Los estudios
de la ansiedad en el terreno deportivo ponen de manifiesto que no sólo existen
elementos personales relacionados con la ansiedad en el entorno deportivo de
competición, sino que también existen diferentes situaciones que determinan los
niveles de ansiedad tales como el tipo de deporte que se practique.
El tenis es
un deporte en el que el componente mental tiene una importancia fundamental.
Entre los aspectos que hacen que el tenis sea un deporte tan mental destacamos
el hecho de que es un deporte que necesita mucha concentración, el jugador pasa
mucho tiempo solo y es el único responsable de su juego, y es un deporte en el
que el jugador tiene que convivir con los fallos ya que cuando se pone la
pelota en juego, uno de los dos jugadores va a terminar cometiendo un fallo en
cierto modo. Es un deporte en definitiva en el que la mente del jugador tiene
que estar preparada para pasar de la calma a la activación y viceversa, en muy
poco intervalo de tiempo y de manera muy continuada. Esas alteraciones tan
bruscas en los niveles de activación o de arousal, unida a la necesidad de
mantener una buena concentración durante a veces muchas horas, hace que el tenis
despunte como uno de los deportes en los que el control mental juega un papel
muy importante.
Hemos visto
que el tenis es un deporte con unas altas exigencias en lo que al manejo de la
ansiedad se refiere; a eso le tenemos que añadir los elementos personales
relacionados con la aparición de la ansiedad en el entorno competitivo. Los más
destacados según las investigaciones realizadas son: la existencia de ansiedad
como rasgo de personalidad del jugador, la autovaloración que el jugador tiene
de sí mismo (autoeficacia), las metas de logro, las expectativas previas y la
edad-experiencia.
Como vemos,
todas las investigaciones en el terreno de la psicología deportiva apuntan a
que no podemos hablar de la ansiedad desde una perspectiva unidireccional, sino
que debemos considerar la ansiedad como de una manera multidimensional y
determinada por múltiples factores. Además de los elementos personales
predisponentes, se deben diferenciar tanto los aspectos somáticos como los
cognitivos de la ansiedad. Se sabe además que desde el punto de vista
psicológico, ambos afectan al rendimiento deportivo de forma diferente.
El
componente mental, denominado en algunas investigaciones ansiedad cognitiva en
situaciones deportivas comprende según las investigaciones de Burton (1998),
expectativas y cogniciones (pensamientos) negativas de éxito sobre uno mismo
ante una situación que puede originar cuatro tipos de consecuencias mentales
negativas: a) preocupaciones y otros pensamientos negativos; en el caso del
tenis, estos pensamiento van en la línea de perder, no ganar, no cerrar el
partido, fallar, etc., b) imágenes desastrosas y otros problemas de
autoevaluación imaginada; aquí por poner un ejemplo, algunos jugadores cuentan
que imaginan el final del partido habiendo perdido, c) problemas de
concentración y de mantenimiento del foco de atención y d) problemas de control
del cuerpo.
Por otro
lado está la ansiedad somática que comprende el componente somático o físico de
la ansiedad. Esta se manifiesta en el jugador con respuestas tales como un
aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la frecuencia respiratoria,
cosquilleos en el estómago, manos sudorosas, sequedad en la boca o tensión
muscular entre otras.
Según las
investigaciones, un jugador puede responder primariamente con una respuesta de
estrés consistente en un incremento de la ansiedad cognitiva y otros pueden
responder primariamente con ansiedad somática. En función del tipo de respuesta
a la ansiedad que presente el jugador, la intervención psicológica iría en una
u otra línea.
Otras
investigaciones interesantes se llevaron a cabo por Jones (1991) y ponían de
manifiesto lo que denominó “dirección de ansiedad”. Esto significa que el
jugador etiqueta los síntomas psicológicos y cognitivos de ansiedad que
experimenta como facilitadores u obtaculizantes. Estos síntomas son
interpretados en una u otra dirección dependiendo de la percepción de control
que tiene el jugador sobre el ambiente y sobre sí mismo; también incluye en
este caso la autopercepción del jugador con respecto a su capacidad para
afrontar la ansiedad y los patrones motivacionales del jugador. Estos patrones
motivacionales pueden ser adaptativos y caracterizados por la búsqueda desafíos
y la interpretación del fracaso como
la necesidad
de incrementar el esfuerzo, o podemos hablar de patrones motivacionales
desadaptativos en el que el jugador evita los desafíos, atribuyendo el fracaso
a la falta de habilidad y reduciendo el esfuerzo.
Otros
autores enfatizan las metas de logros empleadas por el jugador como factor
predisponente de la aparición de ansiedad. En esta línea habría que saber qué
criterio utiliza el jugador para definir en qué consiste el éxito. Desde esta
perspectiva, el jugador puede basar el éxito en la demostración de tener
superior capacidad que los jugadores contra los que compite (orientación al
ego), o puede basar el éxito en el dominio de la tarea que se está ejecutando,
en este caso conseguir un partido competitivo jugando a un nivel adecuado
(orientación a la tarea). Las investigaciones ponen de manifiesto la existencia
de relación entre las orientaciones disposicionales del jugador, el clima
motivacional, y la ansiedad competitiva y precompetitiva que pueda mostrar el
jugador.
Hemos
intentado hacer un pequeño repaso de las líneas de investigación más destacadas
con respecto al abordaje de la ansiedad en el deporte en general y en el tenis
en particular. Hemos visto como son muchos los factores a tener en cuenta a la
hora de hablar de ansiedad en el tenis. Hemos enumerado y dado una pequeña
explicación de algunos de esos factores (elementos personales, ansiedad
cognitiva, ansiedad somática, dirección de la ansiedad, patrones motivacionales
y metas de logro), pero se podría escribir largo y tendido sobre cada uno de
ellos. Como vemos, tratar de reducir la existencia o el manejo de la ansiedad a
una única dimensión es del todo injustificado. En este sentido se pone de
manifiesto la necesidad de contar con profesionales de la psicología deportiva
para tratar un tema complejo como es la ansiedad en el terreno deportivo, un
problema que como hemos vistos puede estar provocado por distintos factores que
hay que diagnosticar y tratar cada caso de manera particular en función del
diagnóstico inicial.