José Roses para andatenis.blogspot.com
Buenas tardes a todos:
Espero que todos hayáis comenzado bien la nueva temporada, nosotros, como siempre, con mucha ilusión, muchas ganas y con una enorme intención de seguir aprendiendo.
Hoy os voy a poner en la disyuntiva de todo aquello que puede llegar a verse o a pasar en un torneo de estos juveniles que continuamente se disputan por nuestra geografía. Concretamente os hablo de las propias disyuntivas que yo vengo observando.
Me gusta que en los torneos de promoción, aquellos en los que los niños comienzan a competir, exista un límite de puntos para poder jugar, así el nivel se iguala y los críos pueden divertirse en sus primeras competiciones, pero no me gusta que, por ejemplo, en estos torneos, no exista lo que llamamos “cuadro de consolación”. Creo que sería muy positivo ofrecer a los chavales la posibilidad de disputar al menos dos partidos, en el pero de los casos.
Me gusta que existan circuitos y torneos apadrinados por jugadores profesionales o marcas de renombre en los que participen los mejores jugadores juveniles, pero no me gusta que aquellos niños y niñas que apenas están empezando a competir puedan disputar estos torneos, se crean desigualdades insalvables. Igual que hay un límite de puntos para jugar torneos promocionales, deberíamos estudiar la posibilidad de dividir las competiciones en más escalones, según el ránking permitido de sus participantes.
No me gustan los “padres raqueteros”, esos que acarrean con todos los bártulos que necesitan sus hijos para jugar, evitándoles la mínima responsabilidad de cuidar de sus cosas, y me gusta aquellos padres que ayudan en lo que sus hijos necesiten y “no sean capaces de hacer”. Los padres son padres, no mánagers, entrenadores y asistentes.
Me gustan los entrenadores que mantienen la calma, ayudan a sus jugadores, e intentan que, buscando el objetivo marcado, los niños disfruten del proceso de la competición, aprendiendo de él. No me gustan los que priorizan la victoria por delante de cualquier otra cosa, se dejan detrás demasiadas cosas importantes, y exteriorizan demasiado su alegría ante el éxito, o su frustración ante el error. Este es un deporte de errores, hay que saber convivir con ellos e intentar normalizarlos. Ayudemos a los chicos a divertirse.
Me gusta la educación y el respeto por y para el contrario, una cosa es ganar, y otra bien distinta, pisotear al rival, por eso no me gusta ver como a veces, los niños y niñas llevan al plano personal un simple partido de tenis. Muy a menudo los adultos tenemos mucho que ver en toda esta historia.
Me gusta que siga habiendo niñas con deseo de competir y avanzar en este mundo tan complicado, pero no me gusta que haya tan pocas, algo no estamos haciendo bien en este aspecto.
Hay tantas cosas que me gustan de mi deporte, que las que no me gustan siempre quedan en un segundo plano. ¿creéis que tengo razón?, ¿Qué os gusta a vosotros?
Seguimos en la lucha
Un abrazo a todos
