Asistentes a un partido de tenis en los Baños del Carmen. 1925
Málaga, 30 de septiembre de 2023
Por Miguel Alba Trujillo
Capítulo 4
La Concha de Málaga y su estrecha relación con el tenis.
Los Baños del Carmen
La lectura de un artículo aparecido en la prensa malagueña, en los años veinte del siglo pasado, con el nombre “La Concha de Málaga”, que equiparaba los Baños del Carmen con la playa donostiarra de la Concha, me ha parecido un título apropiado para el cuarto capítulo.
Contextualizando la época de referencia, Málaga venía arrastrando una serie de graves contingencias que habían deteriorado su tejido productivo y por defecto social, lo que acarreó unas oscuras perspectivas de futuro.
Desde finales del siglo XIX, la Sociedad Propagandística del Clima y Embellecimiento de Málaga, llevaría a cabo las iniciativas de la promoción turística de la ciudad. Se comienza a valorar la suavidad del clima durante el trascurso del año, con especial atención a sus inviernos. Una cualidad natural que, sabiamente tratada, podía ser uno de los acicates que remediara la maltrecha economía malagueña.
Las temperaturas del invierno era un argumento muy sugerente para cautivar a los extranjeros de alto poder adquisitivo, acostumbrados a buscar ciudades que no tuvieran los inviernos largos y fríos de sus países de origen. Este turismo de élite, tenía en los veranos de San Sebastián y Biarritz lugares de obligada visita. La Bella Easo, al estar situada en el norte de España, disfrutaba de veranos cálidos, lejos de los tórridos estíos del sur, con el inconveniente que el buen clima era estacional y los otoños e inviernos de temperaturas poco agradables.
Hasta esos momentos los barcos de cruceristas que hacían escala en el puerto, venían de realizar cruceros por Túnez, Tánger y Gibraltar, Málaga solo era utilizada de puente para visitar Sevilla y Granada.
La primera labor era atraer a ese turista con una oferta atrayente. Málaga tenía en su debe una deficiente higiene pública y una rémora de dirigentes incapaces de conseguir mejoras para la ciudad. Se emprende un arduo trabajo para dar a conocer, a las navieras, visitas a lugares representativos como, la Finca de la Concepción, las renombradas bodegas malagueñas, a presenciar espectáculos flamencos y a la asistencia a corridas de toros.
La tarea principal consistía en remediar la falta total de infraestructuras que cautivaran a un exigente visitante. Una primera apuesta iba a tener visos de realidad, en una pequeña franja litoral, conocida como la playa de San Telmo, en Pedrelalejo, nombre de una antigua atalaya defensiva que, hasta su derribo en 1880, estaba situada en una enorme mole de piedra, frente a la costa. Cerro que posteriormente sería convertido en cantera para surtir de piedras a las obras de ensanche del puerto, para lo que se construyó un pequeño muelle para el traslado del material. Agotado el filón, se comenzó a extraer la piedra de la cantera de los Almellones (frente a la playa del Candado), extendiéndose una línea de ferrocarril, desde Almellones hasta San Telmo. Una vez allí, la roca era transportada por barcazas hasta el puerto de Málaga. El pequeño muelle quedó abandonado y semiderruido al finalizar las obras del puerto.
El cerro de San Telmo con la Torre en su cúspide. Debajo la vía de tren que llegaba a la cantera de los Almellones.
Un emprendedor con visión de futuro, Enrique García de Toledo y Clemens, vislumbró la posibilidad de establecer, en aquel pequeño recoveco de playa, un balneario que con el tiempo se convertiría en el lugar principal de eventos sociales, políticos y de reuniones de la high life malagueña.
La inauguración del Balneario de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio de 1918, era un importante paso para comenzar a soñar con una Málaga que, a nivel internacional, fuese reconocida como ciudad de invierno. Una infraestructura que además del club social, albergaría eventos deportivos como, hípica, futbol, baloncesto, tiro al plato y cualquier deporte que estuviera de moda. Para la práctica del tenis estaba proyectada la construcción de tres pistas (dos de singles y una de dobles) en un lugar idílico, a la orilla del mar.
Plano general del nuevo Balneario del Carmen (1921). Al estar realizado a tinta, las zonas nominadas son difíciles de apreciar, marcándose solo las legibles.
Aún faltaban edificaciones emblemáticas que diera el impulso definitivo para que Málaga pudiera ser catalogada ciudad de invierno. El 20 de junio de 1920 se firma en Madrid las escrituras para la construcción de un gran hotel, Príncipe de Asturias, en el solar que albergó una fábrica de azúcar. Esta magna edificación abría nuevas e interesantes perspectivas de futuro para la ciudad y se vislumbraba la posibilidad real de que Málaga, por primera vez, pudiera competir con las ciudades del norte.
Estas magnificas expectativas animan a Enrique García de Toledo a liderar un grupo de inversores que constituyen la sociedad “Parque Balneario N.S. del Carmen”, con el objetivo de realizar una importante inversión en obras y equipamientos para que el balneario estuviera a la altura del de la Concha. La prensa nacional se hacía eco del arrojo del grupo inversor. “Es el esfuerzo que se ha hecho en Málaga para promover la concurrencia de veraneantes. Un puñado de buenos malagueños han instalado ese balneario al estilo de las playas del norte”.
Solo faltaba la última pieza que cerrara el círculo de excelencia. A solo un mes del anuncio de la construcción del hotel, aparece el ambicioso proyecto de edificar un casino o Gran Kursaal, en los Baños del Carmen, para lo que se tendría que derribar el restaurante (el actual) y en su lugar se edificaría el casino. Esta era la piedra angular para atraer a personas de alto standing que, además de practicar deportes, eran muy aficionadas a los juegos de azar. Se estaba proyectando una Málaga de futuro y con todos los alicientes para conseguir el anhelado sueño.
Casino o Gran Kursaal proyectado en los Baños del Carmen.
1920
Cuando comencé a trabajar en la investigación sobre el origen del tenis en Málaga, las primeras referencias me indicaban que los inicios fueron en los Baños del Carmen. Craso error, como ya se ha podido constatar en anteriores artículos, hubo dos enclaves precedentes al de Pedregalejo, en el Paseo de Sancha, el primero, y posteriormente en el Muelle de Heredia.
Corría el año de 1921 y la guerra del Rif estaba en pleno apogeo. En el verano tuvo lugar el desastre de Annual y a Málaga, llegaban los barcos repletos de heridos, volcándose la ciudad en su auxilio. La fatalidad del momento ocasionó que los grandes proyectos pasaran a un segundo plano. La fuerte inversión a realizar en un momento crítico, fueron factores determinantes para que las importantes obras de mejora del balneario y la construcción del casino quedaran aparcadas.
Vuelve el tenis. La práctica del tenis en Málaga, tuvo un antes y un después tras el asentamiento del club en los Baños del Carmen.
Se retoma la celebración de las Fiestas de Invierno, con la rémora del conflicto del Rif, al que se le unía el padecimiento de huelgas y cierres patronales. El día anterior al inicio de las celebraciones, la patronal de la industria gráfica despedía a todos sus trabajadores por la larga duración de la huelga. Con estas complicadas expectativas se organizan regatas, carreras ciclistas y exhibiciones aéreas, el tenis no aparece y posiblemente por no estar aún operativas las pistas.
La competición se reanuda en 1922, con la celebración de un torneo en la feria de agosto. Una competición dividida en dos modalidades, un cuadro, “el de los buenos” y otro con hándicap. El primer campeón de Málaga, en las pistas de los Baños del Carmen, sería Eduardo Álvarez Gross, que venció en la final a Luis Flores.
La falta de documentos bibliográficos de 1923, impide conocer si el club de tenis se volvió a refundar ese año. Las primeras noticias sobre su nueva andadura aparecen en 1924, con el nombre “Málaga Lawn Tennis”. Año en el que el tenis vuelve con fuerza con la celebración de importantes torneos en los que aparece el Club como organizador.
El primer evento se iba a celebrar entre los días 7 al 9 de mayo, confirmando su asistencia las primeras raquetas nacionales. Eduardo Flaquer, campeón de España en 1923, Raimundo Morales, el finalista, la pareja formada por, Juanico y Saprissa, campeones de dobles, junto al conocido J. M. Taruella, serían las figuras que iban a jugar en los Baños del Carmen. El grupo tenía fijada su llegada a Málaga, una vez finalizara el campeonato de España que se celebraba en Huelva.
Los afamados tenistas fueron recibidos por el presidente del Club, Joaquín García de Toledo a quien acompañaban, el vicepresidente, Enrique Val Dulken, el tesorero,
Enrique García de Toledo y el secretario, Manuel Bolín Bidwell. Existía en Málaga una gran expectación por ver a las primeras raquetas nacionales, y con el aliciente de los enfrentamientos que iban a realizar contra la pomada del tenis malagueño. El comandante, Luis Flores, se enfrentó a Taruella, perdiendo 6-2 y 6-0. Val Dulken jugó contra Juanico Corrales, siendo derrotado por un contundente 6-1-y 6-1 y Saprissa a Eduardo Álvarez, 6-2 y 6-2. Hubo varios partidos de exhibición, de dobles, entre los invitados y los tenistas malagueños, que volverían a ser derrotados con facilidad.
En agosto se celebra, por primera vez en Málaga, el campeonato de Andalucía de Tenis. Había expectación por ver de nuevo a jugadores foráneos enfrentarse a los locales. Se esperaba la llegada, desde Barcelona, de Morales y Albisu, que junto a varios tenistas onubenses iban a subir el nivel de la competición.
La sorpresa, totalmente inesperada fue la victoria, en semifinales, de García de Toledo sobre Albisu, por un contundente 6-4 y 6-0. En la otra semifinal, Morales se deshacía de Luis Flores por un contundente 6-1 y 6-0. La victoria en la final fue para Morales, resultado no recogido por la prensa.
Los éxitos de público y la posibilidad de organizar grandes eventos animan a Joaquín García de Toledo, presidente del “Málaga Tennis Club” a organizar un campeonato internacional en los Baños del Carmen en 1925.
La grandiosidad que se le quiere dar al evento para que la asistencia fuera multitudinaria, se construye en el campo de futbol del Málaga C.F., una pista de tenis exclusivamente para la disputa del torneo. Las raquetas locales, Álvarez Gross, Val Dulken, Crooke, se verían las caras con participantes venidos exprofeso para participar en la competición. El vencedor de la prueba de singles fue Sir Percy que venció al tenista local y presidente del Club, Joaquín García de Toledo por 6-3 y 6-2. En damas, las hermanas Shilppenbanh jugaron la final venciendo Ana Mª a Frida.
Varias fueron las visitas que miembros de la familia real realizaron a los Baños del Carmen. En 1927 y coincidiendo con los festejos de invierno, la Reina visitó el balneario acompañada de sus hijos, el príncipe de Asturias y las infantas Beatriz y Cristina. La reina, como ya se comentó en el primer capítulo, viajaba con asiduidad a Málaga, debido a que la princesa Beatriz, madre de la reina, era una de las visitas ilustres de los inviernos malagueños.
Las infantas Beatriz y Cristina paseando por los Baños del
Carmen
Una curiosa anécdota ocurrió uno de los días que las infantas jugaban al tenis en los Baños del Carmen. Al estar la pista cerca del rebalaje, coincidió que muy cerca del lugar, se encontraban varios pescadores tirando del copo. Las altezas reales sintieron curiosidad por ver una tarea que desconocían dejando las raquetas y acercándose a la orilla.
De izquierda a derecha; Flaquer, Álvarez Gómez, Álvarez, Morales, Van Dulken, Garriga y García de Toledo.
En 1928 tiene lugar en los Baños del Carmen el encuentro internacional entre Portugal y España, circunstancia que originó la vuelta de la familia real a Málaga. Este evento era la continuidad del primer enfrentamiento celebrado en Lisboa y que fue ganado por cuatro victorias a una por el combinado español. Al estar programados los encuentros para los días 12, 13 y 14 de febrero y tener que ser aplazados al 25, 26 y 27 del mismo mes, no pudieron acudir los hermanos Alonso. El equipo español formó con Flaquer, Ramón Morales y Joaquín Linares siendo el capitán, Antonio Ordóñez.
La Reina Victoria y el príncipe a su llegada a los Baños del
Carmen
Miguel Alba Trujillo para andatenis.blogspot.com