El murciano disputará en Londres su cuarta final de Grand
Slam
Defender la copa dorada ya es una posibilidad real. Carlos
Alcaraz alcanzó este viernes la final de Wimbledon por segunda temporada
consecutiva, confirmando una nueva era en The Championships con su figura al
frente del vestuario. El español, que buscará su cuarto major este fin de
semana, toleró la presión como jugador a batir para volver a hacer suya la Centre
Court. En Londres, donde la historia del tenis tiene un peso especial, su
sonrisa empieza a forjar un legado eterno.
El vigente campeón se sacudió uno de sus partidos más
intensos en el All England Club, remontando por 6-7(1), 6-3, 6-4, 6-4 a Daniil
Medvedev en dos horas y 58 minutos de esfuerzo. Ante el hombre que rompió su
defensa del trono en el pasado US Open, Alcaraz evitó caer en el mismo destino,
encontrando los golpes para frenar a uno de los jugadores más experimentados
del circuito.
"Estoy muy contento con mi actuación de hoy",
reconoció Alcaraz durante su entrevista en pista. "He comenzado con muchos
nervios. Él estaba dominando el partido, jugando un gran tenis con el servicio
y con el resto".
"Ha sido complicado, pero he intentado quitarme los
nervios al comienzo del segundo set. Me ha sido de gran ayuda ponerme con 3-1
y, desde entonces, pude hacer mi juego y disfrutar algo más del partido. He
intentado conectar grandes golpes y me he movido bien. En general, creo que he
hecho un gran partido".
El encuentro nació con un respeto mutuo a ambos lados de la
red. Medvedev, que un año atrás apenas logró nueve juegos en la penúltima ronda
de Londres, saltó a la cancha con una convicción renovada. Una posición al
resto más adelantada, un segundo servicio poderoso y un ataque sin tregua sobre
la derecha de Alcaraz le dieron un peso nuevo ante el español, que sufrió para
encontrar su ritmo en el partido.
Alcaraz intentó protegerse en un inicio de partido jugado a
todo ritmo, donde necesitó remontar en dos ocasiones una rotura para llegar al
desempate del primer set. El murciano, que apenas colocó un 48% de puntos con
primer servicio en la manga inicial, consiguió mantener viva la sensación de
pelea, obligándose a estrechar el marcador aunque entregarse el tiebreak con
claridad. Donde no aparecieron las mejores sensaciones, la disciplina ocupó su
lugar.
El murciano no tardó en elevar su nivel de juego,
despertando el tacto en las manos que le ha llevado a la cima del deporte. Con
uso inteligente de las dejadas, un servicio en progresión y la intención en la
derecha para abrir la pista a Medvedev, uno de los mejores defensores del
circuito, Alcaraz igualó las sensaciones sobre la cancha. El murciano completó
dos mangas impecables, sin conceder una sola opción de rotura, hasta girar un
partido realmente afilado ante el No. 5 del mundo.
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La concentración de Alcaraz se redobló con el marcador a
favor, un tesoro que protegió con ambas manos. Aunque el cuarto set nació con
un intercambio de roturas, dando a Daniil una esperanza pasajera, Medvedev no
pudo mantener el ritmo de pelota del español. A base de un abanico de golpes
amplísimo, Carlos hizo la pista enorme a su rival hasta encontrar el camino a la
victoria.
Ahora, Alcaraz descansa las piernas antes de afrontar uno de
esos momentos definitorios en su carrera. El murciano buscará su segunda copa
de Wimbledon con un ejercicio interesante entre las manos: volver a cruzar
golpes con el siete veces campeón Novak Djokovic, al que un año atrás derrotó
en una inmensa final a cinco mangas, o librar un duelo fresco ante Lorenzo
Musetti, debutante en estas instancias de un Grand Slam y uno de los grandes
representantes de la nueva generación en el vestuario.
"Siento que ya no soy un recién llegado, ahora sé qué
se siente antes de una final", dijo Alcaraz sobre la posible tensión
previa a la final. "He estado antes en esta situación, intentaré hacer las
cosas que me ayudaron a ganar el año pasado. Intentaré mejorar y hacer las
cosas que funcionaron. Va a ser un partido muy complicado. Lorenzo y Novak
están jugando un gran tenis. Voy a seguir su partido, veremos con quién juego
el domingo".
Demostrando una asimilación innata de las gestas, Alcaraz
intentará revalidar su primera copa de Wimbledon, una hazaña que solamente el
máximo campeón histórico del torneo Roger Federer consiguió en el Siglo XXI.
Con una sonrisa permanente en el rostro, presente hasta en las fases más tensa
de la competición, Carlos busca con naturalidad un hito reservado a colosos.
El triunfo de Alcaraz en Londres, además, tuvo un
significado especial en la historia del tenis español. El murciano, con apenas
21 años, igualó las cuatro finales de Grand Slam firmadas por el pionero Manolo
Santana, convirtiéndose en el segundo hombre de La Armada con más partidos
decisivos en los majors. Solamente Rafael Nadal (30) ostenta una cifra más
amplia buscando la copa en estos torneos.
Medvedev, que aspiraba a firmar su séptima final de Grand
Slam, sale de Londres tras igualar el mejor resultado de su carrera en
Wimbledon. El No. 5 del PIF ATP Live Rankings sigue firmando una de sus
temporadas más estables en los majors, dando continuidad a la final firmada en
el Abierto de Australia y los octavos de final en Roland Garros.
¿Sabías Que...?
Carlos Alcaraz ha alcanzado cuatro finales de Grand Slam
antes de cumplir los 22 años. El murciano, que igualó a Jimmy Connors en la
quinta posición histórica de este registro, únicamente queda por detrás de
Rafael Nadal (5), Bjorn Borg (5), Boris Becker (5) y Mats Wilander. El español
podría mejorar este registro hasta mayo de 2025.