facebook

Ernesto de Haro

Ernesto de Haro
Entrenador "Club de Tenis Málaga", Director técnico andatenis.blogspot.com

BLOG "TENSIÓN POINT STRING" Centro de encordado en Benalmádena. Málaga

BLOG "TENSIÓN POINT STRING" Centro de encordado en Benalmádena. Málaga
Centro de Encordado Sergio Dominguez

viernes, 31 de mayo de 2024

DAVIDOVICH, VERDASCO, DAVIDOVICH Y MÁS DAVIDOVICH Y DE JORGE AGUIRRE ¿QUÉ?



A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS BASTAN

Esta entrevista de Fernando Murciego a Jorge Aguirre realizada en noviembre del 2021, bien podría valer y encajar perfectamente en el día de hoy Mayo de 2024 para así poder entender y comprender lo supuestamente ocurrido en la relación profesional entre Jorge y Alejandro.

"ANDATENIS"



¡VEAMOS LA ENTREVISTA!

Entrevistamos a Jorge Aguirre para analizar su temporada 2021. “El circuito nos ha puesto una barrera, pero sabemos dónde nos hemos equivocado”.


POR FERNANDO MURCIEGO, 23 de noviembre de 2021 |


A ver, cuando la parte mental no está en equilibrio hacia donde tienes que ir, afecta al resto de las partes. Es un conjunto, pero la mentalidad es el motor, donde reside el orden y las pautas para saber hacia dónde te diriges. Después ya viene el trabajo físico y estratégico para acompañar. El problema llega cuando te sales del camino y pierdes el rumbo, ahí es cuando afecta a todas las áreas, cuando se hace más complicado estar bien con tus herramientas.


Si me preguntan qué me ha parecido la temporada 2021 de Alejandro Davidovich, diría que ‘rara’. Es complicado hacer un balance cuando los seis primeros meses del año no se parecen en nada a los seis siguientes. En total, un balance de 30-25 donde solamente en siete torneos pudo enlazar más de dos victorias, quizá un mordisco menor del que todos pensamos que daría tras verle en verano a un suspiro del top30. Afortunadamente, con 22 años uno necesita tratar tanto con la victoria como con la derrota, es la única manera de crecer. Esto lo sabe Jorge Aguirre (San Sebastián, 1973), técnico del español, quien atiende a Punto de Break para señalar los motivos de un calendario tan irregular.

 

¿Con qué sensación acabáis la temporada?

 

Te engañaría si te dijera que hemos acabado bien, no estamos contentos. Otra cosa es que intentemos ver el vaso medio lleno y pensar que todo lo que nos ha pasado este año luego nos servirá en el futuro, para utilizarlo en 2022, tanto lo bueno como lo malo. En ese sentido, no hay que perder ni un minuto en quejarse.

 

Ha sido el clásico año de transición, de asentamiento, de caer y levantarse.

 

Se está viendo que hay jugadores que esto no les afecta, gente que lo tiene muy claro y está programada para seguir escalando sin que la gestión de esa experiencia empeore. Jugadores que entienden perfectamente la exigencia del circuito, la aceptan y la llevan a cabo. Luego hay otros a los que les cuesta un poquito más. Este año la exigencia del circuito nos ha dejado claro que tenemos que prepararnos un poquito mejor.

 

Comenzasteis el año #53 y lo acabáis en el puesto #50. ¿El bloqueo ha sido más mental que tenístico?

 

A ver, cuando la parte mental no está en equilibrio hacia donde tienes que ir, afecta al resto de las partes. Es un conjunto, pero la mentalidad es el motor, donde reside el orden y las pautas para saber hacia dónde te diriges. Después ya viene el trabajo físico y estratégico para acompañar. El problema llega cuando te sales del camino y pierdes el rumbo, ahí es cuando afecta a todas las áreas, cuando se hace más complicado estar bien con tus herramientas.

 

Cuando las cosas no salen, ¿no es mejor parar?

 

Cada caso es diferente. Hay veces que un jugador hace todo lo que tiene que hacer, sin nada que recriminarse, pero las cosas no salen. ¿Entonces qué haces? Igual necesitas parar. Otras veces, cuando se trata de encontrar el camino correcto, ahí no hay que parar, vengan resultados o no vengan. Para nosotros no han venido los resultados en los últimos meses, pero nunca tuvimos esa necesidad de parar, estábamos más concentrados en volver a ser competitivos y sentirnos bien en pista.

 

¿Qué ha fallado en esta última parte del año?

 

Alex sabe perfectamente por qué se le ha ido torciendo el año, como también es consciente de las cosas que está haciendo bien ahora para volver a enderezarlo, lo esté consiguiendo o no. Sabemos dónde nos hemos equivocado; incluso ahora que las cosas van un poco peor, creo que tenemos las ideas más claras que cuando iban mejor.

 

“Sabemos dónde nos hemos equivocado”. ¿Se puede compartir?

 

Diría que todos los ciclos tienen su principio y su final, la cuestión es saber detectarlos y saber adaptarse. La manera que ha tenido Álex de ir subiendo escalones desde hace años tenía una caducidad, por eso este año el circuito nos ha puesto una barrera y nos ha dicho: ‘O le dais una vuelta, o de aquí no pasáis’. Más que un error puntual, creo que se trata de un cambio de ciclo.

 

Vamos, que para ser top25 hay que cumplir unos requisitos imprescindibles.

 

Exactamente. Álex ha hecho muchísimas cosas bien para estar donde está, esos tirones que ha ido pegando no vienen por casualidad, pero siempre se movió entre picos altos y caídas, sin demasiada regularidad en su forma de vivir. Muy pocos jugadores hubieran sido capaces de estar donde está él a base de tirones, pero el circuito ya nos ha avisado que tenemos que cambiar cosas si no queremos estancarnos. Este año es un punto de inflexión donde él puede mirar hacia atrás orgulloso de lo que hemos hecho y, al mismo tiempo, mirar hacia delante con máxima ambición, con la mente más abierta que nunca para subir el siguiente escalón.

 

¿Le ves preparado para ese sacrificio?

 

Alex está preparado para todo el sacrificio necesario que tenga que hacer por conseguir su sueño. Diferente es que, en algunas situaciones de estrés en estos años, no haya sabido gestionar esos momentos y haya podido dar una sensación de no querer sufrir en exceso. Yo le veo cómo se está preparando cada día por ser mejor en todo, sabemos que tiene una personalidad muy especial, pero entre todos vamos a ayudarle a encontrar esa armonía interna que le permita mostrar todo su potencial. Habrá veces que tenga que luchar contra sí mismo, pero esto en el futuro le dará una fortaleza que, aunque ahora no se vea, está ahí dentro. Cuando lo ponga en equilibrio y lo pueda plasmar en la pista, creo que va a sorprender.

 

Junio, Roland Garros, cuartos de final. ¿Puede un resultado así causar un extra de relajación?

 

Aquello le pasó factura, evidentemente. Sabemos que los grandes jugadores están por encima de un resultado puntual y siguen peleando cada semana, pero eso pasa cuando vienes construyéndote de una manera estructurada, cuando te has preparado para cosas así. Entonces, cuando llega ese momento, lo aceptas y lo gestionas en 48 horas… pero el camino no se para ahí, quieres más. Cuando la forma de subir es un poco más desestructurada, con resultados llamativos previos a estar preparado emocionalmente, luego pagas el precio de tu nivel.

 

Pero él ya ganó Wimbledon Junior, ya sabe lo que es pasar por eso.

 

Ese año, en el mes de febrero, me reuní con su familia y les dije: ‘Me preocupa mucho año que este año ganemos un Grand Slam… porque lo podemos ganar’. Lo que pasa después de ganar un Grand Slam no lo iba a saber gestionar, y así fue, ganó Wimbledon y no pudo competir en seis meses. A nivel tenístico estaba preparado, pero a nivel emocional todavía no.

 

¿En París tampoco lo estaba?

 

Estaba preparado para ganar a los que ganó, tampoco fue algo extraordinario. Lo que pasa es que hacer cuartos de final de Grand Slam es un logro increíble, a él le puso #14 en la Race y #32 del mundo, hay que saberlo llevar. Es más complejo de lo que parece, se necesita una mente privilegiada para gestionar todo en dos días y luego hacer como si no pasara nada.

 

¿De qué manera han afectado las derrotas a vuestra relación?

 

Lo hemos llevado como hemos podido, le hemos ayudado y nos hemos peleado (risas). Lo bonito es que nosotros confiamos todos en él y él en todos, vamos a ayudarle a reencontrar el camino correcto para que nos siga regalando grandes tardes de tenis.

 

Conocemos al Davidovich alegre, risueño y bromista. ¿Cambia su carácter cuando no salen las cosas?

 

Ha mejorado mucho en ese sentido, sin duda. Pero fíjate, tuvimos muchas más peleas en el primer semestre del año que en el segundo. Alex reacciona todavía a impulsos y, en esos primeros seis meses donde nos fue muy bien en pista, pasaron cosas que yo detectaba que nos podían llevar al error. Fui muy exigente con él y su respuesta fue inmediata, pero yo sabía que eso nos iba a costar un extra de tensión. En el segundo trimestre hemos tenido una relación más de apoyo y de trabajo en equipo para intentar no irnos hacia abajo, ahí es donde las discusiones ya no tienen sentido, solo hay tiempo para salir a flote y reconducir la situación.

 

A veces una buena discusión también ayuda.

 

Alex dará el salto cuando, en la racha buena, esté más tranquilo y sea todo más organizado, sin necesidad del conflicto para provocar esa racha positiva. Ahora estamos trabajando con tranquilidad, con un perfil más bajo, seguro que cuando vuelva la racha buena sabrá valorarla y no querrá salirse tan rápido de ella.

 

¿Qué parte de la temporada os ha enseñado más?

 

Las dos. Una nos ha enseñado que tenemos el nivel y tenemos el respeto de los mejores para enfrentarnos a ellos; la otra nos ha mostrado que, en cuanto te desvías del camino, ganar cualquier partido es muy caro. Se pueden sacar conclusiones muy bonitas de las dos partes del año, si además las combinamos creo que extraemos a un Davidovich mucho más íntegro para competir en 2022.

 

El premio de estar en los Juegos Olímpicos fue totalmente merecido, ¿Cuánto duele no estar en el equipo de Copa Davis?

 

Hemos vivido todo el año convencidos de que Alex se había ganado una plaza en la Copa Davis por méritos propios, pero si me lo preguntas ahora… yo tampoco lo hubiese llevado. Alex es una persona que necesita verse con confianza y sentir que los de fuera tienen confianza en él, hubiera sido muy duro ir en un momento donde sabía que no iba a jugar, porque no ha tenido la solvencia estos meses para sentar a Roberto, Carlos o Pablo. Tiene el derecho a que, el día que le llamen, sea porque estén convencidos de que es una baza fundamental para el equipo.

 

¿Hay ganas de empezar la pretemporada?

 

Ahora mismo estamos en unos días de desconexión, de reseteo, de ver cómo encaramos todo a partir del 1 de diciembre. Es momento de reflexión y saber cómo trazar el camino para el próximo año.

 


2009-2017, "LA ÉPOCA DORADA DEL TENIS MALAGUEÑO", ¿DAVIDOVICH?. Álbum de tenistas malagueños.