El español viaja este jueves a la capital de Francia para
jugar el último ATP Masters 1000 del calendario
Carlos Alcaraz ha cerrado hace poco otra fase intensa del calendario con la satisfacción del trabajo bien hecho, pero sin pausa: ya piensa en el tramo final de la temporada, en el que sobresale el último torneo de la categoría ATP Masters 1000 del año y las Nitto ATP Finals.
Estos días ha
vuelto a casa, a Murcia, concretamente a las instalaciones de la
Carlos Alcaraz Academy, para afinar detalles bajo techo antes de viajar este
jueves a París. En esa ciudad le espera el gran desafío de acabar el curso con
la contundencia que su margen de mejora promete, y de terminar, quizás, como
No. 1 del PIF ATP Rankings.
El entrenamiento en Murcia ha permitido a Alcaraz aislarse
unos días y centrarse en la preparación física, técnica y mental de cara a la
gira bajo techo que arranca en breve. Las pistas cubiertas de la academia le
han dado la posibilidad de entrenar en las condiciones más parecidas a las que
encontrará los siguientes torneos, que se jugarán sobre pista rápida bajo
techo. Ese bloque de trabajo tranquilo, cerca de su entorno habitual, es una
apuesta por entrar en la recta final con piernas frescas, cabeza despejada y
confianza acumulada.
Y llega el viaje a la capital de Francia con un objetivo
claro. No solo se trata de un torneo más: es la última gran ocasión antes del
cierre del año para mover ficha, reafirmar su liderazgo en el circuito y tomar
impulso de cara al cierre del curso. Su mejor resultado en París hasta la fecha
fueron unos cuartos de final en 2022, cuando se retiró ante Holger Rune. Pero
Alcaraz no viaja para pensar en repetir aquel resultado: viaja para mejorar,
para conquistar y para cerrar la temporada a lo grande.
La elección de entrenar en casa, en Murcia, no es casualidad. La Carlos Alcaraz Academy se ha convertido en su refugio donde conjugar la vida doméstica con la intensidad del entrenamiento profesional. Aquí, Alcaraz ha podido trabajar tanto la técnica como la condición física en un entorno conocido, y con un equipo de confianza alrededor suyo. Las pistas cubiertas le han brindado la posibilidad de simular las condiciones indoor, algo fundamental para lo que le espera en París y Turín.
El final de curso tiene poco margen de error, y Alcaraz y su
equipo lo saben. Estar bien preparado significa no llegar justo, sino con
margen de maniobra para el nivel que quiere desplegar.
El entorno familiar, la tranquilidad de Murcia y la
estructura de su academia le permiten afinar detalles que en los torneos no
siempre tienen hueco: ajustes técnicos, descansos, tratamiento… Es una apuesta
por llegar a París sin fisuras físicas, sin “restos” psicológicos de una
temporada cargada y con el hambre intacta para la última gran cita del año.
Este jueves, el campeón de seis títulos grandes embarcará
rumbo a París para disputar el último torneo ATP Masters 1000 del calendario,
la cita grande que clausura la temporada antes de las Nitto ATP Finals. Es un
escenario que le exige no solo buenas sensaciones, sino resultados
contundentes: el cuadro, la superficie, la atmósfera y la presión serán
máximas.
París no ha sido hasta ahora una plaza de comodidad para
Alcaraz. Sus cuartos de final en 2022 representan lo mejor que ha ofrecido en
este torneo. Este dato le añade una motivación extra: cerrar cuentas
pendientes, demostrar que sabe manejarse en condiciones bajo techo, donde este
año ganó su primer título (en Róterdam) y dar un paso más hacia la dominación
absoluta.
El reto es múltiple: no sólo lograr un buen resultado, sino
hacerlo de modo sólido para poder llegar con ventaja a los cierres de año.
Porque al margen de París están las Nitto ATP Finals y la Copa Davis, y un buen
París puede marcar la diferencia. Alcaraz lo tiene claro: no viaja de paseo,
viaja a por algo grande.
