ANSIEDAD INTRA DEPORTIVA
Cuando se esté disputando un partido y surjan ciertos
síntomas de ansiedad, lo primero que hay que analizar es si esta sintomatología
puede producir un verdadera merma en el rendimiento, ya que, es importante
señalar que en todo deporte es necesario siempre algún grado de activación,
situación que en psicología del deporte denominamos zona individual de
funcionamiento óptimo (IZOF) y que, en estricto rigor, corresponde a una
especie de “ansiedad controlada” y necesaria, para generar la motivación y la
energía durante gran parte de una competencia. Pero si por el contrario, esta
activación se descontrola y empieza a provocar dificultades en el deportista,
se hace necesario que se disminuya y se controle para que el deportista pueda
conseguir el “estado de flow” necesario y ejecutar el máximo de rendimiento de
acuerdo a sus propias potencialidades.
Así, cuando esta “ansiedad intra deportiva” se haga
presente, el jugador debiera desarrollar algunas rutinas que busquen sacarlo de
ese estado y logren reubicarlo en la “zona adecuada”, sobre todo porque además,
esta modalidad de ansiedad puede aparecer y desaparecer, ya que de alguna
forma, está mediatizada por las sensaciones o emociones del deportista y por lo
que pueda ir sucediendo en términos deportivos (rendimiento y resultado)
durante el juego.
RUTINAS PARA EL CONTROL DE LA ANSIEDAD
Una de las situaciones que más genera ansiedad durante el
juego, más aún en jugadores jóvenes, son los puntos clave o decisivos, como
puede ser el cierre de un set, de un partido o de un punto definitorio post un
juego excesivamente largo o muy estratégico (como por ejemplo ir 4-3 y con el
punto instalarse con un 5-3 y adportas de quedarse con un set). En estos casos
una de las situaciones iniciales que debe asegurarse, es que el jugador
permanezca focalizado en la acción que está ejecutando y no centre su atención
en hechos pasados (errores que pudo haber cometido) o en acciones que podrían
desencadenarse en el futuro.
Una situación práctica y que suele ocurrir a menudo es que
durante el partido, ante una excesiva ventaja en el marcador de un juego, el
deportista pueda no cerrarlo favorablemente, desmotivándose o relajándose.
También puede ocurrir la misma situación pero desde el otro punto de vista, que
el jugador se encuentre abajo por un amplio marcador, y no cuente con el empuje
necesario para acortar o equilibrar las cifras. Para ambos casos una rutina que
puede favorecer tal cuestión es “marcador mental paralelo”, es decir, que
mentalmente ese deportista sólo tenga presente el marcador más inmediato, es
decir, sólo el 1-0, o bien, 0-1 según corresponda. Lo que se busca es que el
tenista permanezca mentalmente preocupado sólo por el punto que a continuación
se jugará. Por ello es que él debe en “su cabeza” llevar este marcador paralelo
y no la cuenta global real, ya que, eso sólo podría llevarlo a generar más
ansiedad o a desmotivarlo.
Otras rutinas que podrían ayudarlo en esta dirección es
trabajar con la respiración. Se ha comprobado que respirar adecuadamente en
estas instancias favorece mucho el control de los síntomas fisiológicos de la
ansiedad (alteración cardíaca, sudoración, aumento de la presión sanguínea,
entre otras…) o motores (rigidez o tensión muscular, calambres, etc.). El
jugador debiera tratar de sincronizar su respiración, o bien “sacar” la
respiración, es decir, botar el aire, cuando se golpea la bola.
Finalmente otro ejercicio mental que puede favorecer el
control de la ansiedad durante el juego es llevar a cabo micro visualizaciones.
Una visualización consiste en imaginar, sentir, percibir una situación, que no
está presente, como si en realidad lo estuviera. En el caso del tenis, una
visualización puede llevarse a cabo, por ejemplo, cuando el jugador se prepara
para servir. Ahí puede imaginar, en fracciones de segundos, el tipo de servicio
que va a ejecutar. Con ello no sólo estará preparando a su organismo para la
acción, sino que además su mente estará absolutamente inmersa en la acción
presente, evitando por ende, que ésta divague en cuestiones accesorias que no
tienen relevancia en ese momento. Por ello el desarrollo de estas pequeñas
visualizaciones durante un partido pueden ayudar al deportista a focalizarse en
la ejecución del gesto técnico, y no tanto en el resultado, que normalmente
también son elementos generadores de ansiedad.
La ansiedad siempre será una situación que habrá que
atender, ya sea, que se produzca fuera o dentro de la cancha, porque ambas
podrían redundar negativamente en la performance deportiva. Por ello es que
durante años la ansiedad seguirá siendo un elemento a observar por deportistas
entrenadores, profesionales y psicólogos.