Málaga, 19 de abril de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Carlos Alcaraz, uno de los mejores tenistas del mundo,
inspira a miles de jóvenes que sueñan con alcanzar su nivel.
Pero de todos los niños que juegan al tenis, solo un pequeño
porcentaje (alrededor del 1% o menos) logra convertirse en profesional y
acercarse a lo que ha alcanzado Carlos es todavía más complicado y difícil.
Muchos lo ven ganar trofeos, brillar en redes sociales y
piensan que su vida es perfecta.
Pero pocos conocen el esfuerzo, la disciplina y la
aceptación de la imperfección que hay detrás de cada entrenamiento y cada
partido.
Alcaraz, como los grandes, sabe que la perfección no existe,
pero entrena cada día para acercarse a ella.
Esa es la verdadera lección para los jóvenes tenistas: el
tenis, como la vida, está lleno de altibajos. No todos llegarán a la cima, pero
cada paso es valioso.
Como entrenadores, tenemos la responsabilidad de guiarlos,
enseñarles a aceptar sus imperfecciones y disfrutar del juego más allá de los
resultados.
No hace falta ser Alcaraz para disfrutar del tenis.
Este deporte mejora tu forma física, agilidad y resistencia.
Te reta en cada partido, te enseña disciplina y te conecta con la emoción de
competir.
Siempre hay algo valioso que ganar, incluso sin trofeos.
Saludos. Jorge Mir