El Másters 1000 de la capital francesa se queda sin
representación española tras la derrota del malagueño
Tiró más de coraje que de juego Davidovich ante Zverev, luchando y reponiéndose de unos calambres en el segundo set, pero finalmente acabó perdiendo ante el alemán en los cuartos de final del Másters 1000 de París.
Una derrota dolorosa, no solo por el gran momento de forma en el que
llegaba, si no porque, salvo sorpresa, no logrará ser uno de los elegidos para
la suplencia en las ATP Finals de Turín.
Dolorosa a nivel profesional, pero también a nivel
colectivo, porque supone que el último Másters del año se queda sin
representación española. Perdieron Munar y Alcaraz en las primeras rondas y a
la de Davidovich se ha sumado hoy la de la pareja de dobles formada por Horacio
Zeballos y el español Marcel Granollers. Días de descanso para todos ellos
antes de las finales de la Davis, que se disputa en noviembre.
Davidovich cierra el año con su mejor ranking
Empezó enchufado el malagueño, con un juego en blanco en su
primer turno de saque, pero en seguida se torció. En el segundo, el alemán sacó
su derecha a pasear y firmó el primer break ante un impreciso Davidovich. Sin
embargo, el español demostró por qué es uno de los mejores tenistas de este
curso, reponiéndose y buscando el contrabreak. La tuvo, con el 1-3, pero no
pudo romper y acabó cediendo otro turno de saque para acabar cayendo en la
primera manga por seis a dos.
Mejor en el segundo, que empezó igual, con break del alemán
en el segundo juego, pero en el que esta vez sí que consiguió devolvérsela.
Demostración una vez más de que, un set abajo y con calambres, el Davidovich
que acabó el año pasado, no es el mismo que este. Cedió, eso sí, otro turno de
saque y acabó perdiendo el segundo set por seis juegos a cuatro, pero demostró
que, salvo sorpresa, cierra la temporada siendo un jugador diferente.
Cierra el año en decimocuarto lugar del ranking ATP, muy
cerca del 'Top 10', que ya es su mejor puesto en una temporada en la que ha
jugado su mejor tenis. Comenzó el año mudándose a Mónaco, para entrenar con los
mejores, y desde entonces ha demostrado que puede plantarle cara a cualquiera
de ellos. Fin de temporada amargo, porque no ha conseguido ganar una final, que
no lo es tanto cuando tus rivales - en este caso Zverev - te felicitan en la
red por lo logrado. Buena base para lo que puede lograr un tenista que no hace
más que mejorar.
