Por Fernando Murciego, (Punto de Break)
La vida te puede
cambiar en un segundo. Cuando parece que todo funciona y que nada puede salir
mal, una pieza se descuelga y todos tus sueños se los lleva el viento. O al
revés. Es la luz y la oscuridad fundidas en una misma historia. Es el caso de
Georgina García Pérez (Barcelona, 1992), la misma que decidió abandonar el
deporte a los 18 años, la misma que hoy en día está tocando la puerta del
top100 mundial. Tres finales consecutivas en mayo resueltas con dos títulos y
un subcampeonato han provocado que su nombre se destape ante los focos.
La española habla sobre sus fantasmas del pasado, su relación con la RFET y la
figura de Marc Cánovas, el entrenador que ha tocado la tecla más importante: la
de la ilusión. Su tenis, su genética y, sobre todo, su manera de expresarse.
Rápidamente descubrirán que Georgina no es una tenista común.
Entro a Twitter y la
gente no para de hablar de ti. ¿Qué has hecho?
No considero que haya hecho nada para tener el apoyo de toda
esta gente. Tengo unos fans increíbles, para mí los mejores. Siempre están ahí,
tanto en los buenos como en los malos momentos. Lo valoro muchísimo y no tengo
palabras para agradecer todo lo que hacen. Es muy importante tener ese apoyo,
me da energía y me ayuda a seguir en un camino tan duro como éste. Son una
pasada, estoy enamorada de mis fans. Aunque solo sean cuatro, porque está claro
que tampoco soy Sharapova, los siento cerca cada día y eso es impagable.
Han sido tres finales consecutivas y dos títulos (Monzón y
La Bisbal). Han sido las mejores semanas de mi carrera deportiva. Ha ido todo
demasiado rápido, no he tenido tiempo para reflexionar ni para celebrarlo. Al
ir ganando partidos siempre se me iba juntando con otro torneo, con ir al
fisioterapeuta, con entrenar… ¡no he podido ni celebrar mi cumpleaños! No sé
muy bien cómo explicar lo que siento, me falta tiempo para disfrutar de todo
esto que me está pasando. El comienzo de año no fue fácil.
Recuerdo irme a jugar a Italia y encontrarme fatal, muy
tensa, además estaba pasando por unos problemas económicos que me estresaban
mucho. Mis padres están haciendo un esfuerzo titánico para que pueda jugar y se
lo agradezco, pero me sabe mal. Se sacrifican mucho por mí, no tengo palabras.
Ahora siento que he encontrado mi camino y quiero más. Sé que necesito
descansar pero, por otra parte, no pararía de jugar. Quiero seguir compitiendo,
ganando… cumplir todos mis sueños.
En el torneo de La
Bisbal se te vio especialmente emocionada. ¿Has sufrido mucho en tu carrera?
Todos los deportistas tienen sus momentos bajos. En mi caso,
sí es cierto que lo he pasado muy mal. Con 18 años decidí dejar de jugar, pensé
que jamás volvería a coger una raqueta, estaba convencidísima... es que lo veía
imposible, nada podría convencerme para regresar. Perdí la motivación, las
ganas de luchar, veía que todo lo que me pasaba era malo y así, por muy bien
que juegues, no puedes llegar a ningún sitio. El tenis es un deporte que exige
entregarse al 100%.
¿Te arrepientes de
haber tomado aquella decisión?
Para nada. Aquella fue una de las mejores decisiones de mi
vida, lo que aprendí y mejoré como persona en aquella etapa me ha ayudado a
llegar hasta aquí. Las experiencias que tienes son las que te van formando,
gracias a aquella decisión ahora soy feliz y afortunada de tener toda esta
gente a mi lado.
¿Quién te rescató?
Volví a jugar al encontrarme un entrenador que tuve cuando
era pequeña y me quería muchísimo. Habían pasado tres años, estaba ya
retiradísima y me dijo de todo. “Estás loca, cómo has dejado de jugar, con lo
bien que se te daba…”. Me comentó que él entrenaba a cinco minutos de mi casa,
que me pasara algún día si me apetecía. La verdad es que, después de tres años,
me hizo gracia la idea, pero también porque era él. Si hubiera sido otra
persona no hubiese vuelto. De repente sentí que me gustaba jugar, que lo echaba
de menos, algo impensable hace unos años.
¿Tanto te quemaste?
Llegué a odiarlo. No podía ni ver tenis ni escuchar hablar
de tenis. El tenis representaba lo peor que me había pasado en la vida. Todo el
tiempo que estuve retirada arrastré una sensación muy dolorosa de no haberlo
intentado, de preguntarme hasta dónde podía haber llegado. No lo soportaba,
jamás hubiera sido completamente feliz si no lo hubiese probado de nuevo, como
estoy haciendo ahora. Tenía dentro una bestia dormida, pero no muerta.
¿En quién se apoya
Georgina García en su día a día?
Mi vida la forman las personas que siempre han estado a mi
lado. Obviamente, también algunas nuevas que me han demostrado que quieren
formar parte de mi vida y están ahí para lo que sea. Sin mi familia no sería
nada, no estaría aquí, gracias a ellos puedo jugar a este fantástico deporte y
valoro muchísimo el esfuerzo y el apoyo que me han regalado siempre. Mis amigos
también son importantes, aunque casi no los vea y hable poco con ellos, me
demuestran que me quieren y me comprenden. Por supuesto, mi equipo del Pro
Tennis Coaching Barcelona también es una parte fundamental en este viaje
La próxima semana
cruzaras el top200 y ya es oficial que jugará la fase previa de Wimbledon.
Uno de mis objetivos a principio de año era clasificarme
para los Grand Slams y Roland Garros se me escapó por una semana. Llegar a
Wimbledon, mi torneo favorito, significa un sueño hecho realidad. Formar parte
de uno de los torneos con más tradición y además en hierba, mi superficie
favorita. ¿Qué más puedo pedir? Respecto al ranking, no me obsesiona mucho,
mejorarlo es una consecuencia directa de subir tu nivel tenístico. Si trabajo
cada día, el ranking me llevará hasta donde tenga que estar. Pero sí, por
supuesto que me hace ilusión meterme en el top200.
En Londres te
encontrarás a muchas leyendas, a toda la élite del tenis ¿cómo te lo imaginas?
Wimbledon llega en mi mejor momento así que, pase lo que
pase, será un momento único e inolvidable. No tengo ídolos, en ese aspecto voy
muy a bola con mi entrenador, no me fijo demasiado en lo que hace la gente.
Alguno te gustará más
que otro.
Hombre, me gusta Federer, como a todo el mundo, pero no
pienso en esas cosas. A Wimbledon voy porque me lo he ganado y es un torneo que
podría cambiarme la vida. Si veo a alguien o dejo de verlo me da igual, nadie
es más especial que otro.
Hablamos de Wimbledon
pero antes hay otros torneos, como el Mallorca Open. Todo el mundo pide a
gritos que te den esa WC, ¿crees que la mereces?
Lo primero que debo decir es que la iniciativa de Twitter ha
sido espectacular, gente pidiendo a gritos que me den una WC… es alucinante,
estoy muy agradecida a toda esta gente. De verdad, es que no tengo palabras, ya
te he dicho antes que mis fans son los mejores (risas). No sé si lo merezco o
no, no está en mi mano valorarlo, pero sí creo que he hecho méritos para
recibirlo. Además en mi superficie favorita, creo que soy la única española a
la que le gusta jugar en hierba, el resto son más de jugar en tierra. Nosotros,
de momento, ya hemos enviado la petición formal a la Federación. Ahora toca
esperar la respuesta.
No te veo muy
convencida.
Ojalá me la den, pero no, no tengo muchas esperanzas.
Explícame cómo
funciona exactamente el reparto de las wildcards.
Los criterios utilizados por los organizadores y las
Federaciones no están demasiado claros. No sé quién tiene la última decisión ni
por qué. Sean cuales sean los criterios, la realidad es que yo nunca he entrado
en ellos. Los jugadores, lo único que podemos hacer es enviar las peticiones y
esperar. En ocasiones cansa un poco ver que las WC siempre acaban en manos de los
mismos. Sinceramente, estoy un poquito harta.
En ocasiones la
prensa también comete alguna injusticia.
A todos nos gustaría que se hablara más de nosotros y no
siempre de las mismas estrellas. Sobre todo me gustaría que hubiese más prensa
alrededor del tenis femenino, que se nos siguiera más, que se nos diera algo
más de bola. Al final nosotras estamos trabajando para llegar donde están los
cracks y también necesitamos algo de apoyo y visibilidad.
En tu caso, por
ejemplo, ¿cuántos medios se han interesado por ti estas semanas?
Visibilitas me hizo tres preguntas, la radio de Monzón habló
conmigo un día, L’Actual (diario de Castellar del Vallés) y la radio de
Castellar. Bueno y ahora tú.
Lo que es innegable
es que ya estás cerca de ser la quinta mejor española del ranking. ¿Ves muy
lejos la Copa Federación?
Obviamente, cuando uno va subiendo el nivel y el ranking,
siempre sueña con que algún día le llegará. De momento no se ha dado. Solo el
hecho de que se plantee esta posibilidad ya es una buena noticia, significa que
estoy en un momento bueno. Por desgracia, ahora mismo el trato que tengo con la
Federación no es el que a mí me gustaría. Sí es cierto que Miguel Díaz
(presidente RFET) estuvo presente en dos de las finales y me felicitó en
persona, pero sabe a poco después de la evolución que he tenido este último
mes. Parece increíble, pero el otro día un fan en Twitter puso: ‘¿De verdad no
la vais a felicitar?’. Al día siguiente emitieron un comunicado diciendo que
había ganado el torneo de La Bisbal. Es una situación complicada, prefiero no
pensar en nada ajeno y centrarme en mí y en mi equipo.
Tu caso es muy
singular empezando por lo físico. Mides 1’87m y tu superficie favorita es la
hierba. ¿De verdad que eres española?
En mi familia son todos súper altos y tengo raíces polacas y
alemanas por parte de bisabuelos. En cuanto a lo de la hierba, me encantó desde
la primera vez que la pisé, me enamoré. Es una superficie rara, para mí tiene
algo especial. La esencia que tiene la hierba, detalles como el jugar de
blanco, no la tienen otras superficies. Por supuesto, también ayuda que se
adapte muy bien a mis características.
Además tengo
entendido que tienes un carácter fuerte, intenso.
Sí, te lo puedo confirmar (risas). A veces soy un poco
indomable, quizá por eso mi entrenador me llame ‘dimoniet’ (diminutivo de
demonio en catalán). Pero luego también soy muy trabajadora, cercana con la
gente, simpática, alocada, creo que tengo un buen corazón y, sobre todo, los
pies sobre la tierra. Si quieres saber más sobre mí puedes meterte a leer el
horóscopo y consultar la ficha de Tauro. Esa soy yo.
En comparación al
resto de tenistas, sí resultas un tanto peculiar.
A veces puede parecer que esté menos centrada por mi
carácter, porque soy muy abierta y extrovertida, pero es que me gusta muchísimo
reír. Luego cuando me tengo que centrar también soy la primera en hacerlo.
Alguien que ya estará
acostumbrado a tu personalidad es tu entrenador. ¿Qué parte de culpa le
corresponde en esta etapa de éxitos?
He tenido tantos entrenadores… pero tantos… no te imaginas
lo difícil que es encontrar un entrenador con el que te entiendas, que te
comprenda, que no vaya a por el dinero. Ya sabes cómo funciona este mundo, la
gente se mueve por intereses.
Con Marc (Canovas)
parece que has tenido suerte.
Para mí lo es todo. Es como si fuera mi mejor amigo, paso
todo el día con él, en todos los momentos está conmigo. Yo sé que si a mí me
pasa algo a las 03:00 de la mañana de un martes y lo llamo, él va a venir. Está
para lo que necesite, somos como un matrimonio. De verdad, no sé qué haría sin
él, espero que no pase nada raro como ya me ha pasado otras veces.
Hay cambios que te
pueden hacer ir a mejor, tú lo sabes bien.
A mí los cambios no me gustan nada, soy demasiado fiel a los
míos. Mi entrenador ahora mismo me aporta tranquilidad, felicidad, tenemos
muchísimo feeling… tal como te lo estoy explicando para un romance pero no,
solo es mi entrenador (risas). Soy de esas personas que se entregan a full, o todo
o nada, por lo que espero lo mismo de él. Por suerte nos parecemos bastante en
ese aspecto. Sin él no estaría aquí y, lamentablemente, se lo digo poco. La
vida ha querido que nos encontremos en medio del camino, espero que también lo
acabemos y retirarnos juntos.
¿Te veremos en el
top100 antes de acabar la temporada?
El objetivo a principio de año era justo ese, aunque yo
prefiero ir torneo a torneo. Siempre voy con el objetivo de ganar, me da igual
la categoría de torneo que juegue. Espero que no suene demasiado osado, pero yo
a Wimbledon voy a ganar. Es mi mentalidad, afronto cada semana con el objetivo
de ganar. Si no, ¿para qué vas? ¿A pasar una ronda? Mi deseo es estar entre las
mejores, cuanto más arriba mejor. El cielo es el límite.