Málaga, 26 de abril de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Después de ver los tres capítulos de “A mi manera”, dedicados a Carlos Alcaraz, sentí la necesidad de expresar algo que me ha dejado esta historia tan íntima y honesta.
Bajo mi mirada, Carlitos no está obsesionado con el tenis.
Su forma de vivir este deporte es distinta a la de otros grandes campeones.
Su visión de la vida, de su carrera, de su camino, es única.
Es a su manera.
Ha tenido el privilegio de convivir con leyendas como Rafa,
Nole y Roger, que llevaron la obsesión y el sacrificio al límite.
También ha visto esa entrega absoluta en figuras de otros
deportes como Cristiano Ronaldo, Pau Gasol o Marc Márquez.
Ellos eligieron ese camino: el de la exigencia total, el de
pensar en su deporte cada minuto del día de forma obsesiva.
Carlitos, por ahora, no parece caminar por ese camino. No
siente esa obsesión por cuidarse al extremo, por seguir cada indicación al pie
de la letra de su entrenador Juan Carlos Ferrero y por vivir exclusivamente por
y para el tenis.
Y quizás eso le haga más difícil alcanzar ciertos niveles
exigentes en algunos torneos. Ojalá me equivoque.
Con 21 años , ¿quién no quiere salir con sus amigos, reírse
hasta el amanecer, vivir la noche, sentirse libre y joven? Si eso es lo que
necesita ahora, lo entiendo… y lo respeto.
Pero me duele un poco y me entristece ya que si esa misma
energía, esa misma pasión, la pusiera en cuidar su tenis, podría tocar el
cielo.
Siendo muy egoísta y solo mirando por mi, ojalá descubra que
hay tiempo para todo y que los momentos de diversión pueden llegar cuando uno
decide cerrar su carrera, no en medio del camino.
Porque cuando Carlitos está bien, cuando sonríe, cuando
vuela en la pista, nos regala algo que va más allá del deporte. Es arte, magia
y alegría para el tenis y eso lo quiero presenciar y vivir durante muchísimo
años.
Saludos. Jorge Mir