'SS Heliópolis. La primera emigración de andaluces a Hawái (1907)'.

 



El éxodo de malagueños a las antípodas

El investigador Miguel Alba rescata la historia de estas familias que huyeron de la pobreza, la mayoría de las cuales acabaron en California, donde ha localizado a descendientes

Una foto de una familia que cuelga de las paredes del Museo de Artes Populares de Benagalbón fue la mecha que encendió la curiosidad del investigador Miguel Alba Trujillo (Málaga, 1960) para bucear en la historia de los más de dos mil malagueños y granadinos que en 1907 emprendieron un viaje sin retorno a las antípodas, hasta las paradisíacas islas de Hawái, con la promesa de encontrar casa y trabajo. El libro 'S. S. Heliópolis. La primera emigración de andaluces a Hawái (1907)' reconstruye esta fantástica aventura. Su autor ha localizado a descendientes, de tercera y cuarta generación, de aquellos emigrantes, gracias a las redes sociales.

 

EL LIBRO

Título. 'SS Heliópolis. La primera emigración de andaluces a Hawái (1907)'.

Autores. Miguel Alba Trujillo.

Contenido. El libro rescata la historia de los 2.246 pasajeros del primero de los seis barcos que entre 1907 y 1911 partieron desde Málaga y Gibraltar hacia las islas de Hawái.

Precio. 19,5 euros.

Número de páginas. 272.

Fotografías. Biblioteca Nacional, Archivo Estatal de Hawái, familiares y medios de comunicación.

 

Hasta 3.823 personas se inscribieron para subirse a bordo del S. S. Heliópolis, el barco fletado por el gobierno estadounidense, que desde 1899 se había hecho con el dominio de las islas situadas en mitad del océano Pacífico, a más de 20.000 kilómetros de distancia de Málaga, para repoblar con ciudadanos blancos un territorio habitado en su mayoría por chinos y japoneses. ¿Pero por qué los responsables de emigración del gobierno estadounidense se fijaron en Málaga? «Primero lo intentaron en Portugal, y luego en Italia, pero el gobierno de ese país no estuvo muy receptivo. Buscaban a gente experimentada en el cultivo de la caña de azúcar, que era lo que había por entonces plantado en la costa malagueña y granadina», cuenta Alba.

 

En una provincia diezmada por la plaga de la filoxera, que había arruinado a miles de familias, tras un comienzo de siglo con una sequía extrema, entremezclada con devastadoras riadas en la capital, en 1902 y 1905, el contexto era propicio para que miles de malagueños se inscribieran en la oferta laboral para irse a las antípodas. Sin embargo, el barco zarpó finalmente con 2.246 emigrantes, «porque 1.577 se arrepintieron al comprobar que iban a ir hacinados más de dos meses y les sirvieron café preparado con agua del mar», relata Alba.

 

El 26 de abril de 1907 arribaron al puerto de Honolulú. Antes, un buen número se había quedado en Chile, donde el barco hizo una escala. En la travesía fallecieron 19 pasajeros, en su mayoría niños, y nacieron 14 bebés. Las familias llegaron con la promesa de un contrato por tres años en los campos de caña de azúcar, colegio y medicinas gratis, además de casa y terreno. «Pero hubo problemas y no fue como les prometieron», aclara el investigador.

 

Por ese motivo, aunque se repartieron por las diferentes islas para trabajar, Alba constata que en los siguientes cuatro años se produjo una fuerte emigración, sobre todo a California. Hoy en día hay descendientes de aquellos malagueños, cordobeses y granadinos en ciudades como Sacramento, Los Ángeles o San Francisco, entre muchas otras.

 

El autor calcula que sólo un 10 por ciento permaneció en Hawái porque funcionó el efecto llamada. «Los que se instalaban en California escribían cartas a sus paisanos en las que animaban a los que estaban en Hawái a marcharse a esas tierras porque se parecían mucho a Andalucía, con los naranjos y viñedos», explica.

 

El autor ha seguido la huella tanto de quienes permanecieron en el archipiélago hawaiano como los que pusieron rumbo al estado californiano. Entre los primeros, ha localizado al veleño Rafael Campos, que marchó a las islas con su mujer, María Gallardo Claros, de Macharaviaya, y sus siete hijos. Tras hacer negocio con la venta de frutas y hortalizas y sobre todo con la exportación de chile, fue uno de los más importantes ganaderos y el decano de los lecheros de Hawái, además de presidente de la Sociedad Española de Hawái.

 

También permaneció en las islas la malagueña Dolores Ruiz García, conocida en Hawái como Gloria. El apellido de sus descendientes fue transformado en Ruis, según ha constatado Miguel Alba. Era de Almogía y estaba casada con Antonio Ruiz, lechero de profesión. Miguel Alba pudo contactar con Patricia Steele, que ha seguido el rastro de los Ruiz. En 2015 falleció a los 85 años la señora Ukulii Ruis, nacida en 1929. A su muerte era dueña, junto con Antonio Ruis Jr., de la empresa de productos lácteos Ruis Enterprise Inc.

 

El autor del libro, publicado por el Centro de Ediciones de la Diputación y Ediciones del Genal, quiere traducirlo al inglés, ya que han sido muchos los descendientes que se lo han pedido. Alba está inmerso en nuevos proyectos, que buscan aportar su granito de arena al conocimiento del pasado reciente de la provincia. 'S. S. Heliópolis' es su sexto libro de investigación, tras publicar la historia del tenis en Málaga y cuatro trabajos sobre el caciquismo en municipios como Canillas de Aceituno y Benagalbón. 


Luego llegaría el segundo libro hablando sobre estas familias "La Odisea del Orteric", pero esta es ya otra historia.

 



2009-2017, "LA ÉPOCA DORADA DEL TENIS MALAGUEÑO", ¿DAVIDOVICH?. Álbum de tenistas malagueños.