Y es que es muy difícil decir "hasta aquí" y dejar un deporte que los tres han amado incondicionalmente.
Amar el tenis va mucho más allá de ganar partidos o levantar
trofeos. Es comprometerte con este deporte incluso cuando las cosas no salen,
cuando los golpes fallan y las derrotas pesan.
Es disfrutar el sonido de la pelota, la lucha interna, la
belleza del juego y seguir amando incluso cuando el resultado no acompaña, hay
lesiones y todo se tuerce.
Amar el tenis incondicionalmente es seguir entrenando con
pasión, es respetar el proceso, valorar cada instante en la pista y tratarte
con cariño cuando las cosas no van bien.
Pero hay algo que nunca debemos olvidar: el amor
incondicional al tenis no debe ser incondicional al sufrimiento propio.
Rafa y Roger, en su momento y ahora Nole está sufriendo en
los torneos.
Tomar la decisión de parar, cuando el deporte que amas con
esa dedicación, pasión y obsesión diaria se convierte en una carga y empieza a
robarte la paz, es tremendamente difícil y duro.
Rafa y Roger ya lo decidieron. Y ahora Nole está en una
situación delicada.
Si algún día Novak Djokovic dice "hasta aquí",
será un gesto de inmensa grandeza, amor propio y respeto hacia su cuerpo, mente
y legado al igual que hizo nuestro Rafa Nadal y Roger Federer, que también se
despidieron con un amor incondicional por este deporte.
Todos los que amamos el tenis entenderemos y valoraremos la
decisión de Nole aunque sea con tristeza.
Pero pase lo que pase, su legado de lucha y pasión siempre
será admirado y todo lo que nos ha regalado en la pista permanecerá en nuestros
corazones para siempre.
Saludos. Jorge Mir