La difícil aventura de llegar a ser
una tenista profesional
Por María C, Orellana
En estos días en que el mundial de fútbol masculino quita el sueño a la mitad de la población, se celebra discretamente en Madrid el torneo internacional de tenis femenino ITF (International Tennis Federation). Digo discretamente, pero sería más exacto decir que transcurre en secreto, porque no he leído ni escuchado nada sobre el evento en ningún medio. Cuesta encontrar una referencia en Google
Y es que el tenis femenino español no interesa al público
porque los medios no lo comentan, las administraciones públicas no lo
promocionan y poquísimas empresas los esponsorizan. Parece increíble que haya
dado magníficos números uno del ranking mundial como Garbiñe el año pasado o
anteriormente Conchita y Arancha.
Por casualidad hoy he podido asistir a un partido de la
ronda previa entre la madrileña María Gutiérrez Carrasco y la argentina
Victoria Bosio. He disfrutado increíblemente del buen juego y el esfuerzo de ambas
en un partido sin paneles ni recogepelotas y solo una docena de espectadores en
la grada.
Os invito a que, como yo, os paséis algún día a ver de cerca el espectáculo del tenis femenino, con golpes geniales, tierra roja en la ropa, gritos de triunfo o de desesperación… Y lo mejor: es gratis.