domingo, 11 de diciembre de 2022

El dinero en el tenis, a partir de los torneos Future.

 


Sin decir nombres ni país, ocurrió que un día, un tenista, fue contactado por un grupo cuyo origen obviaremos, relacionado con arreglos de partidos. La forma en la que operan estos grupos es contactando a jugadores para que se dejen perder a cambio de algunos miles de dólares. Lo que gana este grupo es la posibilidad de apostar en contra de este jugador, lo que se transforma en ganancias seguras. Usualmente estos arreglos de partidos se realizan en torneos de nivel futuro, cuyo premio a repartir entre todos los jugadores, en todas las categorías, no supera los 25 mil dólares.

Este tenista rechazó el ofrecimiento e hizo las denuncias correspondientes. Ahí es donde aparece la TIU (Tennis Integrity Unit, unidad de integridad en el tenis en inglés). La TIU es la agencia que hace cumplir las normas éticas del deporte. Cuando recibieron el llamado del susodicho tenista, le pidieron todos los antecedentes: mensajes, números de teléfono, nombres y lugares. Luego de seis meses, le pidieron declarar contra otros tres jugadores de su región, pues parte de los antecedentes entregados vinculaban a estos deportistas con el mismo grupo apostador que lo había contactado.

Luego de la suspensión de los tres jugadores (entre tres y cinco años), al protagonista de este caso se le vino el mundo encima: otros jugadores dejaron de saludarlo, algunos espectadores le gritaban durante los entrenamientos e incluso sus compañeros lo trataban de traidor y de rata. Dejó de participar en torneos disputados en su país y se radicó en el exterior.

Para quienes conocen más de cerca el mundo del tenis, no es poco común encontrar jóvenes jugadores de muy buen nivel impartiendo clases en clubes privados. La razón es que dedicarse a jugar tenis es excesivamente caro. 

A diferencia de los deportes en equipo, donde el dinero lo aporta el club, el tenista para poder disputar campeonatos y ganar puntos para mejorar el ranking, necesita recorrer el mundo y mantener un equipo de entrenadores personales dedicados a la mejora de cada movimiento. 

Estos costes salen del bolsillo de cada jugador -usualmente, sus familias-, esperando que algún día el dinero ganado en torneos pueda devolverlo. Como se mencionó anteriormente, los torneos semanales de bajo nivel, que están enfocados a que los jugadores con menor ránking puedan ganar puntos para ir ascendiendo- entregan cantidades mínimas en premios, y éstos muchas veces no alcanzan a cubrir los costos de viajes y alojamientos de esa misma semana. 

La presión económica se vuelve insostenible y el arreglar partidos es casi una necesidad para quienes no tienen ese respaldo económico detrás.

Si queda algún rastro del elitismo en el tenis, está en su costo. Solo una raqueta y un par de zapatillas de nivel medio-alto pueden bordear los 300 dólares. Viajes y hoteles para jugar torneos solo lo encarecen y lo alejan de la masividad. 

No obstante, el trato mediático, aunque menor, sigue impulsando los sueños de niños que en algún momento de su vida se dan cuenta de que necesitan más que solo talento y esfuerzo para poder llegar más lejos. Más todavía en países no desarrollados y que no tienen políticas de desarrollo sostenibles de sus deportes. 

La venta de un par de sets o partidos a grupos apostadores muchas veces pueden sostener meses de trabajo de estos jugadores. Y creemos que la política del TIU de multar y acabar las carreras de los deportistas encontrados culpables no soluciona de ninguna manera los problemas estructurales que provocan estos casos. Es lo mismo que aumentar las penas de cárcel para delitos de alta repercusión mediática, medida que, según una diversidad de estudios, no disminuye su incidencia. 

Gracias a Dios que la inmensa mayoría de tenistas que aman y disfrutan compitiendo en este bonito deporte, se mantienen íntegros, no cayendo cuando son tentados por estos indeseables.



2009-2017, "LA ÉPOCA DORADA DEL TENIS MALAGUEÑO", ¿DAVIDOVICH?. Álbum de tenistas malagueños.