Málaga, jueves, 14 de septiembre de 2023
Por José Roses
Buenos días tenistas de poca fe.
Reconozco que tenía preparado el artículo de esta semana dedicado a algún aspecto que me llamó la atención sobre el pasado U.S.A. Open, pero vista la repercusión que ha tenido la derrota ayer del equipo español en la primera confrontación de la fase de grupos ante la República Checa, le he pedido al amigo Rafael de Haro que esperase porque quería escribir sobre ello.
Todo son problemas, por lo que parece. Todos se preguntan, sobre todo, ¿ahora qué?. Como si lo que hubiera sucedido fuese una sorpresa. Para mí, no, lo reconozco. Pero más allá de ello, no busco culpables, porque considero que no los hay, la situación es la que es, y lo que pienso que se necesita es ponerse a trabajar desde todos lados para, primero, adaptarse, y después, progresar.
No hay culpables porque pienso que responsabilizar a Carlos Alcaraz de la derrota no es justo. A todos nos hubiera gustado verlo ayer en pista comandando al equipo español, pero ha considerado que no se encontraba en condiciones de rendir con un mínimo de garantías, tanto para él como para el equipo. Hablamos de que Djokovic, con 36 castañas a sus espaldas, y tras haber ganado en la ciudad de los rascacielos su 24 Grand Slam, se va a presentar en Valencia a defender a su país. Cada cual es cada cual, y Alcaraz no es el serbio, ni mejor, ni peor, distintos.
Tampoco hay culpables porque echando la vista al ránking profesional, España ha presentado a número 2, Davidovich, a su 3, Bautista, recién salido de lesión, y a su 5, Zapata, añadiendo a un súper especialista en el juego por parejas como es Granollers. Sólo faltaban Alcaraz y Carballés. Se presenta la mejor alineación posible, creo yo. Otra cuestión es el nivel para competir en especialistas pista rápida e indoor. David Ferrer, como capitán, no creo que se pegue un tiro en el pie y juegue a perder.
El formato ideado por Kosmos, léase Gerard Piqué, puede que no sea del gusto de mucha gente, tenistas incluidos, que si indoor todo el mundo, que si rápida todo el mundo, que si así no ganamos a nadie. Recuerdo eliminatorias ganadas en dicha superficie a rivales de empaque, Argentina en una final, por ejemplo. Pero eran otros tiempos, con otros jugadores. Tenemos lo que tenemos, y hay que ir con ellos hasta el fin del mundo, supongo que no les dará lo mismo perder. Supongo que en otros tiempos, a los norteamericanos no les apetecería venir a jugar una final en tierra batida. No creo que Piqué o la I.T.F. tengan culpa ni de victorias ni de derrotas, estamos en un negocio, lo olvidamos a veces.
La R.F.E.T. no es culpable de los jugadores españoles que destacan, o, podríamos hablar del menor nivel general comparado con otras generaciones. Son eso, justo hornadas de chicos que de pronto, evidentemente, fruto del trabajo de muchos, aparecen, y desaparecen cuando los años pesan demasiado. ¿Hay federaciones que lo hacen mejor?, seguro que sí, pero no podemos responsabilizar a la Federación Española de lo que tenemos ahora, porque entonces habría que haberla responsabilizado de los éxitos anteriores, y no escuché muchas voces en esa línea. Los jugadores son entes individuales, y casi ninguno crece al amparo de la R.F.E.T., pero creo que los ayuda y protege, al César, lo que es del César.
Primero, no busquemos culpables, segundo, adaptémonos, tercero, rebelémonos y trabajemos más duro, todos juntos, ese debe ser nuestro ¿Y AHORA QUE?
José Roses para andatenis.blogspot.com