Martín de la Puente, un gran ejemplo de superación personal
Soy Martín de la Puente Riobó, tenista profesional, y dedico
mi día a día a jugar al tenis en silla de ruedas.
El día que nací, 22 de julio de 1999 en Vigo, mi familia
percibió que había algo que me hacía diferente al resto de bebés: uno de los
dedos de mi mano era más grande de lo normal. Este hecho parecía anecdótico y
no le dieron mayor importancia. Con el paso del tiempo, las cosas se complican
al aparecer nuevas malformaciones en mi cuerpo, por lo que buscando los mejores
especialistas, mis padres me trasladan al Hospital de la Paz, en Madrid. Allí,
en el Hospital Infantil un equipo de profesionales diagnosticaron mi dolencia:
síndrome de Proteus.
Confianza, trabajo y superación
A partir de este momento mi vida empezaría a girar en torno
a los médicos, a las operaciones y a las recuperaciones. Junto con mi familia y
amigos se fue creando un gran equipo que me apoyaba en todo momento.
Durante los primeros 14 años de mi vida tuve que enfrentarme
a 16 operaciones, incluyendo la amputación del pie izquierdo cuando tenía 8
años. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que debía adaptarme a la
nueva situación. El tenis era mi pasión, y debido a esta operación no podría
volver a jugar nunca de pie. Entonces conocí el deporte adaptado y descubrí un
mundo desconocido hasta entonces: la posibilidad de jugar, entrenar y poder
competir me ayudó a asumir la nueva situación y me abrió una nueva ventana al
mundo.
Transformando la realidad personal y profesional
El camino no fue nada fácil. Pero rendirse nunca fue una
opción: tuve que aprender a utilizar la silla de ruedas, adaptarme a las
circunstancias que presenta este deporte, desplazarme impulsando las ruedas con
las manos, empuñar y golpear la pelota con la raqueta, todo al mismo tiempo. El
tenis en silla de ruedas es idéntico al tenis convencional, misma pista y
reglas, con la única salvedad que la bola puede botar dos veces antes de ser
golpeada.
Empecé a competir con 12 años en torneos absolutos
nacionales, logrando con apenas 14 años mi primer Campeonato de España, un hito
en la historia de tenis nacional. En las siguientes temporadas conseguiría tres
veces consecutivas el Campeonato del Mundo sub 18. La buena progresión en esta
disciplina me permitió acceder a una beca de residencia en el Centro de Alto
Rendimiento de San Cugat, lugar en el que resido actualmente y donde entreno
todas las facetas deportivas: técnica, física y mental.
Compito alrededor de 25 semanas al año dentro del Circuito
Mundial de Tenis en Silla, lo que me obliga a realizar grandes viajes por los
cinco continentes.
Además de mi dedicación profesional al deporte paralímpico,
en el año 2024 finalicé mi carrera universitaria, Grado de Administración y
Dirección de Empresas. Creo que es importante compaginar el deporte profesional
con la formación académica.
La confianza y la constancia son tus mejores aliados
Además de dedicarme de manera profesional al tenis en silla
de ruedas, parte de mi tiempo lo empleo en charlas, conferencias,
exhibiciones... En estos actos traslado mis vivencias, dificultades y
aprendizajes que pueden servir a otras personas (especialmente a los más
jóvenes) a conocer y aceptar otras formas diversas de entender la vida.
En mi opinión debemos aprender a valorar la diversidad y las
capacidades de las que disponemos como personas, pues es una buena manera de
enfrentarnos a las adversidades.
Mi mayor alegría es poder ayudar a otros en su vida
cotidiana, profesional o a cumplir sus sueños.