Toni reflexiona sobre la figura de su sobrino
Protegido por una eterna visera, observando desde la distancia, Toni Nadal es una figura clave para entender la época actual del tenis profesional.
El balear, tío y entrenador durante años del antiguo No. 1
mundial Rafael Nadal, jugó un papel fundamental en la construcción de uno de
los de los competidores más completos en la historia del deporte. Con el tesón,
el sentido común y la perseverancia como pilares, el actual director de la Rafa
Nadal Academy by Movistar, conversa con ATPTour.com para reflexionar sobre la
retirada profesional de su sobrino.
“Hace unos meses Rafael me comunicó que tenía pensado
retirarse. Quería hacerlo en Málaga durante la Copa Davis. Evidentemente, era
un tema que más o menos estaba asumido. Sabíamos que tarde o temprano tenía que
llegar esta decisión. Hace unos meses que me enteré porque Rafael vino a
contármelo”.
El desenlace de la carrera deportiva de Nadal ha sido una de
las principales noticias del año en el mundo del deporte, una realidad que ha
tenido un alcance social imposible de ignorar. Desde los aficionados más
pasionales hasta sus mayores rivales, tal es la trascendencia de la figura,
todos coinciden en una conclusión: con la retirada de Nadal se termina una
etapa de sus vidas.
¿Cómo se siente Toni? ¿Qué sabor de boca le deja una carrera
que superó cualquier expectativa?
“La palabra orgulloso no me gusta mucho”, indica Toni, con
la humildad en cada palabra. “Me siento muy contento de todo lo que ha
conseguido, dentro de la pista evidentemente por todo lo que ha ganado. Pero,
sobre todo, lo que es más destacable y como familiar me satisface mucho, es ver
cómo un chico que tuvo la ilusión de llegar a ser un gran jugador de tenis hizo
todo lo posible sin perder nunca el norte. Sin dejar de tener nunca los pies en
el suelo. Manteniendo siempre la competitividad dentro de los límites de la
corrección. Eso evidentemente es lo que me ha alegrado más. Me ha alegrado ver
cómo eso se lo ha valorado mucho la gente”.
Semanas atrás Carlos Moyà afirmaba que Nadal podía marcharse sin ningún reproche, con la seguridad de haber dado todo cada día de su carrera. Ese permanente estado de autoexigencia, desde las rutinas del entrenamiento hasta la pura competición, es una realidad con la que Toni concuerda. Habiendo visto crecer a Rafa desde sus inicios hasta convertirse en una figura admirada por todos.
“Faltaría más que no se fuera con la cabeza alta”, reconoce
Toni, clave con cada consejo en los inicios y testigo de muchos de los
esfuerzos que levantaron una carrera de película. “Después de todo lo
conseguido, de haber estado muchos años, se ha ganado el respeto de la inmensa
mayoría de gente. Ha dejado un buen sabor de boca en todos los torneos en los
que participó. Creo que evidentemente se va con la cabeza bien alta”.
Los últimos meses de Nadal fueron una convivencia con un
desenlace inevitable, asumir los pasos finales de una trayectoria deportiva
escrita en letras de oro. Ese camino, tras una colección de triunfos para la
leyenda, un cuerpo exigido al límite durante años marcó los tiempos sobre la
pista. Una realidad que Toni observó desde la distancia corta.
“Claro que le vi sufrir. Pero me acostumbré tanto a verle
sufrir en muchas ocasiones durante todo su trayecto tenístico”, explica. “En
muchas ocasiones tuvo lesiones complicadas, lesiones que parecía que le iban a
mermar e incluso el disfrutar el poder seguir jugando. Como me acostumbré tanto
a eso no me sorprendió verle sufrir un poco al final. La verdad es que incluso
viéndole sufrir, creo que Rafael no se puede quejar porque la vida le ha
tratado muy bien”.
Ahora, tras dos décadas convertido en un icono deportivo de alcance mundial, Nadal afronta la transición al margen de las pistas. Escrita la leyenda, comienza a desplegar el legado. Ese trayecto sin las rutinas de toda una vida, abre un nuevo capítulo. Y Toni confía en que su sobrino lo acepte como cualquier otra etapa de su carrera: desde una naturalidad absoluta.
“Creo que mi sobrino va a afrontar el día de después con
total normalidad. Siempre supo que todo inicio deportivo tiene su fin. No hay
carreras deportivas que 100 años duren. De todos modos, creo que estos últimos
meses ha ido asimilando este proceso. Evidentemente la retirada es un momento
difícil, pero creo que no le será muy difícil enfocar el resto de su vida hacia
otras cosas. Creo que se va a dedicar probablemente con el mismo ímpetu con el
que afrontó cualquier partido de tenis”.
Con el libro ya escrito, las páginas a recordar se acumulan
en la mente de un entrenador que ha vivido momentos de ensueño. Situaciones
grabadas en la retina de los aficionados que Toni ha vivido en primera
personas. Entre la colección de memorias desde el banquillo, hay detalles que
nunca caerán en el olvido.
“Voy a recordar, evidentemente, la final de Wimbledon
[2008], las finales de Roland Garros, los torneos de Montecarlo. Pero, sobre
todo, creo que voy a recordar el proceso que le llevó a Rafael a alcanzar estas
victorias. Le he dicho muchas veces: si no te gusta el proceso, difícilmente te
va a gustar el resultado. Siempre di mucho valor al proceso que vivimos. Desde
que dejé de entrenar a Rafael, paulatinamente me acuerdo de distintas victorias
pero también de entrenamientos en el Club Tenis Manacor, cuando Rafael siendo
un niño, intentaba mejorar el drive y el revés”.
La opinión de nuestros amigos:
Manuel Lineros García
Para mí se merece mucho más. La verdad es que la RFET no da
para más, comportamiento vergonzoso.