El español está muy pero que muy lejos del nivel que todos y todas esperábamos con una nueva
derrota a las primeras de cambio, la ultima en Indian Wells 2024, nos muestra su falta de
confianza.
Cuando se tiene todo para triunfar, las expectativas deben ser muy altas y, por ende, los malos momentos pesan más de lo normal. Alejandro Davidovich parecía estar ante su gran momento en este 2024, pero sale de Indian Wells 2024 con una nueva derrota, esta vez ante Arthur Fils, abandonando el top-25 y dando señales preocupantes.
Dudas, falta de confianza, desánimo y cierta apatía. Es lo
que transmite en estos momentos un Alejandro Davidovich desdibujado y que, por
mucho que se afana en revertir la situación, no se encuentra a sí mismo. El
malagueño es un tenista de talento desbordante, un mago de la raqueta capaz de
vencer a cualquiera y que lleva mucho tiempo trabajando duro para ser
consistente. El pasado año dio señales evidentes de un buen progreso, por mucho
que le faltara dar el paso definitivo.
Esas duras derrotas ante jugadores como Rublev, Rune o
Coric, y meritorias actuaciones frente a Medvedev, Alcaraz y Djokovic, hacían
presagiar que el español había construido un campo base ideal para seguir
escalando esta temporada y dar ese salto cualitativo para el que tiene argumentos
más que de sobra. Sin embargo, todo está saliendo al revés. Su alentador
triunfo ante Hurkacz en la United Cup 2024 vaticinaba emociones, pero dolió
mucho perder ante Nuno Borges en segunda de Australia.
A partir de ahí, Fokina no ha conseguido ganar ni a un solo jugador dentro del top-50 del ranking ATP y ha encajado derrotas difíciles de asumir; unas por la contundencia del marcador en su contra, y otras por haber dispuesto de serias oportunidades para romper moldes y deshacerse de esa mala sensación que le acompaña, como la de Struff en Rotterdam. Sucumbir ante Arthur Fils en Indian Wells 2024 genera ya un estrés notable, al perder muchos puntos después de los cuartos de final obtenidos el pasado año en California, y es una clara señal de que algo está fallando.
Obsesionarse con evolucionar puede hacer que se retroceda.
Alejandro Davidovich es un tenista muy competitivo y de una personalidad
genuina, con mucho carácter y que necesita estar cómodo consigo mismo y tener
muy buenas sensaciones. Seguirá trabajando a destajo para encontrar ese nivel
que le ha llevado a desafiar a los mejores y afincarse en un top-30 que podría
abandonar en poco tiempo. No es momento de
cebarse con él, de darle por muerto y achacarle cierta volatilidad mental,
porque eso es parte de su magia e identidad como jugador.
El tenis español necesita una figura como la del malagueño, y también todo el circuito ATP, ávido de jugadores impredecibles y capaces de sorprender a propios y extraños. Muchas veces, retroceder sirve para adquirir carrerilla y todo puede cambiar en un pestañeo. El Miami Open 2024 o la gira de tierra batida pueden ser escenarios ideales para que las cosas cambien.
No hay lugar para el desánimo ni la apatía, tampoco para la
autodestrucción. Alejandro Davidovich tiene mucho tiempo por delante para
revertir esta situación y, a buen seguro, saldrá reforzado. Suele decirse que
las crisis pueden ser leídas como una oportunidad para ser mejor, y así debe
encarar el español este momento de su carrera, que puede ser definitorio acerca
de cuáles pueden ser sus aspiraciones. Por el momento, tengamos paciencia.