Carlos Bravo, Ernesto de Haro, José Antonio Dugo y Andreas Brune en el Don Carlos Tenis Club de Marbella
POR DAVID CREUS CARRASCO
Es cierto, que el tenis esta catalogado como un deporte caro, para personas de un nivel adquisitivo
alto, para gente llamada pija, y eso puede cambiar, o debería cambiar, pues es
posible.
Cambiar mentalidades siempre es difícil, aunque si lo miramos desde el punto de vista de las personas de la calle, las que nos ven caros, mucho me temo qu esa perspectiva no es más que un tema de mala información.
Hemos introducido con fuerza el tenis en los colegios, hemos sacado partido de nuestros deportistas de elite para enseñar nuestro deporte, aunque estamos muy lejos de hacer llegar el tenis a todos los que deseen practicarlo.
Con el tiempo he observado que tal vez a los que enseñamos este deporte tampoco nos interesa acercar nuestro deporte a todos, no gusta pensar que tenemos entre las manos un deporte exclusivo, que solo practican unos escogidos, eso hace que nuestros precios sean algo abusivos por lo que realmente ofrecemos.
Me gustaría demostrar que nuestro deporte podría tener precios mucho más asequibles, aunque los responsables de acercar el tenis a todos me tachen de utópico, o loco, aunque como creo poco en nuestras federaciones y sus proyectos, no me sorprende nada de lo que puedan decir o hacer, y mas cuando están convencidos de que intentas jorobar su propio bienestar, ese que les otorga el pertenecer a una federación, salir en la foto siempre gusta. Mi propia experiencia me dice que la democracia que me permite a mí decir lo que pienso, no es la misma que les permite a ellos quitar de su página web los comentarios que permitían hacer a todos los humanos cercanos o no al tenis.
Aunque esa democracia se lo permite, siento que me reitere en mis palabras, para mi la palabra democracia tiene otro significado.
Y el tenis es universal, nada caro si se desea y una manera
de trasmitir a través del deporte unos valores que nuestros responsables son
los primeros que debieran tener claros, por encima de egos, o bien por encima
de aplausos, siempre he oído que los halagos y los aplausos debilitan una buena
gestión, pues la paraliza y no la
mejora, en cambio de la critica se aprende al igual que de los errores, lo que
nos permite compartir, y en la palabra compartir esta la clave de todo.
Compartir opiniones, compartir o debatir sistemas de trabajo, discutirlos, eso hace grande a un deporte, pues la variedad de opiniones y un buen equipo de personas hacen que sea difícil no mejorar.
Les pondré algunos ejemplos de cómo podría ser más económico nuestro tenis.
Luego ustedes juzguen si les interesa o bien si desean
acercar nuestro deporte a cuantos mas niños mejor.
Clubes:
Si obligamos a una familia a hacerse socio de la entidad,
eso no es posible en los tiempos que corren por precio, pues hemos de sumar a
ello, los precios que luego conlleva la actividad de la escuela de tenis.
Que tal si damos entrada a nuestras escuelas a los niños sin
necesidad de hacerse socios de la entidad, utilizando la escuela como una
actividad abierta y de aprendizaje.
Porque luego uno se da cuenta de que de los niños de si saca el
club algo de ellos sin ninguna contraprestación a los padres.
Equipaciones que deben pagar, salidas de los equipos
representando al club que no se abonan nunca, con la publicidad que ello da al
citado club, etc.
Eso no se paga nunca, se da por sentado que debe ser así.
Es cierto que en muchos clubes se abonan a los niños, parte de sus inscripciones a torneos individuales, (nada baratas por cierto, de 20 a 25 € ) pero aquí me encuentro con otra dificultad, se suele abonar a los jugadores participantes dependiendo la ronda a la que se lleguen, normalmente semifinales mitad de la inscripción, final la inscripción completa.
Con ello ya estamos generando y exigiéndole resultados a nuestros alumnos, y mi pregunta es la siguiente, ¿Eso nos permite decir a los padres que para nosotros lo importante es que se diviertan?
Me suena a algo falso si premiamos las rondas conseguidas en los torneos.
Luego existe el trabajo en la escuela, los precios no son
acordes normalmente con la actividad, últimamente todo esta rodeado de
competición, esa palabra es lo que permite a dicha escuela lanzar precios
subterráneos a los padres.
Me explicare, una escuela de competición tiene en el precio una serie de servicios, clases de no mas de 4 alumnos por pista, preparación física especifica, monitores especializados, acompañamientos a torneos, y un precio nada barato. Cuanto más nivel el niño mas caro es.
Suena raro verdad, pero olvidamos algo, inscripciones a parte, desplazamientos a parte, asesoramiento a torneos a parte, todo es a parte, luego nos suelen cambiar las raquetas porque nuestro nivel lo exige, con la trampa de que cada monitor, entrenador o club trabaja con alguna marca concreta y como técnico del mismo debemos vender esa marca.
¿Quién se beneficia?, nosotros los técnicos con comisiones de venta, contratos de ropa o raquetas, aunque es cierto que el niño no paga lo que la raqueta vale en tienda, pero mi pregunta es, ¿No se podría jugar con raquetas intermedias cuyo precio es más asequible?, ¿Es necesario que los niños circulen por los clubes con unos raqueteros que caben ellos dentro?, ¿Es necesario que las zapatillas de tenis que utiliza el niño sean las de Nadal, Federer, o cualquier jugador de éxito, con lo que su precio supone para nuestros bolsillos?, todo esto existe,
¿Sabias que? Alejandro Davidovich, actual Nº 24 del Ranking ATP, en sus inicios y hasta ganar el campeonato de España alevín, lo ganaba todo, vistiendo equipación, zapatillas, raquetas y raquetero marca "Artengo"
Como padres nos dejamos asesorar, pero señores no es caro, se puede jugar con raquetas más baratas, se pueden llevar zapatillas mas asequibles, se puede acompañar nosotros a nuestros hijos y se puede tranquilamente hacer ver al niño que el dinero cuesta mucho de ganar, que para ser un buen tenista no hace falta imitar a ninguno de nuestro jugadores de tenis.
En referencia al material que utilizan las escuelas estamos igual, la casa deportiva de turno, sus materiales son de unos precios astronómicos.
He visto redes de mini- tenis a unos precios de la leche, he
visto pelotas de mini-tenis igual, he visto dianas a precios de locos, dobles
redes a unos precios bestiales, y me
pregunto aquí, ¿Porqué no utilizar la imaginación?
Y encima todo ese material tan caro se reserva para grandes ocasiones, normalmente nunca se ve puesto en una pista de tenis, pero no entendido nunca porque se compra, porque se compra, imagino que ello obliga a los monitores a estar un tiempo antes en pista y por ello casi nunca se utiliza.
Mini-Tenis: Que se diviertan mucho, agilizar su motivación, su técnica, y siempre con el juego como base.
Iniciación: Mismos objetivos pero introducimos la competición divertida como le llamamos y siempre en equipos, se premia la puntería, la puntualidad, la asistencia, el esfuerzo y sobre todo el trabajo en equipo. Haciendo durante el año un ranking.
Competición: Todo se trabaja todo, coordinación, físico, técnica, táctica, direcciones, piernas, control de la bola, servicio, psicología.
Pero como objetivo prioritario se tendrá el divertirse y que se consigan
los objetivos de forma natural, sin gritos, sin presión, sin discriminaciones, sin comparaciones y cada alumno a su ritmo.
Y sobre todo, el entrenador no deberá tener preferencias por ningún alumno, nadie es más ni menos que los demás.
Nos hemos dado cuenta que cada alumno a su ritmo consigue los objetivos y cada uno mejora en distintas áreas de una manera distinta, lo que no crea héroes ni niños jugadores, crea niños que juegan al tenis.
No se si el tenis debería ser tan caro o simplemente deberíamos enseñar que no lo es, solo debemos preguntarnos cual es nuestro objetivo como profesionales de la enseñanza, que tenemos la suerte de trabajar con niños.
Pero sintiéndolo mucho me temo que nos interesa a todos que este deporte sea lo que a fecha de hoy es caro, selecto, y lleno de mentiras que encarecen aun mas nuestras escuelas, consiguiendo cerrarlo a la gente de la calle, cuando el objetivo debería ser vender un tenis cercano y con posibilidades de practicarlo a todos los niños, sin diferencia social alguna.
Mientras todo eso llega, seguiré amando y trabajando por este bonito deporte, el tenis