Para aquellos niños que se inician en el tenis, además de
realizar actividades más enfocadas al juego, es también un buen momento para
introducir aspectos técnicos (cómo golpear) y tácticos (trayectorias,
desplazamientos…).
Enseñanza de los primeros golpes para niños
A priori, nos pueden surgir muchas preguntas: ¿Cuál es la
progresión que debemos seguir al enseñar un golpe? ¿Cómo conseguir que no se
frustren durante estos primeros golpes? ¿Qué empuñadura enseño al empezar?
Aunque estos son aspectos que se trabajan como base en
cualquier escuela de tenis y que los profesores enseñarán de manera adecuada y
mucho más en profundidad (sobre todo evitando caer en gestos incorrectos que se
perpetúen durante el aprendizaje), puede resultar interesante para padres/
madres el tener unas nociones básicas si deciden introducir al niño por ellos
mismos en el tenis durante los primeros pasos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS.
Desde este momento hablaremos de mini-tenis, que es el marco desde el que se enseña en los primeros años este deporte. Este se introdujo con el fin de adaptar los espacios y materiales a los más pequeños, haciéndoles más asequible el aprendizaje del tenis (y pudiendo realizarse en cualquier lugar sin necesidad de contar con una pista de tenis reglamentaria). Los espacios de juego son más pequeños (mitad de la pista), las raquetas están adaptadas a la altura del niño y es conveniente utilizar una bola lenta (de foam o con poca presión).
Raqueta para niños
Durante los primeros golpes haremos hincapié en que el
control va por encima de la potencia (no tiene sentido enseñar a golpear la
bola fuerte desde el principio si no saben dirigirla).
Debemos de recordar que la enseñanza del tenis (al igual que
otros deportes) sigue una progresión. Los primeros ejercicios están enfocados a
conocer los elementos de juego. Lo ideal es comenzar con juegos en los que solo
se utilice la pelota (manipulación, lanzamientos, recepciones…), posteriormente
actividades en las que se manipule por separado solo la raqueta y por último
utilizaremos raqueta y pelota de manera conjunta (habilidades, conducciones y
en última instancia el golpeo).
Todos sabemos que cuanto más tiempo practiquemos, mejor y
más rápidamente adquiriremos esas habilidades. Sin embargo, tenemos que tener
en cuenta que lo importante es el número de repeticiones del golpe que se
realiza. Un ejercicio de 10 minutos en el que se golpean muchas bolas es más
eficaz que un ejercicio de 20 minutos en el que se pasa mucho tiempo parado
esperando bolas. Esto es un punto a tener en cuenta al diseñar ejercicios.
Una clave para que al niño le guste la actividad es intentar
que no tenga tiempos parado y le de tiempo a aburrirse. Por ello, haremos uso
del juego en todo momento. Por ejemplo, tras el golpeo puede ir a recoger las
bolas y le daremos una serie de pautas (esta vez hay que ir a recogerlas
saltando, o a la pata coja, etc…).
Puede darse el caso de que el niño coja unas veces la
raqueta con la derecha y otras con la izquierda. No debemos preocuparnos porque
hay niños muy pequeños que aún no tienen afianzada la lateralidad. Puede ser
útil realizar juegos para ver con qué mano tiene más dominio (por ejemplo,
ejercicios de lanzar bolas para ver con cuál lanza más fuerte y con más
puntería). Una vez localizado con cual se maneja mejor, intentaremos orientarle
a que utilice esa, pero sin regañarle en ningún momento. Esto es algo que según
pase el tiempo irá afianzando y él mismo se dará cuenta (como anécdota, Rafa
Nadal es diestro pero juega al tenis con la izquierda como si fuese zurdo.).
FASES DE LA ENSEÑANZA.
En este caso concreto que ponemos de ejemplo, el primer golpe que vamos a enseñar es el drive de derecha. Las fases de enseñanza serían las mismas al explicar cualquier golpe, solo que cada uno de ellos tendrá una serie de movimientos y gestos técnicos diferentes.
Cuando enseñamos un golpe, debemos hacerlo a través de estas
cuatro fases:
Explicación: Se trata de explicar el golpe (hacer un ejemplo sin pelota) de manera sencilla e ilustrativa, despacio, marcando los detalles, con el niño situado en una posición adecuada en la que pueda ver todo. Desfragmentaremos el golpe en una serie de puntos, parando entre cada uno de ellos en esa posición para intentar crear una imagen de esa posición. El niño puede imitarnos, pero sobre todo es importante que observe y se quede con los detalles.
En el caso del drive de derecha sería:
Posición de preparados: Piernas abiertas más o menos a la altura de los hombros, rodillas flexionadas, tronco hacia delante, raqueta arriba.
Posición de espera para niños
Unidad de giro: Giro del pie derecho y giro de los hombros
para armar la raqueta (que queda hacia atrás y el tapón mirando hacia
adelante). Señalamos la bola.
Giro niños
Desplazamiento: Pasos cortos y rápidos para ajustar las
distancias, dejando el pie izquierdo delante para colocarnos de lado y tener
más estabilidad.
Desplazamiento niños
Impacto: Traspaso del peso hacia adelante a través del
impulso del pie derecho, el impacto se produce delante con las cuerdas
paralelas a la red, movimiento ascendente de abajo a arriba.
impacto niños
Terminación: La raqueta termina arriba apuntando a donde
dirigimos la bola. No nos preocuparemos por la llamada “bufanda” (terminar con
la raqueta detrás, rodeando el cuello con nuestro brazo), ya que esto es algo
que se producirá de forma natural por la inercia de la raqueta cuando se
empiece a pegar más fuerte a la pelota.
Terminación niños
Recuperación: Nos dejamos caer hacia adelante por la
inercia, plantando el pie derecho para estabilizarnos y recuperamos la posición
con pasos rápidos y cortos.
Recuperación niños
Seguir un orden facilita el aprendizaje y nos permitirá
detectar y corregir un error de manera concisa.
Demostración: Se trata de hacer los mismos movimientos que
el punto anterior, pero en este caso golpeando una pelota. Le diremos al niño
que se sitúe delante nuestra y nos tire una pelota despacio con la mano (le
marcaremos con un cono o un aro el lugar donde debe tirarla). Esta es la imagen
mental que se le va a quedar al niño del golpe, por lo que debemos ejecutarlo
despacio, marcando los detalles e intentar que salga perfecto. Le diremos que
nos tire al menos 3 bolas.
Práctica: Este es el momento en que el niño va a practicar
el golpe a través de algún ejercicio. Tendrá que intentar reproducir en el
golpeo los puntos que ha observado previamente. Más adelante veremos el modo de
echarle bolas en función de la edad y la madurez (de menor a mayor
complejidad).
Corrección: Durante la ejecución de la práctica,
observaremos qué hace bien y mal para ir orientándole. Hay que hacer las
correcciones sobre los puntos que hemos aprendido para que queden mejor
localizados (por ejemplo: en la posición de preparados, flexiona un poco las
rodillas). También hay que reforzar lo que hace bien para afianzarlo y
motivarle (por ejemplo: muy bien pegada esa bola delante).
¿DE QUÉ EMPUÑADURA PARTIMOS?
No hay que marear al niño con las empuñaduras ni crearle confusión con los nombres.
Las empuñaduras que primero se aprenden y que se utilizan en
estas primeras etapas son las empuñaduras este. Con la este de derecha se
aprende el drive, la volea de derecha, el saque y el remate, y con la este de
revés la volea de revés y el revés normal.
Para la empuñadura de derecha, hay un par de trucos que
pueden servir como referencia sencilla para explicarla desde cero:
Coger la raqueta: Dejamos la raqueta en el suelo y decimos
al niño que la coja con la derecha. La única manera posible de cogerla
adecuadamente es con la empuñadura este.
Dar la mano a la raqueta: Si plantamos la palma de la mano
en la superficie del marco, en las cuerdas, y la deslizamos hacia abajo, como
dándole un apretón de manos a la empuñadura, tendremos la empuñadura este.
También podemos explicar las empuñaduras situándolas en el
espacio, es decir, colocarla en el espacio donde deberíamos pegar a la bola y a
continuación cogerla. Esto muestra el porqué de esa empuñadura (es como más
cómoda y adecuadamente golpeamos, con las cuerdas transversales para tener un
mayor punto de impacto) y nos servirá también para explicar el este de revés.
GRADOS DE DIFICULTAD.
A la hora de practicar el golpe se debe hacer un ejercicio adaptado a la madurez motora del niño y a su nivel. Si de primeras le ponemos a practicar el golpe desde el fondo de la pista echándole bolas rápidas no va a dar ni una, se va a frustrar y la experiencia negativa va a hacer que no quiera aprender.
Una progresión adecuada de ejercicios para practicar el
golpe de menor a mayor dificultad sería la siguiente (recordando que lo haremos
desde la mitad de la pista o incluso un poco más cerca de la red si fuese
necesario, como a 2 metros de ella):
El niño colocado de lado con la raqueta detrás, le dejamos
caer una pelota vertical en la zona de impacto y nos apartamos; debe golpear a
la altura de la cintura y lanzarla al campo contrario.
Primer ejercicio
Igual que el ejercicio anterior, pero esta vez el propio
niño se deja caer la bola.
Nos situamos al otro lado de la red y le lanzamos una bola
(ascendente con bote vertical para que tenga tiempo de sobra para golpear). El
niño espera de lado con la raqueta atrás igual que en el ejercicio anterior.
Segundo ejercicio
Una vez dominados, se pueden hacer realizando el gesto
completo, desde la posición de preparados. A partir de este punto, si hay más
de un niño, el ejercicio puede ser realizado en parejas de forma colaborativa.
Igual que el ejercicio anterior, pero esta vez intentaremos
que el niño nos devuelva a nosotros la bola para cogerla como si fuésemos un
portero.
El niño pone en juego la pelota y esta vez se intentará
mantener un peloteo. En caso de hacer el ejercicio por parejas dos niños, cada
vez pone la pelota en juego uno de ellos.
Tercer ejercicio
Para motivar al niño, cada vez que consigue golpear la
pelota y pasarla le daremos un punto. Hay que intentar que el niño tenga éxito
en sus golpes, por lo que si vemos que le resulta difícil a mitad de pista, le
cocaremos más cerca (a 2 metros de la red) y no pasaremos al punto siguiente
hasta que no veamos que domina cada ejercicio. Igualmente, el resultarle
demasiado fácil y no suponerle ningún reto puede aburrirle, por lo que hay que
proponerle ejercicios nuevos que le supongan un poco de dificultad, o añadir
algún elemento más (conos acotando espacios donde debe ir la bola, golpeos con
desplazamiento, etc.