Federer
comenzó arriba sin problemas con la conquista del primer set por 6-2 en tan
solo 24 minutos ante un Cilic que se mostraba incluso inferior a un
principiante. Entonces parecía que Su Majestad no precisaría demasiado para la
conquista de su 20° título de Grand Slam que, además, sería el 6° en Australia
y así igualaría a Roy Emerson y a Novak Djokovic como el más ganador en
Melbourne Park.
Pero el
croata decidió que podría hacer algo más y elevó su nivel, algo que además
coincidió con un sopresivo bajón de Federer para llevarse la segunda manga por
7-6 luego de un tie break de 7-5.
"Es un
ganador, no es alguien que llega hasta aquí por llegar. A veces te encuentras
gente que da la impresión de estar contenta por haber llegado a donde está,
pero él viene para más que eso", había señalado Federer con respecto a
Cilic antes de la final.
El suizo
entonces apeló a su talento y con notables ajustes en su primer saque y en lo
tiros ganadores, ganó el tercero por 6-3. Para el cuarto Cilic se parecía
entregado y Federer contaba además con el apoyo del público. Por si fuera poco
logró un quiebre y estaba todo dado para la celebración pero el N°6 del mundo
no quiso que la fiesta durase tan poco. Se recuperó increíblemente y se llevó el
cuarto por 6-3.
"Me
siento muy bien físicamente, aunque varios de mis partidos han superado las
tres horas (tres, incluido el cuartos contra Rafael Nadal, que se tuvo que
retirar lesionado en el quinto set). Mi nivel de tenis ha sido muy bueno
durante el torneo, he jugado mejor que el año pasado, soy más agresivo",
había anticipado Cilic antes de la final.
Toca ahora
disputar el quinto y ver si Roger Federer finalmente ratifica su lugar como el
mejor tenista de la historia o si Marin Cilic irrumpe en ese espacio que
parecía garantizado para el suizo, vigente campeón y consagrado en cinco
ocasiones en Australia (2004, 2006, 2007, 2010 y 2017).