Novak Djokovic sigue ejercitándose en Marbella, y sobre
superficie dura, con la mirada puesta en la gira americana, que engloba este
año los torneos de Cincinnati y US Open, ambos a celebrarse en la burbuja de
Nueva York por culpa del coronavirus.El serbio no quiere dejar escapar la
opción de sumar un nuevo 'Grand Slam' a su palmarés, en una de sus superficies
favoritas, y por eso se prepara con la intención de viajar a Estados Unidos,
siempre que la pandemia y las posteriores cuarentenas se lo permitan.
Djokovic, que pasó el confinamiento en España antes de
regresar a Serbia para participar en el Adria Tour, ha vuelto a la Costa del
Sol para prepararse a conciencia para la pista dura. Es por ello que la semana
pasada invitó a su casa de Marbella a Feliciano López. El toledano, que ha
disputado este verano varias exhibiciones en Francia, comprobó en primera
persona el buen momento por el que atraviesa el número uno mundial.Una vivienda
con todoCabe recordar que la mansión que ha adquirido 'Nole' cuenta con cancha
propia y es la más parecida que ha encontrado a las que aparecen en el Billie
Jean King Tennis Center de Nueva York. De esta forma, trabaja con total
intimidad y lejos del foco de las cámaras.El pasado lunes fue el malagueño
Alejandro Davidovich quien se pasó por la residencia de Djokovic para
intercambiar golpes. No hay tiempo que perder dado que la USTA ha decidido que
sus torneos sigan para adelante. El campeón de 17 grandes cuenta con la
presencia de Ulises Badio, uno de sus dos fisioterapeutas de confianza y que le
recupera muscularmente después de las cargas de trabajo.