Málaga, 30 de abril de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Creo firmemente que, para mantenerse en lo más alto de la
clasificación durante muchos años, un tenista debe tener una obsesión
"bien entendida".
Todo gran logro comienza con un acto de voluntad y esa
voluntad no es solo deseo: implica compromiso, pasión, acción y una dosis de
obsesión "bien canalizada" y enfocada de manera positiva.
El número uno en tenis con esta obsesión "bien
canalizada" ha sido nuestro Rafa Nadal.
La obsesión siempre está mal vista y yo creo que hay que
darle un valor siempre positivo cuando se canalize de forma constructiva.
Si un tenista en un acto de voluntad sigue unas rutinas
estrictas, entrena con disciplina, estudia su técnica, cuida su alimentación y
descanso, pero todo esto se orienta hacia la mejora continua sin destruir otras
áreas de su vida, para mi es una obsesión buena.
Estar obsesionado con el esfuerzo, el sacrificio y la
superación personal es bueno siempre que no se caiga en extremos que dañen la
salud mental, física o las relaciones personales.
La obsesión "bien canalizada" es encontrar ese
límite saludable que refleja el propósito que nace de una voluntad y pasión
auténtica.
Para llegar a lo más alto del mundo como deportista y en
este caso como tenista, tienes que tener esa voluntad unida a esa obsesión
"bien canalizada" y saberla controlar y manejar con equilibrio, ya
que si nos es así puede ser destructiva.
Saludos. Jorge Mir