El español está en la recta final de la mejor temporada de
su carrera
El 2025 de Carlos Alcaraz ha sido una temporada de reafirmación y madurez. El murciano ha consolidado definitivamente su estatus de referencia mundial con dos títulos de Grand Slam, Roland Garros y US Open, además de otros seis trofeos y varias semanas al frente del PIF ATP Rankings.
A sus 22 años, ha demostrado una capacidad asombrosa para reinventarse y
responder a cada reto con ambición, talento y una madurez impecable.
Más allá de los títulos, su evolución ha estado marcada por
una consistencia que en otros años le faltó. Alcaraz ha encontrado un
equilibrio entre agresividad y control, ha pulido su saque y ha conseguido
competir con un nivel emocional mucho más estable. Todo ello le ha permitido
volver a superar a Jannik Sinner, con quien mantiene una rivalidad que ya es el
gran eje del tenis actual. La final del US Open, resuelta con brillantez ante
el italiano, no solo le devolvió el No. 1, sino que confirmó su autoridad en
los momentos más exigentes.
Sin embargo, el año aún está lejos de cerrarse. En el
horizonte se dibujan tres metas que definirán cómo se recordará su 2025:
terminar como No. 1 del mundo, conquistar por primera vez las Nitto ATP Finals
y ganar la Copa Davis con España en Bolonia. Tres desafíos distintos que
pondrán a prueba tanto su físico como su capacidad para seguir gestionando la
presión.
1. Terminar el año como No. 1 del PIF ATP Rankings por
segunda vez
Ser el mejor no es llegar: es mantenerse. Alcaraz ya sabe lo
que es acabar una temporada como No. 1 —lo hizo en 2022, tras conquistar el US
Open y cerrar un año prodigioso con apenas 19 años—. En 2025, la historia se
repite, pero el contexto es más exigente. Jannik Sinner, su rival más directo,
ha sostenido un nivel altísimo durante todo el curso y le pisa los talones en
la clasificación que decide quién termina en lo más alto a final de año.
En este momento, Alcaraz aventaja al italiano en algo más de mil puntos, una renta valiosa pero ni mucho menos definitiva. Aún quedan por disputarse varios torneos grandes: el ATP Masters 1000 de París-Bercy y, sobre todo, las Nitto ATP Finals, donde el campeón puede sumar hasta 1.500 puntos. “Mi objetivo es terminar el año como número uno, pero no quiero obsesionarme”, dijo Alcaraz tras ganar en Nueva York. “Si juego mi tenis y mantengo la intensidad, las cosas llegarán solas”.
Sinner, por su parte, no ha escondido que ese primer puesto
es también su prioridad. “Carlos me ha obligado a mejorar todo”, admitió hace
unas semanas en Pekín. “Es un desafío constante”. Ambos se han repartido
títulos y finales en una temporada que ya es histórica por la calidad de su
rivalidad. Si Alcaraz logra sostener la cima por segunda vez, lo hará en un
contexto de máxima exigencia y con un nivel medio de competencia altísimo.
Sería una confirmación rotunda de su dominio generacional.
2. Ganar por primera vez las Nitto ATP Finals
Pese a su éxito precoz, hay un título que todavía se le
resiste: el de maestro. Las Nitto ATP Finals, que reúnen en Turín a los ocho
mejores jugadores del año, son uno de los grandes retos que le quedan a
Alcaraz. En 2022 no pudo disputar el torneo por lesión; en 2023 alcanzó las
semifinales, donde cayó ante Novak Djokovic tras un duelo eléctrico; y en 2024
no logró superar la fase de grupos.
El reto, por tanto, no es menor. Ganar las Nitto ATP Finals
exige constancia, adaptación a la pista dura bajo techo y capacidad para
dominar a rivales de primer nivel en condiciones rápidas. Alcaraz ha mejorado
su rendimiento en pista cubierta, pero aún busca la fórmula para dominar
completamente en ese entorno. “Quiero aprender de lo que me pasó el año pasado.
Son pistas que premian el primer golpe, y estoy trabajando para ser más
agresivo desde el inicio”.
Turín representa más que un título: sería la confirmación de
que su tenis puede imponerse en cualquier superficie (este mismo año logró su
primer título en indoor, en Róterdam), en cualquier formato y ante cualquier
rival. Si Alcaraz consigue añadir su nombre a la lista de ganadores del evento,
completará un círculo y consolidará la sensación de que su techo está, todavía,
más arriba.
3. Ganar la Copa Davis con España en Bolonia
El tercer gran desafío tiene un matiz distinto: el orgullo
de representar a un país. Alcaraz ya ha vivido la Copa Davis como algo
especial, pero nunca ha podido conquistarla. En 2025, España llega con un gran
equipo liderado por él mismo: a falta de la convocatoria oficial, que el
capitán David Ferrer realizará el próximo lunes, el murciano tiene entre ceja y
ceja levantar la Ensaladera.
La Final 8 se disputará en Bolonia, y España parte como una
de las favoritas (debutará ante la República Checa). Sin embargo, el formato
compacto y la proximidad con el final de la temporada añaden un nivel de
dificultad enorme. Alcaraz podría llegar con más de 80 partidos a sus espaldas
y apenas unos días de descanso desde las Nitto ATP Finals de Turín.
La Davis no se gana solo con talento. Requiere compromiso,
espíritu de equipo y una conexión emocional que va más allá. Si Alcaraz logra
liderar a España hasta el título, cerraría un año de ensueño: campeón de Grand
Slam y campeón con España en la Davis. Sería el broche perfecto para un jugador
que, a sus 22 años, ya está escribiendo su propia era en el tenis mundial.