El alemán gana su tercer Masters 1.000 al imponerse por 6-4 y 6-4 y termina el torneo sin ceder su servicio
Avalado por su extraordinario servicio, Alexander Zverev se llevó en Madrid su segundo título consecutivo al imponerse por 6-4 y 6-4 a Dominic Thiem, en una hora y 18 minutos. Es el tercer Masters 1.000 del alemán, de 21 años, que el pasado curso ganó en Roma y Canadá. Su victoria no admitió debate. Dejó en un ejercicio de autoridad lo que se presumía como una gran final. Thiem se quedó en nada ante la abrumadora actuación de su rival, que sale del torneo sin perder un saque.
Entró
titubeante en la final el austriaco y entregó el servicio en un primer juego
horrible, cerrado con doble falta. Mucho más estable, con su saque como
solvente punto de partida, Alexander Zverev gobernaba a su antojo. El alemán
llegó al encuentro definitivo sin ceder un solo servicio y exponiendo una sola
bola de break en el camino. En la final no consintió ninguna. Fue él quien
impuso la dinámica del juego, sin intercambios largos, sin que Thiem encontrase
el ritmo que le favorece, el propio de la superficie, el que le permitió
derribar a Nadal en cuartos. Su revés cortado, del que abusó en el comienzo,
apenas le concedió réditos.Era la segunda final consecutiva de Thiem en Madrid,
un nuevo intento por hacerse con un Masters 1.000, y a diferencia del pasado
año, cuando se midió con Nadal, esta vez podía considerarse casi tan favorito
como su adversario. Cierto es que su trayectoria hasta cuartos había sido más
dubitativa que la del alemán, pero el peso de la pieza que se cobró el viernes
redimensionaba sus opciones. CohibidoPero apenas existió. Fue un jugador
tímido, cohibido, incapaz de encontrar la manera de hacer daño al reciente
campeón en Múnich. Volvió a perder su saque en el primer juego del segundo set
y, ya 2-0 abajo, se enfrentó a otras dos bolas de ruptura que llevaban escrita
poco menos que la pena capital. Salió vivo del trance, pero no duró mucho más.
Nadie diría que arrancaba con 4-1 favorable en sus cruces con Zverev y que
había ganado los tres en arcilla. Madrid es otro escenario, donde la altura
favorece el estilo del jugador de origen ruso, y en particular su servicio. Y
Zverev es un tenista más hecho ahora, como demostró el pasado año ganando el
título sobre la arena del Foro Itálico. "Trabajo mucho mi servicio y sabía
que me enfrentaba a uno de los mejores restadores del circuito", comentó
al final, una vez culminada su victoria, tras sumar el octavo título de su
fulgurante carrera.