Era una tormenta para el 'Big Three' y campeón del US Open, se
jactaba de un revés para la eternidad
por Neil Edward Schlecht
Al austriaco Dominic Thiem nunca le faltó estilo. El
exagerado giro en espiral de su derecha producía una torsión y potencia
endiablada, un golpe liftado propulsivo que se contaba entre los golpes más
pesados del circuito. El revés a una mano de Thiem, un golpe elegante que se
está convirtiendo en una reliquia del pasado, era tan barroco como el más
dorado de los cafés vieneses. Y, para los aficionados a la estética del tenis,
igual de agradable.
Pero Thiem no sólo tenía estilo. Tenía sustancia. El
austriaco ganó un major, el US Open 2020. También llegó a la final de otros
tres Slams; ganó 17 títulos individuales ATP; alcanzó el mejor PIF ATP ranking
de su carrera, el No. 3; y estuvo instalado en el Top 10 durante la mayor parte
de seis años.
Pero quizá la mejor vara de medir a Thiem sea este notable
logro: El austriaco, que jugó casi toda su carrera en una época en la que los
Tres Grandes -Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, por supuesto-
dominaban implacablemente el tenis masculino, acumuló un récord formidable,
incluso sorprendente, contra los tres más grandes de la historia.
Thiem terminó con un récord de 16-19 contra los tres
grandes, ganando el 46% de sus partidos. Tuvo una ventaja de 5-2 sobre Federer
(incluyendo una victoria sobre hierba en Stuttgart en 2016, por cierto la peor
superficie de Thiem); firmó un 5-7 contra Djokovic (después de que el austriaco
perdiera sus primeros cinco partidos cuando aún era un novato en el Tour); y
terminó 6-10 contra Nadal (incluyendo cuatro victorias sobre el español en su
amado polvo de ladrillo).
Pocos jugadores alcanzan logros tan elevados, sobre todo cuando juegan en la era del tenis masculino más célebre de la historia. Aunque el austriaco pasará a los recuerdos como un jugador extraordinariamente dotado, con un solo Slam en sus espaldas, también será recordado por una carrera de potencial ilimitado que se vio injustamente truncada por graves lesiones en la muñeca.
Lamentablemente, esas lesiones debilitantes le sobrevinieron
casi inmediatamente después del mejor resultado de Thiem.
Tras ganar el Abierto de Estados Unidos en septiembre de
2020, Thiem estuvo de baja durante muchos meses. De hecho, no pudo defender su
título del US Open en 2021. El austriaco no ganó otro título del Tour de
cualquier categoría después de su único triunfo en un Major. Thiem se dedicó al
duro trabajo de rehabilitación y entrenamiento -nunca tuvo miedo al trabajo
intensivo-, pero nunca pudo volver a su forma anterior ni recuperar la
confianza en su cuerpo y en su juego que necesitaba para volver a su nivel anterior.
Al final de sus carreras, algunos deportistas son
considerados superdotados por haber exprimido todo su talento. A otros se les
juzga por no haber alcanzado nunca las expectativas que auguraban sus jóvenes
carreras. Y luego están jugadores como Thiem, que alcanzaron momentos de
grandeza significativos, aunque fugaces, pero que se vieron tan perjudicados
por las lesiones que nunca pudieron recuperarse del todo.
Al igual que el gigante argentino Juan Martín del Potro, que
también impuso con regularidad su gran juego a los tres grandes, pero que se
marchó de la competición con un único Slam y una serie insuperable de lesiones,
Thiem causó un enorme impacto en el Tour y se ganó la admiración de sus
compañeros y del mundo entero. El austriaco era una gran amenaza en todas las
superficies.
Fue un gran talento, hasta que dejó de serlo. Thiem se retiró a la edad relativamente temprana de 31 años, en el puesto 318 del mundo.
El austriaco había sido uno de los miembros más destacados
de la "Next Gen", de la que se esperaba (y se promocionaba) que
asumiera el liderazgo del juego una vez que los tres grandes (o cuatro, si
incluimos a Sir Andy Murray) abandonaran el escenario. Esa generación estaba
formada por Alexander Zverev, Daniil Medvedev y Stefanos Tsitsipas. El grupo ha
cosechado importantes éxitos en el Tour, sin duda, pero hasta la fecha sólo
Thiem y Medvedev han logrado ganar majors.
¿Puede calificarse de héroe trágico a un jugador estrella
que ha alcanzado una excelencia, fama y fortuna innegables mientras acumulaba
un montón de títulos profesionales? ¿Es justo calificar la carrera profesional
de Thiem de lamento? ¿O, dado que las lesiones son un factor casi inevitable en
el agotador tenis moderno, debemos limitarnos a evaluar su carrera por sus
méritos?
Thiem, por su parte, no habla de lamentos. "Cuando
pienso en mi carrera, lo que más siento es gratitud por todo lo que he podido
vivir", declaró Thiem en una entrevista con ATP a principios de año.
"Tuve mucha suerte de mantenerme sano [la mayor parte] del tiempo para
poder realizar básicamente todos mis sueños. Y sí, nunca esperé una carrera así
cuando era joven. Todo lo que quería era ser tenista profesional, viniera lo
que viniera".
"El privilegio de jugar en la misma época, como los
Tres Grandes, como los Cuatro Grandes, me hace muy feliz", continuó Thiem.
"Estoy muy orgulloso y feliz de haber estado en la misma era que
ellos".
Neil Edward Schlecht
Por desgracia otro gran jugador se nos va este año, el
austriaco Dominic Thiem fue uno de los primeros que fue capaz de ganar a Rafa
Nadal Djokovic y Federer en su mejor momento.
Mi opinión es que era un jugador muy plástico a la hora de
realizar sus golpes, en especial destacó el revés a una mano y el saque abierto.
La lesión de muñeca le ha ido lastrando durante muchos años,
mi opinión sobre este particular tema es que el estrés de los
entrenamientos unido a el estrés por competir a tan alto nivel, además de tantos y tantos partidos con tantas exigencias han sido los determinantes de su lesión.
La verdad que se ha perdido un gran competidor una gran persona y sobre todo un gran jugador de tierra batida.