Fernando Verdasco se despidió del tenis profesional en el torneo ATP de Doha, donde disputaba el torneo de dobles junto a
Novak Djokovic. El madrileño de 41 años y el serbio se han visto superados en
cuartos de final por el finlandés Harri Heliovaara y el británico Henry Patten
7-5 6-4.
"Puede que mentalmente no estuviera a la altura de los
mejores, pero eso es muy difícil", comenta Nacho Truyol, el
entrenador que le acompañó 7 años.
Hay dos aspectos en los que coinciden la mayoría de las
personas que más y mejor conocen a Fernando Verdasco: su fuerza física y su
especial carácter. El madrileño, que acaba de colgar la raqueta a los 41 años,
nunca ha pasado desapercibido en sus casi dos décadas entre los mejores
tenistas del mundo. Dueño de un talento exagerado, el ex-número siete del
ranking ATP ha tenido una carrera llena de idas y venidas, con momentos en los
que parecía que iba a comerse el mundo y con rachas oscuras en las que no veía
la luz.
"Mentalmente... ¿no estaba a la altura de los mejores
del mundo? Pues puede ser, pero es que no se puede tener todo", justifica
el entrenador Nacho Truyol (Madrid 1973), una de las personas que mejor le
conocen después de haber compartido con él casi una década repartida en
diferentes etapas. Después de convertirse en el primer tenista de la historia
sancionado por dopaje -una historia tenebrosa que ya abordó en Relevo- y de
retirarse por una dolorosa lesión en el tendón de Aquiles, Nacho Truyol se puso
el traje de domador. "Es que Verdasco era una bestia...", dice
mientras se acomoda en el estudio de Relevo para repasar su carrera juntos.
Lo primero, ¿Cómo empiezas con Verdasco?
Después de todo este proceso que tuve con la ATP por el tema
del dopaje, estuve un año parado. Luego volví a jugar, estuve un año y me
parece que llegué a estar 200 del ranking, pero me volví a lesionar del Aquiles
y estuve un año y medio parado. Y ya esa fue un poco una lesión definitiva,
porque si después de estar un año parado vuelves a estar 200 y estás otro año
parado, vuelves a perder el ranking otra vez. Me pongo un poco en piel de ahora
mismo con Carolina Marín, que dices 'Joder, la primera vez que te estampas,
vale; dos, vale; pero a la tercera...' Cada vez que te caes es más difícil
levantarte, porque sabes por todo lo que tienes que pasar, sabes lo duro que
es. Y bueno, dejé de jugar y nosotros sabíamos del potencial de Fernando, yo le
conozco desde pequeñito, desde que tenía cuatro o cinco años, siempre he tenido
buena relación. Y en ese momento se dio la casualidad de que yo prácticamente
dejaba de jugar y que él necesitaba una persona que le ayudara. La relación era
óptima entre los dos, con la familia, con todo el mundo, y decidimos empezar a
trabajar.
¿Qué años tenía él?
Él tenía 18 años y estaría en el puesto 300 del ranking más
o menos. He estado con él en varias etapas. En total, habrán sido unos siete
años con él (en sus inicios, a principios de la década de 2010 y a partir de
2017). La etapa más dura y la que más trabajo me costó fue la del principio.
Estás 300 del mundo, en una etapa dura, los torneos que juegas son torneos
Challenger... Y ahí la verdad es que ese año salimos muy bien de todo aquello,
porque acabamos 110 del mundo, y ya de cara a la siguiente temporada que
acabamos como 23 o 24 del mundo.
Y su primer título, el de Valencia 2004, lo gana contigo. ¿Qué recuerdos tienes de aquellos triunfos sobre Ferrero y Ljubicic?
En aquella época Fernando era como un festival, porque era
como un potro desbocado. Siempre hemos sabido el talento y la fuerza que tiene
este chico, pero imagínatelo con 18 años lo que era. La gente se asustaba.
Tenía muchísimo instinto para jugar, él era una máquina. Entonces, en ese
momento, la verdad es que trabajamos muy bien. Empezamos un poco a meter gente
a nuestro lado en distintos apartados, preparación física, un poquito
psicología, y la verdad es que nos fue muy bien los dos primeros años.
¿Es el talento más brutal con el que has trabajado? Sí, sin duda.
Bueno, esa es una pregunta que siempre la gente me la ha hecho. A ver, cada uno tiene unas características de juego, él lo que más tenía era la fuerza. Mentalmente... ¿no estaba a la altura de los mejores del mundo? Pues puede ser.
Es que eso es muy difícil.
Claro, es que no se puede tener todo. Lo que sí que es
cierto es que la carrera de Fer es impresionante, todos los títulos que ha
ganado (7), todos los Grand Slam que ha jugado (71), incluso hasta hace dos
días estaba intentándolo de nuevo, y él ama el deporte, ama el tenis. Entonces,
la verdad es que ha tenido una carrera superexitosa. ¿Dices que la podía haber
tenido mejor? Sí, pero al final un poco todos también la podían haber tenido
mejor. Siempre podías haber hecho cosas mejores, pero no cabe duda que haber
estado entre los diez mejores del mundo en un deporte y haber tenido la
trayectoria que ha tenido él, yo creo que te tienes que sentir orgulloso de tu
carrera cuando has dejado de jugar.
El tenis es un deporte muy mental. Me imagino que hacías
también de psicólogo muchas veces...
Bueno, al final tú tienes que ocuparte de todas las facetas
como entrenador. Dependiendo de la época del año en el que estés, le tienes que
dar más importancia a una cosa o a la otra. La labor del entrenador es ser
técnico, psicólogo, preparador físico, cuantas más áreas abarques, más completo
eres, porque al final eres tú el responsable del éxito o del fracaso, entre
comillas. El preparador físico está muy bien, pero tú eres el responsable, tú
eres el que tienes que coordinar un poco todo eso para sacar lo mejor del
jugador. Yo siempre digo que lo más importante es conocer al jugador, meterte
en su piel, intentar ver lo que él ve, lo que él siente, la confianza que tiene
en un momento determinado. Cuanto más conozcas al jugador y más te metas dentro
de él, más soluciones le vas a poder aportar a él a la hora de tener problemas.
Y siempre los hay a lo largo de la temporada.
"La semifinal de Australia con Nadal le marcó mucho. Es
más, Fer es una persona a la que le encanta verse jugar, incluso en fases del
año en que hemos estado mal de confianza, se pone vídeos suyos recordando los
buenos momentos"
Recuerdo un partido muy importante en el que estabas tú con él. Los octavos de Madrid 2012, aquellos de la tierra azul, en los que gana por primera vez a Nadal. ¿Cómo lo recuerdas?
Ahí no es solo la victoria con Rafa. Ahí coinciden muchas
cosas. Es en Madrid, y él en Madrid quiere demostrar que él es de aquí, que es
capaz de todo. Te voy a contar una anécdota de ese partido. Nosotros entrenamos
con Rafa la semana anterior al torneo. Ya sabéis que Rafa siempre viaja mucho
antes a los torneos. Quedamos para entrenar con él y yo no sé por qué yo tenía
la sensación de que al final nos iba a tocar con Rafa. Yo veía a Fer muy bien
preparado, muy bien para jugar. Date cuenta de que nosotros estamos aquí en
Madrid, entrenamos aquí. Estamos más acostumbrados a la altura que otros
jugadores que vienen de fuera. En ese entrenamiento con Rafa, yo le traté de
transmitir que ese entrenamiento para mí era muy importante. Porque al final,
si tú entrenas con un jugador antes de jugar el torneo y juegas un set, algo
marca, es importante. Si tú le ganas un set a él entrenando, tanto el que gana
como el que lo pierde lo tiene en la cabeza.
Entrenamos un jueves antes del torneo y yo le vi a Fer
increíble. Le sacó a palos a Rafa. No significa nada porque es un
entrenamiento, pero de cara a un jugador que gana un set a Rafa Nadal, uno de
los jugadores más importantes de la historia, o le lleva o le tutea... Marcas
territorio y a ti mentalmente te dices 'Estoy preparado, porque si le gano un
set a este tío...' Y tres o cinco días más tarde nos toca con Rafa.
Nacho Truyol recuerda la victoria de Verdasco sobre Nadal en
Madrid 2012. Salvador Fenoll
Y luego pierde con Berdych. Me imagino que es muy complicado
mantener la concentración después de ganar a un tenista como Nadal, ¿no?
En ese torneo hicimos cuartos de final aquí en Madrid,
perdimos con Berdych al día siguiente de Rafa porque Fer estaba destrozado,
terminó tarde. También fue un mayo en Madrid de muchísimo calor, con lo cual
eso desgasta. Y luego Fer en Madrid tiene mil compromisos, prensa, sponsor... Y
eso en un deporte como el tenis marca mucho la diferencia porque el tiempo que
tú tienes para recuperar de un día para otro con tan poco tiempo, si se te
junta luego prensa, eventos, pues claro, al día siguiente llegas, después de
haber ganado a Rafa, después de haber dado tres horas de prensa, que no has
tenido tiempo ni de asimilar un poco la victoria, descansas mal, duermes mal...
Al día siguiente con Berdych o con otro cualquiera que tenga un buen nivel,
porque ahí ya estamos entrando en cuartos de un Masters 1000, no hay jugadores
fáciles, pues obviamente no estás igual de preparado. Sientes que has
descargado toda la energía del día anterior para ganar a Rafa y al día
siguiente hay que volver a resetear, empezar de cero y eso a veces no es fácil.
Verdasco es como un volcán dentro de la pista. ¿Fuera es igual de emocional?
Sí, en el día a día Fer es una persona con mucho carácter,
él sabe lo que quiere y sí, Fer es muy emocional, es muy buen chico con un
sentimiento muy grande hacia los entrenadores, familia, que la verdad es que
nosotros hemos formado un muy buen equipo.
¿Con qué momento te quedas?
Pues mira, ahora que dices el de Rafa, ese es uno de los
momentos que me quedo. Me quedo también con otro porque ha habido varios
partidos ahí que quieras o no marcaron un poco el no haber llegado más arriba.
Por ejemplo, en Roland Garros 2017, cuando ganamos a Zverev en primera ronda y
después tuvimos un partido muy duro con Nishikori en octavos, que llegamos a
estar un set arriba para meternos en cuartos. Ahí pasó un momento duro mental,
la verdad que Nishikori ese año estaba también muy fino y no pudo ser. Y luego
ese año en Paris-Bercy, que perdimos con Jack Shock en cuartos de final. Date
cuenta de que ahí lo que marca un poquito es ganar muchas veces un partido
importante o no. Ese partido con Sock nos hubiera marcado un poquito haber
acabado cerca de nuevo del top 20, que de cara a la siguiente temporada ya en
Australia, pues mentalmente para él hubiera sido importante.
En Australia 2009, aquella famosa semifinal con Nadal, tú no
estabas con él, pero ¿era un partido del que hablara mucho en los años
posteriores?
He hablado pocas veces del partido ese. A él ese partido le
marcó mucho. Es más, Fer es una persona a la que le encanta verse jugar,
incluso en fases del año en que hemos estado mal de confianza, se pone vídeos
suyos recordando los buenos momentos, por qué ganábamos en esos momentos y
ahora no. Intentábamos comparar. Todas esas cosas eran importantísimas para él.
Le gusta mucho verse, le refuerza mucho, sobre todo en torneos donde lo ha
hecho francamente bien. Verte en momentos delicados, ver lo que te falta, la
mentalidad que has tenido, verte jugar, verte cometer errores y aciertos te
hace ver, sobre todo en momentos malos, lo que has sido. Aquel de Australia
fue, sin duda, uno de los grandes partidos de la historia del tenis.