competir en una división inferior y buscar una universidad con alto nivel académico. Por otro lado, las universidades de primera fila, además de costearte los estudios, te adentran en torneos profesionales a la vez que compites en el equipo, buena oferta, la verdad.
¿Quién da más?, ¿USA. o ATP?
Nosotros, mientras tanto, seguiremos disfrutando del mejor
tenis juvenil de España.
José Roses para andatenis.blogspot.com