Cualquier persona diría que la pausa entre un punto y otro
es el momento para analizar lo ocurrido y modificar la estrategia si es
necesario. Alguien con más conocimiento diría que también es para controlar las
emociones, recuperar el entusiasmo o retomar la concentración. Pero el
verdadero experto agregaría otras funciones menos evidentes: (1) ensayar
mentalmente, tanto los próximos ajustes en la mecánica de sus movimientos, como
las decisiones que debe tomar ante determinadas situaciones de juego, (2) controlar
el nivel de activación del cuerpo, (3) recuperar las energías y (4) manejar los
tiempos del partido. Todo ello se describe a continuación. bx
El manejo del tiempo
Digamos, por ejemplo, que la pausa o entrepunto se emplea
para pensar. Entonces te pregunto: ¿Usualmente tienes tiempo para pensar
durante ese lapso? ¿Tu oponente suele tener tiempo suficiente para ello?… Y
ahora reflexiona pensando Qué tan rápido caminas tú luego de haber finalizado
el punto.
Lo ideal sería que TU SI tuvieses el tiempo necesario, pero
el OPONENTE NO. Eso se logra ajustando tu velocidad al caminar.
El espacio entre puntos suele emplearse para analizar los
propios errores y planificar los ajustes inmediatos. Entonces, si tú ya sabes
los ajustes que debes hacer y percibes que el otro necesita tiempo para
analizar lo ocurrido, puedes caminar más rápido. Pero si eres tú mismo el que
necesita pensar, debes caminar lento.
También es aconsejable observar al oponente y pregúntate
cómo reacciona él cuando tú caminas más rápido. Algunos jugadores se sienten
presionados y ejecutan el servicio más rápidamente, sin haber logrado
concentrarse. Otros se colocan en posición para recibir tu saque sin haber se
preparado mentalmente. Incluso, algunos ejecutan una mala devolución porque comenten
el error de quedarse realizando análisis de lo ocurrido en el punto anterior,
en vez de centrar su atención en el servicio que tú estás a punto de realizar
ahora.
Si por el contrario, caminas con mayor lentitud, algunos
oponentes suelen desesperarse. Pero otros son más astutos y no comenten ninguno
de los errores anteriores. Estos controlan sus emociones y se toman el tiempo
que necesitan independientemente de tu rapidez al caminar.
Eso es lo que debes hacer tú, tienes que manejar tus propios
tiempos durante la pausa, evitando que sea el oponente quien los controle. Y si
el rival te lo permite, entonces debes tratar de ser tú quien maneja los lapsos
que él se toma en esos momentos.
La recuperación de la energía
En el tenis, la resistencia es crucial. Pero el cansancio
siempre aparece y el atleta debe recuperar su energía produciendo “El Segundo
Aire”. La resistencia o capacidad aeróbica es la habilidad del cuerpo para
trabajar sostenidamente utilizando el oxígeno. Entonces el segundo aire aparece
cuando el tenista respira mejor, y el momento adecuado para concentrarse en
ello es precisamente la pausa entre los puntos.
Guiándose por las sensaciones de su cuerpo, el tenista puede
relajar las tensiones musculares que bloquean el fluir de la respiración,
modificar el ritmo o velocidad de sus inhalaciones y exhalaciones, aumentar o
disminuir la cantidad de gas que introduce en sus pulmones y también modificar
las pausas que hace antes de expulsar el aire tomado.
Si tomamos aire y lo expulsamos muy rápido de inmediato, la
cantidad de oxígeno que llegue a la sangre será menor. Allí expulsamos una
buena parte del oxígeno que hemos inhalado.
Cuando la sangre recibe poco oxígeno, el cansancio aumenta y
al absorber la cantidad adecuada, disminuye. El exceso de oxígeno podría
producir sensaciones corporales desagradables.
Al estar en la cancha, es la sensación corporal la que puede
decirle al tenista como modificar su respiración.
Ahora bien, la asociación entre la respiración y el segundo
aire va más allá del oxígeno inhalado. El cansancio se relaciona con exceso de
calor en el cuerpo y la respiración es un mecanismo fisiológico que permiten
regularlo.
Durante años, he trabajado con atletas de diversas
disciplinas llevándolos a recordar y visualizar lo que hacen para solucionar
los problemas durante las competiciones. En más de una oportunidad, me han
relatado lo siguiente: colocan su boca hacia fuera formando un círculo con los
labios, toman aire por la nariz y lo botan por la boca, inhalan y exhalan de
inmediato fuertemente, de forma repetitiva, como si estuviesen soplando
diversas velas de cumpleaños. Gracias a ello, el calor disminuye y se recuperan
del agotamiento.
Por otra parte, el cansancio no solamente es fisiológico,
también depende de la forma como nos sentimos. Muchas veces nos cansamos porque
estamos desanimados. Cada estado emocional tiene su propio patrón respiratorio.
Si comenzamos a respirar de la forma como usualmente lo hacemos cuando estamos
entusiasmados, entonces las ganas de jugar surgirán de nuevo.
Por nombrar solo un detalle, un ritmo respiratorio sumamente
lento puede implicar desánimo y disminuir el nivel de activación en el cuerpo
del tenista. Cada deporte requiere un nivel de activación adecuado. Cuando las
disminuciones o los excesos el nivel de activación perjudican el rendimiento,
el control del ritmo respiratorio permite recobrar el equilibrio.
La visualización o ensayo mental
Muchas veces, el tenista identifica sus fallas durante las
pausas. Por ejemplo, descubre que debe cambiar la postura de los pies o que
debe ha debido atacar subiendo a la red en determinadas situaciones. Pero luego
no logra implementar esos cambios.
Lo que le falta es el ensayo mental. Antes de comenzar a
jugar el próximo punto, el atleta debe verse a sí mismo tomando esa decisión
adecuada ante la situación de juego que lo amerite. También puede visualizarse
colocando los pies de la forma correcta.
Para finalizar, si tomamos en cuenta que las pausas entre
los puntos permiten la evaluación y juste tanto de las estrategias como de la
ejecución motora, que permiten controlar las emociones, manejar los tiempos y
recuperar las energías… Entonces, podemos decir que muchos partidos se ganan
durante las pausas.