A un lado de la red, el ganador del premio ATP ‘Irrupción del Año’: un De Miñaur que ha dado un salto meteórico desde fuera del Top 200 a principios de año hasta el puesto No. 31 del Ranking ATP. Al otro, el ganador del premio ATP ‘Mayor Progreso Del Año’: un Tsitsipas que terminará el año como No. 15 del mundo. Dos viejos conocidos que se encontraban por octava vez, si bien era la segunda ocasión que lo hacían en el ATP World Tour.
Ambos llegaron a la final de Milán con la mochila llena de victorias. Un 4-0 sumando los tres triunfos de round-robin y de manera paralela, un épico triunfo a cinco mangas en semifinales. Sus caminos estaban destinados a cruzarse y tanto Tsitsipas como De Miñaur llegaron con confianza a la cita decisiva.
El primer break del encuentro llegó en el quinto juego. Siempre atento a cualquier despiste rival, el australiano demostró su rapidez en pista y en un abrir y cerrar de ojos se hizo con el quiebre. “Disfruta, pásatelo bien”, susurraba Adolfo Gutiérrez a De Miñaur. “Vamos con todo. Vamos a seguir presionando”, se animaba el australiano.
Tsitsipas no se dio por vencido y consiguió algo prácticamente imposible esta semana en Milán: rompió el servicio de su rival, que había llegado a la final cediendo solo un break. El 2-0 del segundo set sirvió de impulso para el griego, que se sintió cada vez más cómodo en pista e igualó el frenético duelo.
El choque entró en territorio eléctrico en la tercera manga. Intercambios muy intensos y un ritmo infernal. Tsitsipas fue imprimiendo un mayor ritmo a medida que avanzaban los juegos y en el tie-break impuso su ley. En el cuarto set, tras poner el 3-2 en el marcador con punto de oro, el griego de 20 años tenía en su raqueta el golpe definitivo con dos puntos de partido al resto. Pero De Miñaur negó ambos con sangre fría y determinación para deleite de la grada del Fiera Milano. La muerte súbita determinó el desenlace y en el tercer punto de partido, el primer favorito no perdonó.
Como campeón invicto, Tsitsipas hereda el trono de Hyeon Chung -ganador de la edición inaugural- y se embolsa un total de 407.000 dólares. Termina un 2018 de ensueño. A las puertas está un 2019 que alberga el mayor reto del ascenso: mantenerse en la élite. En
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