Rafael Nadal
luchará por su octava corona en el Masters 1.000 de Roma después de imponerse a
Novak Djokovic ( 7-6 y 6-3) en un partido intensísimo que recordó a los
legendarios duelos disputados antaño entre
el balear y el serbio. Nadal, sin embargo, estuvo mejor que su rival
cuando la bola quemaba y eso marcó la diferencia después de 1 hora y 57 minutos
de gran tenis.
Las dudas
con las que Rafa arrancó sobre la pista central del Foro Itálico no le
impidieron ser él mismo en el primer juego salvando dos bolas de break que bien
pudieron cambiar la decoración posterior del choque. El 'rey de la tierra', no
obstante, mantuvo la sangre fría y no permitió que la sangre llegara al río.
Con el
saque, se pudo ver al Djokovic de los mejores días. El serbio se ventiló sus
dos primeros servicios por la vía rápida sin dar opción a Rafa, pero a la hora
de la verdad se hizo pequeño cediendo dos bolas de break en el sexto juego del
primer set. Nadal perdonó la primera, pero no la segunda y encarriló la manga
inicial sin apenas haber roto a sudar.
El manacorí
consolidó su rotura (5-2) en el siguiente juego moviendo a 'Nole' de un lado a
otro de la pista hasta asfixiarlo. Parecía que el set estaba terminado, pero
cuando peor pintaban las cosas para él resurgió el tenista balcánico de sus
cenizas encadenando tres juegos consecutivos que dieron un vuelco al partido
(5-5).
Nadal, pese
a todo, mantuvo la calma y aseguró el tie-break con un juego en blanco. En el
intercambio de golpes definitivo, como casi siempre, el balear fue superior y
se apuntó la muerte súbita (7-5) gracias a su consistencia sobre la pista y a
que cometió menos errores con el servicio que Djokovic, que estuvo fatal en esa
faceta contra pronóstico.