El español conquista el séptimo Masters 1000 de su carrera
La Ciudad Eterna coronó a un jugador perpetuo.
Carlos Alcaraz hizo historia este domingo al conquistar el
Internazionali BNL d’Italia, logrando el séptimo trofeo ATP Masters 1000 de una
colección construida a ritmo de vértigo. Con apenas 21 años, el español colocó
en la vitrina el 19º título de su carrera en uno de los escenarios más
emblemáticos del ATP Tour, convirtiendo el Foro Itálico en una pieza más de su
legado. Si la tierra batida es un terreno de prestigio especial, el murciano
consolidó su estatus como gran dominador del momento.
El No. 3 del PIF ATP Rankings tuvo que desbloquear un
partido de aroma imposible, superando por 7-6(5), 6-1 al gran ídolo local
Jannik Sinner, invicto en la presente temporada y montado en una racha de 26
triunfos consecutivos. Con un carácter ganador ante su máximo rival, Alcaraz
firmó uno de los triunfos más especiales de la temporada, una prueba de nivel
que llegó en el momento más importante de todos sobre tierra batida: días antes
de intentar proteger su trono en Roland Garros.
“¡Sinner! ¡Sinner! ¡Sinner!” Bramaba la grada en cada cambio
de lado, alentando al máximo ídolo local en busca de una gesta histórica. Que
el No. 1 del mundo estaría arropado en cada golpe quedó claro desde el
principio, como había ocurrido en cualquier partido del torneo. Si un estadio
de tenis puede transmitir fuerza, convertir los nervios del tenista en un
esfuerzo extra, el Campo Centrale se convirtió en una caldera absoluta bajo el
sol.
La pasión de la afición italiana se hizo sentir como nunca en un momento clave del primer set. Allí, con las piernas ya calientes y el corazón acelerado, Sinner levantó la primera pelota de rotura en un combate siempre igualado. Un duro primer servicio sobre el cuerpo de Alcaraz, que no logró poner la pelota en pista, sirvió para salvar la situación, llegar al 3-2 en el marcador y desatar la algarabía en el graderío.
Ese momento de tensión dio paso a una batalla sin tregua,
con la potencia de Alcaraz y la fortaleza mental de Sinner como ingredientes
principales. La derecha del español intentó marcar la pauta en el partido, pero
sus golpes siempre encontraron respuesta en las piernas del italiano, liberado
de las molestias que lastraron su rendimiento en las semifinales. Los dos
jugadores más imponentes del momento dejaron clara una realidad: sus estilos
siempre garantizan partidos eléctricos sin importar la superficie.
En un primer parcial sin respiro, Alcaraz también atravesó
un vía crucis en sus manos. El murciano tuvo que levantar dos pelotas de set
antes de alcanzar el desempate, sobreviviendo a una situación crítica con 5-6
15/40 que resolvió con variedad en su servicio. Después, en una muerte súbita
con un peso gigantesco en lo mental, donde atrapó tres primeros puntos
impecables, consiguió resistir al ambiente para pilotar el marcador.
El esfuerzo tuvo un efecto inmediato en la dinámica del
partido, abierto como una cremallera desde ese momento. Consciente del trabajo
por completar, Alcaraz apretó los dientes hasta arrebatar a Sinner sus dos
primeros turnos de servicio del segundo set. Una ventaja de 5-0 dejó en
silencio a una grada hasta entonces intensa, atónita ante la perseverancia sin
excepción del vigente campeón de Roland Garros.
El murciano no se permitió resquicio alguno en su
concentración, enfocado en seguir punto a punto la receta marcada por Juan
Carlos Ferrero desde el banquillo. Si Alcaraz era el último jugador capaz de
vencer a Sinner, inalcanzable sus rivales desde la final de Pekín el pasado mes
de septiembre, este domingo subrayó una evidencia: cuando la competición exige
un extra, ninguno como él para aguantar la mirada ante el italiano.
¿Sabías Que…?
Carlos Alcaraz se ha convertido en el quinto jugador capaz
de ganar tres torneos ATP Masters 1000 diferentes sobre tierra batida desde la
creación de la categoría en 1990. El español, campeón en las pistas del Madrid,
Montecarlo y Roma, sigue la estela de figuras como Rafael Nadal, Novak
Djokovic, Gustavo Kuerten y Marcelo Ríos.