“Jamás repensé mi
decisión de retirarme porque en mi cabeza ya me sentía un ex jugador”
Llegó a ser el número 8 del mundo y fue semifinalista de Roland Garros.
"Me pregunto cómo hice para ganar partidos y mantenerme
durante tanto tiempo en la elite", confiesa.
Diego Schwarztman y la hora del adiós: "Jamás repensé mi decisión de retirarme porque en mi cabeza ya me sentía un ex jugador.
Se lo ve contento a Diego Schwartzman. Tranquilo, seguro de la decisión que tomó el año pasado de bajarle el telón a su carrera en este Argentina Open 2025 e ilusionado con la posibilidad de despedirse del tenis en su casa y frente a los fanáticos argentinos, con los que construyó una relación muy especial.
La nostalgia aparece por momentos en su rostro cuando
recuerda algún momento vivido en una cancha o alguna victoria que lo marcó.
Pero al escucharlo hablar queda claro que el Peque está disfrutando la previa
de su debut del martes ante Nicolás Jarry, que podría terminar siendo el último
partido de su carrera profesional, y que, a los 32 años, está listo para colgar
la raqueta y empezar su vida en el retiro.
“Nunca lo repensé”, asegura en charla con Clarín, sentado en
un rincón del Buenos Aires Lawn Tennis. “Es más, cuando tomé la decisión,
Buenos Aires me quedaba tan lejos que decía ‘Uh, falta un montón todavía’. Pero
me fui preparando bastante tiempo antes, incluso antes de anunciarlo -dice-. Y
por todo el proceso de los últimos meses, en mi cabeza ya me sentía un ex
jugador. También disputé muy poquitos torneos desde mayo del año pasado,
entonces la preparación fue distinta. Y ya estaba pensando qué voy a hacer el
día de mañana”.
-¿Hubo un momento particular en el que te diste cuenta de que era el momento de parar?
-Fue un proceso. Es muy adentro de las entrañas lo que uno
siente. Yo nunca me pongo nervioso los días previos a los torneos, pero 20
minutos antes empieza a subir la adrenalina buenísima, de querer entrar y
pensar voy a quebrar en el primer juego. A fines de 2022, que tuve una racha
mala en pista cubierta, esa adrenalina me hacía mal, me generaba mucha ansiedad de
no saber qué iba a hacer, cómo iba a responder, me hacía transpirar y perder el
control del cuerpo. Y eso se trasladaba al rendimiento: jugaba mal, no estaba
bien, no tenía ganas de entrenar al otro día. Eso fue un período de meses, un
año, que lo fui procesando y me di cuenta que ya no quería más.
-Los atletas suelen decir que al retirarse sienten ilusión por lo que se viene y también miedo. ¿Vos tienes esa mezcla de emociones?
-Obvio, es algo normal. Es el proceso natural de cualquier
persona que deja de hacer lo que hizo toda su vida y se manda a hacer otras
cosas. Son los miedos de cambiar la rutina, le gente que ves todos los días. Y
es un desafío más que te pone la vida. Yo creo que van a venir buenas cosas y
estoy muy entusiasmado con lo que viene.
-Más allá de los proyectos profesionales que tienes, como la
radio. ¿Hay alguno personal o alguna cosa que te gustaría hacer?
-Lo más cercano, en marzo arranco con mis amigos el torneo
de fútbol. Me di cuenta que nunca tuve botines. Bah, tenía cuando era chiquito,
a los seis o siete años. Después nunca más fui a comprarme unos botines. Y hace
un par de meses fui por primera vez a esquiar. Y parecía un nene de diez años,
disfrutando cosas que antes no podías hacer por no arriesgarte a una lesión.
Hay un montón de pequeñas cosas simples que voy a empezar a hacer. Y me voy a
divertir.
-¿Cómo te imaginas la vida después del tenis?
-Muy linda. Con desafíos de adaptarse. De pasar de esa
rutina de preparar una valija para irse dos meses a poder quedarse más tiempo
en casa. Levantarse y ver que hay días que va a haber más cosas para hacer y
otros en los que no. Estar acá rodeado de tu familia y tus amigos y dejar de
perderse cosas. Es cambiarse el chip del deportista y saber que ya no lo serás más. Y empezar a vivir el deporte de otra manera.
Schwartzman tuvo una gran carrera. Llegó a ser ocho del
mundo. Ganó cuatro títulos, entre ellos el de este torneo en 2021. Fue
semifinalista en Roland Garros 2020 y finalista en el Masters 1000 de Roma ese
año, torneo en el que se dio el gusto de vencer a Rafael Nadal. Y se ganó el
respeto y el cariño de todo el circuito por su calidad como jugador y como
persona. Y eso que cuando era chiquito y recién empezaba a golpear la pelota en
el club Hacoaj, los médicos habían pronosticado que no llegaría muy lejos por
su altura: 1,70 metros, poco para un tenis profesional en el que los mejores
son cada vez más altos. Por eso, contó que, al mirar para atrás y repasar esos
15 años de profesionalismo, a veces no entiendo cómo logró todo lo que logró.
Diego Schwartzman, antes de su retiro.
Foto Emmanuel Fernández Diego Schwartzman, antes de su
retiro. Foto Emmanuel Fernández
“Lo que me pregunto muchas veces es cómo con ‘menos tiros’ y menos habilidades, naturalmente hablando, pude tener la carrera que tuve. Sobre todo después del último año en el que competí, en el que me costó mucho ganar partidos ATP. Me pregunto cómo hice para ganar partidos y mantenerme durante tanto tiempo, sintiéndome bien en la cancha. Porque mi carrera fue yendo de a poquito, dando pasos para adelante, hasta que me pude sostener en la elite muchos años”, comentó el Peque.
Y continuó: “Me sorprende cómo lo hice, porque es muy
difícil. No es solo esfuerzo, como muchos creen. Hay que hacerlo bien,
necesitas un montón de nivel, y sumarle otras actitudes y muchas horas de
trabajo fuera de la cancha. Y creo que con el tiempo, la gente también empezó a
valorar todo eso mucho más”.
Schwartzman aseguró que otra cosa que lo sorprende es la
llegada que tiene con la gente. “No deja de ser raro, por más matemática que
tenga: lo haces mejor en un deporte que mira todo el mundo, llegas más a la
gente. Quizás ahora, estoy tomando dimensión de todo eso”.
Es natural pensar que uno de los recuerdos más lindos de la
carrera de Schwartzman es aquel enorme triunfo en dos sets ante Nadal en los
cuartos de Roma, en una temporada 2020 atípica por la pandemia. El Peque
aseguró que ese partido no se lo va a olvidar nunca, pero que hay otro festejo
que valora más.
"Rafa había ganado bien sus dos primeros partidos y yo
no había arrancado bien después del parón de la pandemia. Y dije ‘La puta
madre, me va a cagar a palos’. Mil veces había jugado a mi cien por cien y no
alcanzaba. Y ahí se dio todo. Algunos errores de él y perfección de mi lado:
las defensas, los ataques, donde estaba yo parado en la cancha, las decisiones
que tomaba. Es la única manera de ganarles a jugadores como él”, recordó.
Y agregó: “Pero sacando ese partido, una de las cosas más importantes fue ganar este torneo. Muchos no toman dimensión de lo que es ganar acá. Y es durísimo, porque es de los torneos en los que sentís que no vas a poder rendir o controlar los nervios. Por eso me quedo más con esos otros momentos que tuve en torneos como este , que con ese partido puntual ante Nadal.
-Más allá de todo eso y de los logros deportivos, ¿Qué te
dio el tenis?
-Lo más representativo es tener un montón de cosas, muchas más de las que necesito. Y en un país que el que cuesta tanto, poder disfrutar de un montón de cosas en la vida y en el día a día es un privilegio espectacular. Y todo eso me lo dio el tenis. No solo para mí, para la gente que me rodea. Poder ayudar a la gente que tengo alrededor, sabes que puedes estar ahí para cualquiera, es algo muy lindo. Eso no me lo imaginaba nunca.