El momento en que @StefTsitsipas se convierte en maestro 🙌 💙— ATP Tour en Español (@ATPTour_ES) 17 de noviembre de 2019
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Simplemente increíble: de Milán a Londres en un año. En 2018, Stefanos Tsitsipas levantó el título de campeón de las Next Gen ATP Finals y este domingo, una temporada más tarde, celebró el mayor trofeo de su carrera en las Nitto ATP Finals. En la pista central del O2 Arena de Londres, el griego remontó 6-7 (6), 6-2 y 7-6 (4) a Dominic Thiem y confirmó que los sueños se hacen realidad.
Al lograr la victoria, el griego, de 21 años, se convirtió
en el campeón más joven de las Nitto ATP Finals desde que Lleyton Hewitt lo
hizo con 20 años en el 2001. Hasta ahora, solo seis tenistas había ganando el
torneo teniendo 21 años o menos, pero desde hoy esa cifra ha aumentado a siete.
Antes de salir a jugar, Thiem dominaba por 4-2 la rivalidad
ante Tsitsipas, con la última victoria conseguida hace unos meses en la final
de Pekín, donde levantó el título de campeón. La de hoy en Londres era la
segunda ocasión en la que ambos contrarios se veían las caras con un título en
juego, y además suponía el primer partido decisivo entre dos jugadores con
revés a una mano desde 2006, cuando Roger Federer derrotó a James Blake.
Thiem y Tsitsipas jugaron un primer set muy intenso, y de
una calidad extraordinaria que terminó decidiéndose en un tie-break. Mientras
que el austríaco salvó las 3 bolas de break a las que se enfrentó, el griego
anuló las 2 a las que hizo frente, llegando a un desempate que se decidió por
pequeños detalles que cayeron del lado del No. 5 del mundo para tomar ventaja
en el cruce y acercarse al título de campeón.
Entonces, la reacción de Tsitsipas no se hizo esperar. Una
salida en tromba del griego en el segundo parcial le colocó 4-0, con un doble
break para avisar a su rival de lo carísima que iba a costarle la victoria.
Aunque Thiem sumó dos juegos, ambos con su saque, el encuentro se encaminó
irremediablemente hacia el tercer set.
Con el público emocionado ante el espectáculo que ofrecieron
ambos jugadores, Thiem y Tsitsipas plantearon una lucha muy ajustada en el
arranque de ese parcial decisivo, de poder a poder, pero fue el griego el que
tomó de nuevo una ventaja decisiva, aprovechándose del impulso de haber
empatado el encuentro con tanta contundencia como lo hizo el N. 6 del mundo.
Se puso 3-1 el griego, posiblemente imaginándose ganador del
encuentro, pero Thiem le demostró que estaba equivocado, neutralizando la
ventaja (3-3) y devolviendo el partido al equilibrio más absoluto y dando paso
a un desenlace absolutamente eléctrico.
Con todo por decidir, el título en el aire, ambos rivales
volvieron a citarse en otro tie-break, pero esta vez fue el decisivo de que
salió el ganador del partido. Tsitsipas lo comenzó sin miedo, con una
determinación espectacular para ponerse 4-1, con Thiem absolutamente
arrinconado.
Y de nuevo volvió a surgir el austríaco, que puso el 4-4,
recuperando los dos mini-breaks que había cedido, y dándole a Tsitsipas una
ventaja que esta vez el griego no desaprovechó para ganar el trofeo más
importante de su vida hasta ahora.